Ricardo Bell: El payaso que conquistó México a carcajadas

Ricardo Bell: El payaso que conquistó México a carcajadas

Descubre la historia del payaso inglés que conquistó a carcajadas el México porfirista y dejó una marca única en el circo mexicano.

Descubre la historia del payaso inglés que conquistó a carcajadas el México porfirista y dejó una marca única en el circo mexicano.
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Ricardo Bell: El payaso que hizo reír a Porfirio Díaz 

El Panteón Inglés, en Real del Monte, Hidalgo, se distingue de otros camposantos por dos razones principales: la primera, que solo los descendientes de ingleses pueden hallar sepultura en el sitio (aunque cuenta con excepciones). La segunda, que la orientación de sus tumbas, sin importar su ostentación o sencillez, voltean hacia su Madre Patria, Inglaterra. Todas menos una.

En la única lápida que mira hacia la capital mexicana se lee el nombre de Richard Bell, un ilustre payaso inglés que encontró el éxito en el mundo del circo mexicano de finales del siglo XIX y principios del XX, haciendo reír al entonces presidente Porfirio Díaz durante casi 30 años.

Porfirio Díaz

Porfirio Díazilbusca/ iStock

De Inglaterra a México 

Ricardo Bell nació con el nombre de Richard Bell Guest el 10 de enero de 1858 en Londres, Inglaterra. Provenía de una familia cirquera con la que viajó por toda Europa desde corta edad, haciendo su debut en la ciudad de Lyon, Francia, a sus dos años. A los 12 hizo su primera aparición ante el público mexicano en el circo del italiano Giuseppe Chiarini (que daba funciones desde 1864).

A sus 23 años, la vida del espectáculo llevó a Bell a Santiago de Chile, donde conoció a su esposa. La pareja decidió mudarse a México en 1881, un país donde el circo era una de las diversiones más populares durante el siglo XIX. Fue contratado por el circo Orrín, de origen inglés y que luchaba de manera encarnizada por la atención del público mexicano frente a los crecientes espectáculos internacionales y otros circos nacionales.

Ricardo Bell no tardó en destacarse en los escenarios gracias a su indiscutible talento cómico y su peculiar vestimenta, inspirada en el arquetipo de la comedia del arte italiana del siglo XVI conocido como pierrot. Así, a través de su singular interpretación, Bell introdujo en México el payaso estilo huacaro, un personaje triste, romántico y desdichado en el amor, a menudo con lágrimas o una expresión melancólica.

Con sus ropas holgadas, un característico gorro cónico y su rostro pintado de blanco, Ricardo Bell no solo capturó la atención del público mexicano, sino que también contribuyó a la rica tradición teatral en el país al fusionar elementos de la comedia del arte europea con su propio estilo distintivo. Pronto sería el acto principal y un socio del circo Orrín, uno de los mejores de la época por estar orientado al teatro y las artes escénicas.

De Inglaterra a México, en México el circo era una de las diversiones más populares durante el siglo XIX.

De Inglaterra a México, en México el circo era una de las diversiones más populares durante el siglo XIX.studiocasper/ iStock

Carcajadas en México 

Cuando el Circo Orrín tuvo que enfrentar su cierre, en 1906, el payaso inglés decidió abrir su propio espectáculo: el Circo Ricardo Bell. Este se trasladó de la Plaza Villamil (hoy el Teatro Blanquita), en el Centro Histórico de la Ciudad de México, a los terrenos que se ubican frente a la Alameda Central, donde ahora se alza un hotel Hilton.

Se dice que Porfirio Díaz le cedió los terrenos personalmente por haber sido el único que pudo hacerlo reír; también que el entonces presidente lo había conocido en Oaxaca varios años atrás, cuando era soldado y le había ayudado al artista a salir del estado. Incluso hay una historia en la que un reportero le pregunta a Díaz por qué no dejaba votar al pueblo mexicano y él respondió: “¡Porque votarían por Ricardo Bell!”. Lo cierto es que ambos eran amigos, salían de cacería y Díaz frecuentaba el circo Bell, lo que marcó su rotundo éxito en México.

Se callan las risas 

Si bien los revolucionarios también disfrutaban entretenerse con el circo (Pancho Villa incluso regaló un ferrocarril al circo Beas por actuar de manera gratuita para sus soldados), los vínculos porfiristas de Bell, antes beneficiosos, se convirtieron en un peligro con el inicio de la Revolución mexicana en 1810.

Ante el panorama político, el payaso viajó a Nueva York con su familia, donde ideó nuevos planes para el circo. Allá se enteró de que los revolucionarios habían allanado su casa, por lo que era prácticamente imposible regresar; a ello se le unió la muerte de su hermano. Para inicios de 1911, envuelto en una profunda depresión y luego de exponerse a una ventisca, cayó enfermo y finalmente falleció el 12 de marzo.

Aunque en realidad sus restos aún yacen en Nueva York y la tumba en Real del Monte pertenece a un minero con el mismo nombre, la historia cuenta que el payaso decidió tener su última morada en el Panteón Inglés, volteando hacia el país que le hizo famoso.

Ricardo Bell: El payaso que conquistó México a carcajadas

Ricardo Bell: El payaso que conquistó México a carcajadasWikipedia.

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