Dirección: John Singleton
Reparto: Busta Rhymes, Christian Bale, Jeffrey Wright, Samuel L. Jackson, Vanessa Williams, Toni Collette
Título en V.O: Shaft
Nacionalidad: USA Año: 2000 Duración: 98 Género: Thriller Color o en B/N: Color Guión: Richard Price, John Singleton, Shane Salerno Fotografía: Donald E. Thorin Música: David Arnold, Isaac Hayes
Sinopsis: Cuando el joven Walter Wade (Christian Bale) mata a un estudiante negro, John Shaft (Samuel L. Jackson) lo detiene. Pese a que Wade abandona el país violando la libertad condicional, Shaft consigue detenerlo de nuevo dos años después. Cuando su millonario padre paga la fianza que le deja libra, el primer deseo de Walter es ver a Shaft muerto.

Crítica

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Quizá se tenga una idea errónea de lo que eran los señeros títulos que la blaxploitation alumbrara hace 30 años. La lectura social, más enrabiada que cerebral, no se movía por circuitos académicos: era tan directa como una patada en los mismísimos, una toma del poder blanco por parte de machos (indistintamente hombres y mujeres) con el libro de estilo sacado del manual de los Black Panthers. Se trataba de cine de acción testosteronizado, fiel a esquemas de género, pero sin ser, para entendernos en coordenadas literarias, Chester Himes. John Singleton, profeta del cine racial reivindicador, no ve al sobrino de Shaft como un cruzado moderno: le retira la palabra, la salmodia, y lo dota de ataque y Ley del Talión, como si el tiro a bocajarro y los comportamientos fascistoides fueran la lógica evolución de una lucha de razas después de momentos de oro tipo Rodney King apaleado por las autoridades. Sin discurso, la película es exactamente igual de molona que la de los años 70: puro telefilm sin conciencia, excepto la de que los clientes no pidan devolución de dinero por aburrimiento. Con un estilo visual tope funky (los créditos y las cortinillas), algunos fotogramas dotan de mayor clase al producto: los actos de Christian Bale salpicando desde un flashback a Samuel L. Jackson, la relación del wasp con un hijo putativo de John Leguizamo (excelente Jeffrey Wright), la placa lanzada cual cuchillo, y el detalle de Richard Price (de Scorsese al Clockers de Spike Lee) emulando los cortantes diálogos de un Shane Black cualquiera. Se echa de menos que Shaft se acueste con mujeres, especialmente alguna blanca por eso de demostrar supremacía, pero por lo demás ya está bien este regreso. Repasemos los films de Richard Roundtree, Jim Kelly, Fred Williamson o Pam Grier, y aguardemos un Superfly con Will Smith o una televisiva Busquen a Christy Love con Tyra Banks.>>Para liberales que coqueteen con fantasías de justicieros. Lo mejor: las toneladas de chulería que rezuma el film. Lo peor: los personajes cómicos no acaban de hacer gracia.