Sonsoles Espinosa, soprano 'an�nima' en el Teatro Real

La mujer de Zapatero es miembro del coro de la �pera 'Mois�s y Aar�n', que se estrena el martes. Es "una m�s"

Zapatero, mediador en Venezuela en pleno despliegue militar

Cerca de 50 bailarines, 80 cantantes del coro, seis especialistas en alpinismo, tres submarinistas, un apabullante despliegue liderado por el famoso director de escena Romeo Castelluci, y hasta un toro (vivo) sobre las tablas durante 15 minutos. Son los espectaculares datos que jalonan una de las �peras que m�s expectaci�n han generado en el Teatro Real, y que se estrena el martes. 'Mois�s y Aar�n', la �pera dodecaf�nica de Arnold Schoenberg, visita por primera vez el coliseo madrile�o como uno de los hitos se�alados de la temporada. El Coro Intermezzo, la formaci�n titular del Teatro Real, lleva un a�o ensayando las partituras de esta obra, considerada una de las m�s complejas de la historia de la �pera. Unas notas endiabladas que, seg�n Lothar Koenigs, su director musical, fueron escritas "a veces contra la voz humana". Entre estos h�roes y hero�nas de la m�sica hay una discreta soprano leonesa, Sonsoles Espinosa D�az (54), m�s conocida por ser la esposa del ex presidente Zapatero (55) que por su carrera musical. Y sin embargo, su presencia en este montaje constituye todo un hito para su curr�culo que ya nadie podr� atribuir a las influencias de su marido.

Esta semana, mientras Jos� Luis Rodr�guez Zapatero se encontraba en Venezuela intentando que el pa�s deje de asomarse al borde del precipicio, su esposa se com�a las u�as ante el inminente estreno de la �pera, que permanecer� en el Teatro Real hasta el 17 de junio. Espinosa no es personal fijo del Coro Intermezzo, pero s� colabora habitualmente con ellos cuando necesitan refuerzos, como ha sido el caso. La soprano se incorpor� a los ensayos de 'Mois�s y Aar�n' el pasado mes de noviembre y desde entonces, seg�n confirma una portavoz de la formaci�n, "siempre se ha comportado como una m�s, para todo, cumpliendo los mismos horarios y asumiendo las mismas exigencias". "Se trata de una partitura extremadamente dif�cil de aprender y muy complicada", explican, "el coro permanece pr�cticamente todo el tiempo en escena, como un protagonista m�s".

Sonsoles Espinosa ha sido la 'primera dama' m�s peculiar de la historia de la pol�tica espa�ola. Entre otras muchas cosas, porque se empe�� en continuar con su carrera musical a pesar de mudarse a la Moncloa. Esto provoc� en ocasiones situaciones rocambolescas, como cuando fue a cantar a Buenos Aires con el coro La Capilla Real y la embajada espa�ola invit� "a todo el mundo". Pero, poco a poco, encontr� su sitio. Un hueco discreto y poco chirriante. Desde su llegada a Madrid fue evolucionando en su faceta profesional. Primero particip� en el Coro de la Sinf�nica de Madrid.Despu�s trabaj� con la mencionada Capilla Real. Tras eso, puso sus miras en la �pera, el sue�o de toda soprano. Adem�s de en el Teatro Real, ha actuado en el Liceu y en el Chatelet de Par�s. Ahora colabora habitualmente con el Coro Intermezzo. "Nadie se atrever� a darle un puesto de solista, pero voz no le falta, ni vocaci�n, sabe m�s de m�sica que cualquiera de nosotros", relata un antiguo compa�ero de una de estas formaciones. "Si me apuras, te dir�a que a Sonsoles tampoco le gustar�a ser protagonista. A ella le gustan los coros porque es un trabajo en equipo en el que las voces tienen que coordinarse sin que nadie sobresalga", aporta una periodista que la conoce bien.

Su vida actual se parece mucho m�s a la que quer�a tener que a la de su etapa como presidenta del Gobierno. Aunque sigue llevando muy mal la p�rdida de anonimato. Una persona que se encontr� con la pareja el pasado mes de abril en un vuelo Madrid-Dubai lo cuenta as�: "Daba hasta cierta l�stima ver c�mo intentaban pasar desapercibidos. Viajaban en una clase intermedia, sin levantar la cabeza, se les notaba muy inc�modos ante las miradas ajenas".

Ella acompa�a al ex presidente siempre que puede en los numerosos viajes a los que le obligan sus nuevas ocupaciones. Rodr�guez Zapatero siempre ha estado muy enamorado de su mujer, nunca lo ha ocultado. Durante su etapa al frente del Gobierno todo el mundo sab�a que no se pod�a contar con �l por las noches porque quer�a pasar tiempo en familia. "Sonsoles es lo mejor que tengo", sol�a decir entonces. Y ahora. En una cena no hace mucho con algunos amigos no tuvo empacho en reconocer que est� viviendo "una segunda luna de miel" con Sonsoles.

Parece que Espinosa ha asumido al fin que la vida de la familia transcurrir� en Madrid. Tras salir de la Moncloa, acariciaron la idea de irse a vivir a Le�n, donde comenzaron a levantar una casa en 2011 en Eras de Renueva, una de las zonas m�s exclusivas de la ciudad castellano leonesa. Despu�s de invertir cerca de 800.000 euros en construirse la casa so�ada, la familia nunca dio el paso de volver a los or�genes. Alquilaron una casa en Pozuelo de Alarc�n y pusieron a la venta la de Le�n, sin suerte. La construcci�n lleva varios a�os en el mercado sin encontrar comprador. Actualmente, la casa de los Zapatero se vende por 490.000 euros, 180.000 euros menos del precio inicial (670.000 euros). Muy en el estilo de no figurar de la ex pareja presidencial, la casa se vende como la del com�n de los mortales: en idealista.

En la decisi�n de permanecer en Madrid influyeron decisivamente las hijas del matrimonio, Alba y Laura, que han echado ra�ces en la capital. Alba quiere ser actriz, y estudia Artes Esc�nicas en la Universidad Europea de Madrid. Laura, que ten�a intenci�n de estudiar Filosof�a, finalmente opt� por acceder a un grado medio en la Escuela Superior de Comunicaci�n, Imagen y Sonido. A trav�s de esta instituci�n accedi� a una beca dentro del departamento de producci�n de la cadena Real Madrid Televisi�n.

Pero si alguien est� disfrutando de esta nueva etapa, �se es Jos� Luis Rodr�guez Zapatero. El socialista goza en el exterior de un prestigio que en Espa�a no tiene. A muchos ha sorprendido verle en Venezuela, mediando con Nicol�s Maduro para suavizar el conflicto que mantiene al pa�s en estado de excepci�n. Zapatero acudi� a petici�n expresa de Unasur (la Uni�n de Naciones Suramericanas) junto a los ex presidentes latinoamericanos Mart�n Torrijos y Lionel Fern�ndez. "Es f�cil. Zapatero se lleva bien con Maduro, cosa harto complicada; a la vez mantiene buena sinton�a con la opositora Mesa de Unidad Democr�tica, y tambi�n es visto con buenos ojos por los Castro, que tanto tienen que decir siempre en Venezuela", explica un analista internacional.

Esta misi�n de buenos oficios es s�lo una de sus m�ltiples labores. Actualmente, Rodr�guez Zapatero "preside el Comit� asesor de la Fundaci�n alemana Institute for Cultural Diplomacy (ICD), y participa en algunas de las actividades de la misma como conferenciante. As� mismo, es miembro honorario de la Comisi�n Internacional contra la pena de muerte y como tal tambi�n participa en sus actividades. Imparte cursos y conferencias en Espa�a y en el extranjero. Tambi�n fue designado observador electoral en las pasadas elecciones venezolanas y, m�s recientemente, en las que tuvieron lugar en Rep�blica Dominicana", explican desde su gabinete.

Lo cierto es que vive a caballo entre Madrid y Berl�n, sede del ICD, y se mantiene alejado (al menos de puertas para afuera) de la pol�tica espa�ola. Disfruta de los r�ditos que le est� dando su lucha por los derechos del colectivo homosexual. El pasado mes de marzo, Rodr�guez Zapatero fue recibido como un h�roe de los derechos LGTB en Cuba. Fue invitado por la hija del general Castro a dar una charla en la que reconoci� que la aprobaci�n de la ley del matrimonio homosexual hab�a sido "el gran logro" de su primera legislatura. En el pa�s caribe�o, Zapatero es visto como un referente pol�tico y moral.

El pol�tico socialista no ha tenido tanta suerte en Venezuela, donde su misi�n ha fracasado, al menos de momento. Al marcharse, ech� mano de su irreductible optimismo para no dar nada por perdido: "No vamos a descansar hasta que este proceso [el de di�logo entre Maduro y la oposici�n] arranque". Luego cogi� un avi�n. A tiempo para llegar al estreno de su esposa.