Robert Musil

(Klagenfurt, 1880 - Ginebra, 1942) Escritor austriaco. Es, junto con Thomas Mann y con Franz Kafka, uno de los m�s importantes novelistas en lengua alemana del siglo XX, y tambi�n, durante muchos a�os, fue uno de los menos conocidos. Pertenec�a a una distinguida familia de la alta burgues�a, de la que hab�an salido eruditos, funcionarios y militares. Hijo �nico, e inclinado por su padre (profesor de mec�nica aplicada en el Polit�cnico de Klagenfurt, consejero �ulico y honrado con t�tulo nobiliario) a la carrera militar en la Academia de M�hrisch-Weisskirchen, pronto se revel� en Musil una fuerte vocaci�n cient�fica.

Robert Musil

Habiendo abandonado por ello la Academia, Robert Musil se matricul� en la Escuela T�cnica Superior, donde estudi� ingenier�a mec�nica, y fue durante algunos a�os ayudante de mec�nica en el Polit�cnico de Stuttgart, donde elabor� el famoso "giroscopio de Musil"; en 1903 se trasladó a Berl�n para estudiar filosof�a y psicolog�a aplicada en la escuela de Carl Stumpf. Este vagabundeo intelectual y profesional fue un rasgo caracter�stico de Musil.

Oficial durante la Primera Guerra Mundial, en la que lleg� al grado de coronel, fue redactor, en la posguerra, de la Neue Rundschau y adscrito a trabajos de redacci�n en el Ministerio de Asuntos Exteriores austr�aco. Afín a Nietzsche en orientaci�n filosófica, embebido de ciencia y de t�cnica, pero insatisfecho de una y de otra (es tambi�n caracter�stica su intolerancia de la poes�a y de la m�sica), Musil quiso realizar un lúcido y severo diagn�stico de s� mismo, de su �poca y del hombre en general; sus naturales y s�lidas dotes art�sticas le salvaron, por otra parte, de la aridez de la teor�a pura y de la fragmentaci�n ensay�stica. "Cr�nica" y "an�lisis" fueron sus palabras program�ticas.

Su primera novela, Los extrav�os del alumno T�rless (Die Verwirrungen des Z�glings T�rless, 1906), que le hizo s�bitamente c�lebre en los pa�ses de habla alemana, constituye un claro y despiadado an�lisis de la miseria moral y sentimental de una juventud para la que la educaci�n cristiana no representa ya un fondeadero seguro o un s�lido punto de apoyo.

Los cinco cuentos (los �nicos escritos por Robert Musil) reunidos en los dos vol�menes Las uniones (Die Vereinigungen, 1911) y Tres mujeres (Drei Frauen, 1924), extienden la investigaci�n al mundo de los adultos y a la vida conyugal. El minucioso an�lisis de los sentimientos para llegar a un nuevo y puro "orden de sentimientos" (expresi�n cara al escritor) constituye una f�rmula af�n, desde muchos puntos de vista, a la del primer expresionismo alem�n (Gerhart Hauptmann, Frank Wedekind, Heinrich Mann, Alfred D�blin, etc.), aunque Musil, esp�ritu profundamente conservador, se mantuviera alejado del expresionismo y de cualquier otra "tendencia a la moda".

Un decisivo cambio en la biograf�a espiritual de Musil vino marcado por la Primera Guerra Mundial, despu�s de la cual aparece, de una manera cada vez m�s apremiante e insistente, el elemento político junto al �tico-psicol�gico, como se desprende de la serie de Ensayos y Diarios escritos en la posguerra, e incluidos en la edici�n completa de sus obras publicada en 1955.

Entre 1920 y 1924, Musil compuso dos dramas: Los fan�ticos (Die Schw�rmer, 1920) y, de menos alcance, Vicente o la amiga de hombres importantes (Vinzenz oder die Freundin bedeutender M�nner, 1924). El problema conyugal tratado en una de las primeras novelas cortas se transforma en Los fan�ticos; en t�rminos que recuerdan a Luigi Pirandello y, bastante m�s, a Kafka, Los fanáticos trata de un modo intensamente representativo la falta general de discernimiento: la desconcertante y r�pida quiebra de un matrimonio sugiere la inminente amenaza de fuerzas inhumanas y destructoras.

Sin embargo, Musil no figurar�a quiz� en la literatura mundial si no hubiera dejado la novela El hombre sin atributos (Der Mann ohne Eigen schaften), a cuya composici�n dedic� largos a�os, sin que le disuadieran de ello graves incidentes personales: su expulsi�n de Alemania en 1933, a ra�z del ascenso al poder del nazismo, y de Austria en 1938, y la amarga miseria de su asilo en Suiza en los primeros años de la Segunda Guerra Mundial.

El hilo argumental de El hombre sin atributos es muy simple: en 1913, un a�o antes de la Gran Guerra, empieza la preparaci�n del septuag�simo jubileo por la coronaci�n del emperador Francisco Jos� de Austria, que ha de celebrarse en 1918. El narrador lo explica desde el punto de vista de quien sabe que la pretendida celebraci�n del imperio acabar� en necrol�gica. La disoluci�n del marco pol�tico colectivo es anticipada por la decisi�n del protagonista, Ulrich, de disolver su propio yo: puesto que no sabe qu� hacer con sus talentos de hombre moderno, Ulrich (trasunto del autor) prefiere parecer muchas cosas a definir su propio ser. En este panorama del ocaso del mundo y del sujeto se intercalan multitud de episodios, observaciones y argumentos paralelos que quedan reflejados en la conciencia del protagonista. El �nico refugio que encontrar� �ste ser� el amor transgresor por su hermana.

La obra, de casi dos mil p�ginas, quedó incompleta en su parte final, y sus episodios, ambientados en la Viena de los a�os 1913-14, constituyen una amplia y minuciosa descripci�n de las condiciones internas y externas de un estado en v�as de derrumbarse. Pero su verdadera finalidad es la b�squeda de los motivos por los cuales se lleg� a la guerra y a las subsiguientes y angustiosas tensiones del mundo actual. La causa principal es, para Musil, la "bancarrota de las ideas" en una Europa que acaba destroz�ndose voluntariamente a s� misma: seg�n el autor, el �nico y eficaz remedio ser�a una "libre econom�a de las ideas", as� como la renuncia a todo dogmatismo ideol�gico.

C�mo citar este art�culo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].