La hija ilegítima de Alberto II de Bélgica reclama al Gobierno recibir el mismo trato que sus hermanos - Infobae

La hija ilegítima de Alberto II de Bélgica reclama al Gobierno recibir el mismo trato que sus hermanos

La artista Delfina de Sajonia-Coburgo se ha dirigido al primer ministro belga, Alexander de Croo, para exigir ser incluida en los eventos de la familia real

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La princesa Delphine Sajonia-Coburgo de Bélgica, en una imagen de archivo. EFE/EPA/STEPHANIE LECOCQ
La princesa Delphine Sajonia-Coburgo de Bélgica, en una imagen de archivo. EFE/EPA/STEPHANIE LECOCQ

Delfina de Sajonia-Coburgo, hija ilegítima del rey emérito de Bélgica, Alberto II, ha iniciado una nueva lucha para recibir el mismo trato que sus hermanos, Lorenzo y Astrid. La artista, anteriormente conocida como Delphine Boël, se ha dirigo al gobierno belga para exigir que se la incluya en los eventos de la familia real, al igual que pasa con los otros dos hermanos del actual monarca, Felipe.

Tras emprender en 2013 un largo proceso judicial para obtener el reconocimiento legal y social como hija extramatrimonial del exmonarca belga, en 2020 los tribunales le dieron la razón y confirmaron la paternidad de Alberto II, otorgando a Delfina el título de princesa, con el mismo estatus que sus hermanos.

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Según se ha hecho público a través de varios medios belgas, Delfina de Sajonia-Coburgo se ha dirigido al primer ministro del país, Alexander de Croo, mediante una carta redactada por su abogado Marc Uyttendaele, para expresar su malestar ante el hecho de que, a diferencia de sus hermanos, no ha sido invitada a diversos actos reales, como la celebración del Día del Rey el 15 de noviembre. En la misiva, la princesa reivindica ser incluida en “todos los eventos reales”, en lugar de ser relegada únicamente a la fiesta nacional y homenajes a miembros de la familia que han fallecido.

Delfina de Sajonia-Coburgo, en su primer encuentro con Alberto II y Paola de Bélgica. (EFE/EPA/HANDOUT)
Delfina de Sajonia-Coburgo, en su primer encuentro con Alberto II y Paola de Bélgica. (EFE/EPA/HANDOUT)

Uyttendaele ha emitido declaraciones en las que enfatiza que la carta no pretendía generar controversia, sino más bien mitigar una situación “insostenible” para su clienta, quien se debate entre el silencio y el riesgo de empañar la imagen de la monarquía si decide revelar su verdad. Ha subrayado también que la intención era resolver un trato desigual y embarazoso, especialmente en comparación con sus hermanos menores.

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Los medios belgas han intentado justificar la diferenciación de trato a Delfina debido a que ella no recibe una dotación del erario público, algo que tampoco ha solicitado nunca. Sin embargo, su defensa asevera que este hecho no es motivo suficiente para no considerarla “plenamente como miembro de la familia real”.

La defensa de sus derechos como princesa y su inclusión en la agenda real ha puesto en relieve el debate sobre la modernización de las monarquías y la aceptación de miembros nacidos fuera del matrimonio oficial, tema que se ha reflejado en varias casas reales a lo largo de Europa.

De noble a princesa

La escultora Delfina Boël tiene actualmente 55 años y es hija de la baronesa Sibila de Selys Longchamps, quien fue la amante de Alberto de Bélgica durante casi dos décadas, antes de que este accediera al trono tras la muerte de su hermano Balduino.

Tras siete años de batalla legal para ser reconocida como hija de Alberto II, una prueba de ADN demostró en enero de 2020 que, en efecto, el exmonarca belga era su progenitor. Nueve meses más tarde, el 1 de octubre, la justicia le otorgó el título de princesa de Sajonia-Coburgo y el tratamiento de Alteza Real. Tan solo una semana después, Delfina se vio por primera vez con su hermano, el rey Felipe, en el Castillo Real de Laeken, mientras que el 25 de octubre tendría su primer encuentro con su padre y la mujer de este, Paola de Bélgica, en el Castillo de Belvédère.