Spoilers de 'Blonde', a continuación

Que Blonde es una de las películas más importantes del año estaba cantado desde que conocimos el proyecto. Que iba a ser una de las cintas más polémicas de Netflix, también. Estamos acostumbrados a biopics que fingen una veracidad que no tienen. Homenajes a sus protagonistas sin claroscuros destinados a fans del mito para aumentar su mitomanía. Si hace una década el biopic se usaba para contar el drama de ciertas leyendas con, por ejemplo, las drogas, ahora se crea para excusarlos. Valgan los recientes ejemplos de Elvis y Freddie Mercury para ejemplificar como sus películas le echan toda la culpa de sus adicciones únicamente al entorno. Si el personaje es mujer o de otra raza que no sea la caucásica, entonces también hay que convertirlo en un símbolo de la lucha feminista o racial.

blonde marilyn monroe
Netflix

Es el signo de los tiempos, y no es que sean malos, es que son monótonos. Muchos, incluido Netflix, esperaban que el biopic de Marilyn Monroe fuese un correctísimo alegato feminista sobre la actriz, que denunciase el machismo y los abusos que sufrió y que reivindicase su figura como una actriz con más talento del demostrado y más inteligencia de la que pudo o le dejaron demostrar. Todo eso está en la película, al menos sobre el papel. Sin embargo, la película de Dominik crece en personalidad por aunar en los claroscuros, dejándose los discursos baratos y unidireccionales para otros. Blonde es una película compleja que camina siempre en la fina línea de la denuncia y la explotación, una película que explota el mito de Marilyn mientras lo denuncia. En medio, una inmensa Ana de Armas que, por su parte, sí que defiende a cada y espada la dignidad como mujer y persona de la leyenda.

Todos los biopics son mentira, y ninguno muestra la vida real de ninguno de sus protagonistas. Es algo obvio que algunos se empeñan en disimular para los más despistados. Blonde, sin embargo, es honesta con su retrato al abordar una novela que, aunque se encuentra plagada de hecho biográficos de Norma Jean Baker, está creada a partir de la ficción. Por eso la película puede caminar en un terreno muy resbaladizo. Pero habrá quién se indigne al ver como cuelan como aparentes hechos biográficos creaciones ficticias.

Marilyn Monroe y Cass Chaplin en 'Blonde'

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Netflix

Muy comentado será la escena de Blonde en la que Kennedy viola y humilla a Marilyn Monroe cuando de su supuesta relación, en realidad, poco se sabe. Sin embargo, hay un elemento todavía más espinoso, tanto por usar nombres reales como por modificar así una muerte. Hablamos de la relación de Norma Jean con los hijos de Charles Chaplin y de Edward G. Robinson. Ambos forman un trío sexual con ella en los primeros pasos de su carrera. Su relación es, al principio, luminosa. Los atractivos jóvenes enseñan a Marilyn el lado luminoso del sexo, fascinados por su inocencia y belleza. Después, tras el primer embarazo y aborto de Marilyn, los vemos desaparecer hasta la escena en la que chantajean al primer marido de la actriz con unas fotos de ella en Topless. La última aparición de Cass Chaplin es todavía más escabrosa, una carta póstuma en la que se despide de la actriz confesándole que él era el autor de las cartas de su supuesto padre, destrozando por completo lo poco que quedaba de Norma en Marilyn.

Lo primero que hay que aclarar es que en la novela de Joyce Carol Oates, la relación de ambos es todavía más sana que en la película. Ambos suponen, además de una liberal exploración sexual de Marilyn, el único vehículo de amistad verdadera para la actriz a lo largo de su vida. Y no, en la novela nunca chantajean a nadie con unas fotos comprometedoras de sus correrías sexuales con la actriz.

Cass Chaplin y Marilyn Monroe en la realidad

charles chaplin y charles chaplin jr en 1940
Hulton Archive//Gallery Stock
Charles Chaplin y Charles Chaplin Jr. en 1940.

Pero si decimos que la figura más polémica de Blonde no es ni la violación del Presidente ni los malos tratos de su primer esposo es porque la película, sabiéndose ficción, nunca les llama por las figuras que representan, Kennedy y Joe DiMaggio. Tampoco lo hace con el segundo marido, Arthur Miller. Sin embargo, Charles Chaplin Jr., también llamado Cass Chaplin, aparece reivindicando su nombre una y otra vez. Su vida, sin embargo, difiera bastante de la representada en pantalla. Hijo de la mayor leyenda del séptimo arte con permiso de Marilyn Monroe, Cass Chaplin y Marilyn Monroe tuvieron una supuesta relación durante unos meses, siendo la única prueba documentada de la misma una visita de Monroe a la casa de los Chaplin como presentación... Según Goddes: The Secret Lives of Marilyn Monroe, de Anthony Summers, Cass Chaplin invitó a Marilyn a comer a su casa en 1947. Según la autobiografía del propio Cass, llamada My Father, se insinúa que ambos salieron por un tiempo, pero nunca se aclara.

A Edward G. Robinson Jr. lo conoció unos cinco años después de que esta relación acabase, y si hubo algo más que amistad fue muy breve. En palabras de la misma Summers: "cualquier pasión que pudiera haber tornó muy pronto en amistad". Por tanto, que se sepa o se pueda demostrar, ni los tiempos ni las relaciones coinciden para que se de ese supuesto trío sexual o esa correría de orgias más extendida en la novela. Es una licencia que en Blonde tiene como objetivo representar un punto positivo en la vida sexual de Marilyn Monroe, pero que también es el más proclive a caer en el lado de la fantasía masculina que la película debería denunciar sin tantos ambages.

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Netflix

Más polémico todavía, sobre todo si nos ponemos en la perspectiva de la familia de Cass Chaplin, es lo referente a su profesión y a su muerte. En la película se le muestra como un parado niño de papa que muere alcohólico ahogado con su vómito, y que entendemos viviría de las rentas o de acciones tan lamentables como el chantaje hacia una amiga que confiaba en él. En la vida real Cass Chaplin no llegó al éxito de su padre, pero si tuvo una carrera en Hollywood bastante decente a lo largo de los años 50. Su final no solo no fue en el año 62, meses antes de la muerte de la actriz. Chaplin Jr. falleció en 1968 y no lo hizo borracho y ahogado en su propio vómito, si no debido a una embolia pulmonar.

Ni nos va ni nos viene que Marilyn Monroe hiciese o no hiciese las correrías sexuales en las que queráis pensar. Por supuesto, si Blonde es más interesante que el resto de académicos biopics recientes es por su apuesta por el mito antes que por la realidad, por la ficción interesante más que el biografismo políticamente correcto. Sin embargo, hay alteraciones de la realidad bastante ofensivas, denigrantes y peligrosas que deberían de tener más justificación que la conveniencia narrativa de cara a un giro dramático en la historia. Especialmente cuando para muchos quedará que una figura como Cass Chaplin, poco conocida para el gran público, murió borracho como alcohólico y chantajista sexual cuando no fue así. De lo de Kennedy ya dejamos que se ocupe el FBI...

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