Publicado el 18 de noviembre de 1971, el siempre arriesgado cantautor inglés ponía en nuestros oídos su más preciada gema acompañado de un grupo de notables amigos.
Kevin Ayers
Whatevershebringswesing
Harvest Records. 1971. Inglaterra
El 18 de febrero de 2013 fallecía Kevin Ayers†, una de las piedras fundacionales de la orgánica agrupación Soft Machine, banda venerada por una legión de fieles seguidores de una de las músicas más espontáneas que haya germinado en el fértil suelo del rock y el jazz inglés, especialmente de ese provocador movimiento surgido a mediados de los 60 que hoy conocemos como “Canterbury Scene” del cual han formado parte Caravan, Matching Mole, Hatfield and The North, National Health, Gilgamesh y otros de similar tenor.
Ayers es considerado por algunos críticos como la figura más importante del pop británico junto al genial Syd Barrett† (Pink Floyd). A ocho años de su desaparición física, recordamos su obra más aclamada, Whatevershebringswesing, rutilante título que escrito en buen inglés se lee “Whatever she brings, we sing” que dicho en español traduce “Cantamos todo lo que ella traiga” o “Lo que sea que ella traiga, lo cantamos”.
El disco seguía al debut de 1969, Joy of a Toy, aun con su paso por Soft Machine muy fresco y Shooting at the Moon (1970) con la circunstancial banda The Whole World
Esta magnifica obra que hoy llega al medio siglo de haber sido publicada, fue grabada en Abbey Road Studios de Londres con Kevin Ayers y Andrew King como productores. En el disco participa un importante grupo de músicos que incluyen a los notables Robert Wyatt y Mike Oldfield.
La obra contó también con la participación de los audio ingenieros Peter Mews y John Barrett.
Nuestro primer contacto con este maravilloso disco es una imagen surreal en la que se aprecia una canasta llena de huevos de los cuales emergen humanos.
La original portada es la antesala de una mini-suite de poco más de siete minutos “There is Loving / Among Us / There is Loving” esencialmente instrumental con el segmento intermedio conformado por seis versos y un coro.
Kevin, de tono grave, nos dice: “Todo lo que haces es cierto / tanto como así lo creas / y todo cuanto hagas es actuado / y así debes tratarlo / y todos van por lo alto hasta que algo los baje… es entonces cuando debes permanecer / no es el momento de partir / es cuando debes quedarte / y dejar fluir tu amor”
Este segmento nos sorprende con los atractivos y dramáticos arreglos orquestales de David Bedford y la participación de Mike Oldfield al bajo junto al baterista Dave Dufort. El saxo y fliscorno que allí apreciamos están en las manos de Diedier Malherbe (Gong) y Bruce Malamut, respectivamente.
Este último, artífice de los metales que acá nos cautivan. Además del wah wah de la guitarra de Ayers.
La melodiosa “Margaret” es la segunda pieza del repertorio. La participación del violinista Johnny Van Derrick es clave en esta sutil pieza donde también toma parte el percusionista William Murray†.
Malamut se hace cómplice una vez más en esta canción donde Ayers nos dice: “Margaret eres una niña mágica / lo supe desde que sonreíste por primera vez… Y más te conozco / más me sorprende encontrar en alguien / tan tiernas y amorosas maneras”
Luego, Ayers cambia de dirección con la divertida “Oh My” al mejor estilo de un dixeland jazz. Los metales son fundamentales, junto al violín de Gerry Fields, en recrear “una marcha por Burbon Street”
“!Oh! en verdad lo intento / pero no llegó a ningún lugar / tú dirás que así parece ser / y algo he de encontrar…”, nos dice Kevin.
“Song From The Bottom Of A Well” (La canción del fondo del pozo) es el punto medio de nuestra festejada placa discográfica.
Kevin se adentra en la experimentación y la psicodelia llevándonos con su voz y otros efectos al fondo de un pozo. El cantautor nos dice: “Esta es una canción desde el fondo de un pozo / hay cosas aquí que debo intentar hacer y contar / es claro y oscuro al mismo tiempo / el agua a veces parece vino”.
Kevin le da espacio a Mike Oldfield para que nos atrape con su intro de bajo en el tema título, “Whatevershebringswesing”, donde la acompasada pieza presenta al emblemático Robert Wyatt en las armonías vocales con unos pasajes instrumentales sublimes.
“Estoy viendo alrededor con enojo / por algo que encontrar que pueda encararme / para dejar algo, algo en el pasado…” Los versos son parte de los trece minutos pincelados de blues, góspel y un poco de locura.
Kevin Ayers es superlativo con la guitarra.
Sigue el set con el tema “Stranger In Blue Suede Shoes”, una extraña historia que parcialmente nos cuenta: “Entré a este bar / y el hombre se negó, dijo ‘No le servimos a extraños en zapatos de gamuza azules / no fíamos, ni cedemos, tenemos que pensar en lo que pueda decir la gente’ / ¿entiendes lo que digo?” / y yo le dije, ‘claro, hombre’”
Al absurdo cuento le sigue otro blues llamado “Champagne Cowboy Blues” donde Johnny Van Derrick toma de nuevo el violín y William Murray la percusión, recreando el ambiente del “far west” y acompañando a los versos de esta historia: “Champaña, borracho de nuevo / me hace pensar en ti / el sol y este malvado vino / también hay amor / no me importa cómo o por qué… Algo que creo he aprendido / es que amar ha de ser libre / tanta energía perdida en celos sin sentido / yo sólo quiero cantarte / sí, eso quiero”
Un detalle de esta canción son unas voces de fondo que se cuelan entre los versos.
El hermoso instrumental “Lullaby” cierra el disco. Bedford y Malherbe, piano y flauta, respectivamente, inician esta pieza que nos trae sosiego con la cascada de agua que escuchamos al fondo, dejando con ella un amplio espacio para la tranquilidad y la reflexión.
Volvamos a noviembre de 1971 y viajemos “cantando cualquier cosa que ella traiga”.
Leonardo Bigott
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