Biografía de Thomas Vinterberg (1969)

Desde hace muchos años Thomas Vinterberg completa, junto con Lars Von Trier y Susanne Bier y Lone Scherfig el cuarteto de directores daneses más internacionales. Entre ellos se disputan varias obras maestras y los premios recibidos se cuentan por centenas. Aunque Vinterberg es el más joven de los cuatro muy pronto dejó claro que sus historias son tremendamente serias, a menudo duras y deprimentes, con la densa carga antropológica que caracteriza al cine de sus país. A la hora de contar las tragedias, los miedos, las mezquindades y debilidades del ser humano, Vinterberg es un maestro.

Thomas Vinterberg nació en Copenhague el 19 de mayo de 1969. Sus primeros años los pasó en compañía de una comunidad hippy. Hijo del crítico de cine Søren Vinterberg, el joven Thomas apuntaba maneras y sólo por eso se explica que fuera el más joven estudiante de la historia en ser aceptado en la Escuela Nacional de Cine, con tan sólo 19 años. Tras algunos trabajos menores, su cortometraje de graduación, Sidste omgang (1993) obtuvo un gran éxito de la crítica y ganó el Premio del Jurado del Festival Estudiantil de Cine de Múnich y el primer premio del Festival de Tel Aviv. Era el comienzo de una carrera en donde el cineasta iba a recibir numerosos reconocimientos. Hasta el momento sólo había rodado algunos cortometrajes, pero ya había trabajado con algunos intérpretes que con el tiempo se convertirían en la punta de lanza del cine danés, como Thomas Bo Larsen, Paprika Steen, Ulrich Thomsen, Ann Eleonora Jørgensen o Nikolaj Coster-Waldau.

La carrera de Vinterberg tomó notoriedad con el Movimiento Dogma 95, fundado por Lars Von Trier y por el propio Vinterberg, a quienes luego se unieron otros cineastas como Kristian Levring y Soren Kragh-Jacobsen. Propugnaban un cine puro, sin aditamentos externos y en donde se dejara fuera lo que no era estrictamente artístico, como los créditos. Antes, con veinticinco años, Vinterberg había rodado su primer largometraje, De største helte (1996). Se trataba de una comedia dramática en donde un padre conoce por primera vez a su hija de doce años. El film obtuvo varios premios del cine danés, entre ellos para los actores Thomas Bo Larsen y Ulrich Thomsen. Pero fue con su película Celebración (1998), filmada según los mandamientos que inspiraban el Movimiento Dogma 95, cuando el nombre de Thomas Vinterberg (que no salía acreditado) alcanzó fama internacional. La película era una dura historia familiar, en donde salían a relucir secretos malsanos de un padre de familia en medio de una cena de celebración llena de comensales. La película obtuvo el Premio del Jurado en el Festival de Cannes y mereció la nominación al Globo de Oro. A propósito de su éxito, Vinterbeg dice que “fue como una granada de mano explotando en mi cara. De repente me dio muchas oportunidades para hacer cosas que nunca había hecho antes”. Lo cual no significaba seguir con los postulados de Dogma: “Creo que ese fue el final de mi trayectoria en Dogma. Fue lo más lejos que pude llegar”.

Tras algunos años haciendo videos musicales y otros trabajos menores, Vinterberg se internacionalizó y presentó en 2003 el drama Todo es por amor, en donde trabajaron Joaquín Phoenix, Claire Danes y Sean Penn. Se trata de un film interesante, que aúna amor y ciencia ficción, pero que no es desde luego redondo. Y algo parecido le ocurrió dos años después con Querida Wendy, una parábola protagonizada por Jamie Bell sobre el uso de las armas en la América profunda y que, pese a la interesante propuesta de fondo, no obtuvo demasiada repercusión. Visto lo cual Vinterberg decidió cambiar por completo de registro. Viajó a su país y rodó en 2007 una comedia menor, Cuando un hombre vuelve a casa, con su actor fetiche Thomas Bo Larsen.

Asentado ya en el frío nórdico rodó después dos de sus películas más potentes, que propiciaron que el prestigio del director regresara con fuerza. Submarino (2010), con la que ganó cinco premios del cine danés, es un durísimo drama sobre la tragedia que pesa sobre dos hermanos, cuyas vidas han corrido derroteros separados. Por su parte, La caza (2012) supuso el retorno definitivo al Olimpo. Protagonizada por Mads Mikkelsen cuenta la historia de un profesor de primaria que ve cómo su vida es destrozada por culpa de una calumnia de abusos a menores. La película es espeluznante y el impacto sobre el espectador permanece en el tiempo. Mikkelsen fue premiado en Cannes y la película obtuvo merecidamente nominaciones en los Globos de Oro y en los premios Oscar. Submarino y La caza son películas que definen perfectamente las inquietudes artísticas de Vinterberg, que explica: “No soy un creador anárquico. Soy intuitivo y trato de encontrar una manera de explorar la fragilidad humana”.

Con el prestigio recuperado se adentró de nuevo en la coproducción internacional en Lejos del mundanal ruido (2015), notabilísima adaptación de la célebre novela de Thomas Hardy. Y al año siguiente trasladó a la pantalla sus experiencia de vida hippy en La comuna (2016), una película desigual pero que le permitió trabajar de nuevo con su mujer, Helene Reingaard Neumann, con quien se casó en 2010. Helene, segunda esposa de Vinterberg, es además pastora protestante y ha sembrado en su marido inquietudes espirituales antes desconocidas.

Obtuvo también éxito con la película Kursk (2018), que narra los hechos reales del infructuoso rescate del malogrado submarino ruso que se hundió en las gélidas aguas del Mar de Barents en el año 2000. Y dos años después, instalado ya en la cima del cine europeo, Vinterberg estrenó una de sus mejores películas, Otra ronda, en donde el director danés explora las ventajas y peligros de aficionarse al consumo de alcohol. El film ha obtenido nominaciones al Oscar en dos categorías, la de Mejor película en lengua no inglesa y la de Mejor director.