¿Siempre tienes música en tu vida? Que me dices de escuchar tu canción favorita mientras das un paseo en el parque. Escuchar rock a todo volumen mientras respondes correos electrónicos. Escuchar jazz mientras cocinas y limpias. Escuchar a Coldplay mientras conduces por la ciudad o escuchar música house, mientras haces largos viajes por la carretera con amigos. Si te haz identificado con ello, sí, vives la Lisztomanía, que radica en la necesidad de escuchar música todo el tiempo.
La palabra es un acrónimo de
Liszt y manía. La Lisztomanía se caracterizó por intensos niveles de histeria demostrados por los fans.
Lisztomanía se define como el trastorno que produce de la locura y la histeria al escuchar música. El nombre del fenómeno lleva el título del famoso compositor Franz Liszt, quien con su talento y fama hizo que la gente enloqueciera con sus obras.
El clímax de la locura musical se alcanzó en Berlín en 1841, tras una sensacional serie de conciertos del músico. El comportamiento del público puede compararse con la locura masiva. Pocos pianistas modernos pueden presumir de tal logro como tocar a dos pianos, pero Liszt lo logró.
FRENESÍ DE FRANZ LISZT
El término Lisztomania fue acuñado por el escritor alemán Genrihom Geyne. Se conoció como histeria colectiva, notada después del concierto de Franz Liszt, un genio musical, que sin duda ha sido uno de los más grandes pianistas de todos los tiempos.
Podía presumir de una técnica extraordinaria y de un inmenso poder de expresión, y ya deleitaba al público desde la edad de 12 años. En su primer concierto público en Viena, el Allgemeine Musikalische Zeitung informó que algunos miembros de la audiencia habían gritado: “¡Un milagro!”.
Sin embargo, la habilidad musical no fue la única razón del éxito y ascenso de Lizst como celebridad. Fue adulado por su carisma extraordinario que cautivó al público, que permeó en mujeres abrumadas por una avalancha de tonos y sentimientos que se desmayaban durante el concierto ante esa frenesí musical.
UN MÚSICO CON HABILIDADES MISTERIOSAS Y DE OTRO MUNDO
Liszt se hizo tan famoso que pronto tuvo a sus pies a la realeza y la nobleza. Con esto aumentando con éxito su talento musical, dondequiera que fuera. Como dijo el crítico musical Ludwig Rellstab: “No se fue como un rey, sino como un rey”.
La musicóloga Dana Gooley argumenta que el uso de Heine del término «Lisztomanía» no se usó de la misma manera que se usó» Beatlemanía «para describir la intensa emoción generada hacia The Beatles en el siglo XX.
En cambio, Lisztomanía tenía mucho más énfasis médico porque el término «manía» era un término mucho más fuerte en la década de 1840, mientras que en el siglo XX «manía» podía referirse a algo tan leve como una nueva moda. Algunos consideraban que la Lisztomanía era una afección médica genuinamente contagiosa y los críticos recomendaron medidas para inmunizar al público.
LISZTOMANIA: ¿UNA ENFERMEDAD INOFENSIVA O UN PASATIEMPO?
La redacción moderna del término lo describe como una necesidad de escuchar música todo el tiempo y este fenómeno se consideraba una enfermedad contagiosa. La pasión histérica por la música se convirtió en un auténtico fenómeno social de la época. Ahora se cree que no es más que una moda pasajera. Y cuanto más fuerte sea, mejor. Como regla general, el crecimiento está ocurriendo.
¿Y tú tienes Lisztomanía? Sí es así entonces estás leyendo el artículo, escuchando tu playlist favorito disfrutando de la fascinación que produce la música en nuestra vida. Miremos donde miremos, hay música. Y forma una parte tan esencial del ser humano que se hace inseparable de lo que somos.
