Zazie en el metro – Raymond Queneau

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Zazie en el metro - Raymond Queneau

Peroquienapestasí, se preguntó Gabriel, crispado. Te pongas como te pongas, no se lavan jamás. El periódico dice que en París no llegan al 11 por 100 los pisos con cuarto de baño, y no es que la cosa me sorprenda, pero uno puede lavarse de mil formas. Ninguno de estos debe hacer grandes esfuerzos. Claro que tampoco hay motivo para suponer que los han escogido entre los más guarros de París. Están aquí por casualidad. No veo por qué la gente de la estación de Austerlitz va a oler peor que la de la estación de Lyon. No, no hay motivo. Y, sin embargo, ¡qué olor!

Así comienza Zazie en el metro, una jovial novela que descubrió al público a Raymond Queneau en 1959 y que gustará a aquellos lectores que disfruten con el género surrealista, donde pinceladas de humor absurdo trufan una historia en apariencia banal: la pequeña Zazie queda durante un par de días al cuidado de su tío Gabriel y son los acontecimientos de ese par de jornadas los que recoge la novela.

Sin embargo, nada de lo que sucede en ese lapso de tiempo es normal. Poco saben tío y sobrina el uno del otro: Zazie resultará una jovencita testaruda, maleducada, díscola y con la idea fija de montar en metro; por su parte, Gabriel es un hombre con un peculiar oficio y un grupo de amigos de lo más disparatados.

Parisinos que no conocen París y confunden los Inválidos con el cuartel de Reuilly, un autobús lleno de excéntricos turistas, un policía de incógnito, épicas peleas de bar, fugas, propuestas de matrimonio y una visita a la torre Eiffel forman parte de la trepidante acción de Zazie en el metro, conducida por unos diálogos vibrantes, llenos de juegos de palabras y agudezas.

Precisamente los juegos de palabras y los experimentos lingüísticos, característicos de las obras de Queneau y fruto de su interés en la divergencia entre el lenguaje hablado y el lenguaje escrito, pueblan el texto. Así, a los policías que patrullan montado en bicicleta los denomina «embicis» y los cargos que estos presentarán contra el grupo de personajes protagonistas serán «escándalo nocturno, alboroto lunar, follón somnívoro y medianoche ululante».

A pesar del título de esta novela corta, Zazie no logrará cumplir su deseo y viajar en el metro parisino: cuando por fin lo haga, estará dormida y no podrá disfrutar de la experiencia. No obstante, la presente edición de Marbot Ediciones incluye algunos textos inéditos entre los que figura una versión de la historia en los que Zazie, huyendo de casa de su tío, toma el metro. Aunque las aventuras de Zazie en el metro, en esa versión, siguen la tónica desopilante del resto de la novela, sin duda Queneau supo elegir la mejor versión. A pesar de que la lectura de esos fragmentos inéditos tiene su interés, la novela resulta perfecta tal como fue publicada en su momento.

Zazie en el metro no tiene los momentos de sutil hondura que cautivan en Los últimos días, otra novela de Raymond Queneau que comentábamos no hace mucho. Es esta una novela más dinámica, donde los acontecimientos se suceden con un ritmo casi frenético y la paradoja ocupa el lugar de la reflexión. Es, con todo, una novela que me permito recomendarles.

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