Las mujeres de la "familia Manson" confiesan qué les hacía ser leales a su líder

Las mujeres de la "familia Manson" confiesan qué les hacía ser leales a su líder

Vida

Algunas de ellas tenían solo 13 años cuando entraron a formar parte del grupo, y muchas todavía a día de hoy no ven que hayan hecho nada malo

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Hoy se estrena la última cinta de Quentin Tarantino, Érase una vez en… Hollywood , y las expectativas están más que altas. Entre otras figuras relevantes de la época, Tarantino ha querido incluir al célebre asesino en serie Charles Manson, que junto a su peculiar “familia” forman parte de una historia en la que participan los protagonistas, interpretados por Leonardo DiCaprio y Brad Pitt. En concreto, Tarantino trata de manera colateral el asesinato de Sharon Tate (Margot Robbie en la cinta), actriz y modelo casada y embarazada por aquel entonces del director de cine Roman Polanski, en la madrugada del 9 de agosto de 1969.

Charles Manson era el líder de un grupo que pasaría a la posteridad como “la familia Manson”. Surgido en California a finales de los años 60, comenzó como un grupo “hippie” en el que el propio Manson se estableció como una especie de “gurú del amor”. Junto a sus seguidores, la mayoría mujeres, se dedicaron a trasladarse de acá para allá y a delinquir durante unos años, desarrollando además prácticas muy extrañas y de corte satánico. Sin embargo, su mayor crimen, por el cuál fueron juzgados, fue el cometer el asesinato de siete personas, entre las que se encontraba la mencionada Sharon Tate.

Pero, ¿qué tenía Manson que hacía que sus seguidores le guardaran tal lealtad? Parece ser que la mayoría del grupo estaba de acuerdo con los ideales de su líder. Sin embargo, un nuevo documental presentado con el motivo del 50º aniversario de los horribles crímenes ha querido compartir el testimonio de algunas de esas mujeres. Manson: The Women (2019) cuenta con la participación de Catherine Share, Sandra Good, Lynnette Fromme y Dianne Lake, que echan la vista atrás y rememoran su tiempo junto a Manson, los crímenes y todo lo que eso supuso para ellas en su juventud.

Ninguna de ellas fue detenida por los asesinatos, pero todas ellas coinciden en que no se debería centrar la mirada en los miembros de “la familia”, sino en el propio Manson, que fue el instigador principal y que no fue condenado como autor material de ninguno de los asesinatos.

“Cuando arrestaron a los demás me sentí muy, muy triste por las víctimas… pero también por todos aquellos jóvenes que se habían convertido en asesinos”, dice Catherine Share en el documental (via ).

Sandra Good, por su parte, no considera que los crímenes fuesen algo “diabólico”: “Solo porque una persona mate a otra no le convierte en bueno o malo. Sé que (los miembros de la familia) eran buena gente. *¿Cómo puedes señalarnos con el dedo y decir que éramos malvados por ser *buenos soldados y hacer lo que se tenía que hacer? No tenían ‘sed de sangre’, solo hacían lo que debían de hacer. La guerra no es asesinato”.

Es precisamente el convencimiento de Good, tras muchos años entre rejas, los que ponen en relieve el control que Manson ejercía sobre sus miembros. Su capacidad de manipulación y control sobre los demás fueron más que suficientes para hacer que otros cometieran los delitos que él ideaba. Para Manson, se avecinaba una “guerra racial” en la que todos deberían de tomar parte, y comenzó a “prepararse” para dicho apocalipsis, aislando a sus miembros de la sociedad y tomando drogas, como el LSD. Su discurso pronto se tornó oscuro, y comenzó a ejercer un duro control psicológico sobre sus miembros, además de abusos sexuales y físicos, en especial con las mujeres de “la familia” que, como en el caso de Dianne Lake, eran solo unas adolescentes en aquella época (entre los 13 y los 24 años). Jóvenes que querían resistirse a la autoridad, que tomaban y experimentaban con drogas y creían en el amor “libre”; adolescentes que vivían en la calle tras escaparse de casa, que estaban en desacuerdo con la sociedad y que vieron en Manson una “respuesta.

Manson se ha establecido como una especie de “icono” de la locura, el terror, la violencia desmedida y lo macabro. Se convirtió en uno de los criminales más famosos en los Estados Unidos, y recibía miles de cartas en prisión de sus fans, que vivían fascinados ante sus crímenes. Además de ser protagonista de numerosos documentales y programas de televisión (el último, American Horror Story: Cult, de Ryan Murphy), también ha servido como fuente de inspiración para el mundo de la música.

Manson falleció en prisión el 19 de noviembre de 2017, por un cáncer cerebral tras pasar más de seis décadas entre rejas. Cinco de los miembros de su “familia” continúan cumpliendo condena.

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