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Relato: Starblue prisionero





POR IGNACIO PANTOJA

Fuente: Autismo en vivo | 10/05/2024

Fotografía: Pixabay



Taylor Starblue se encontraba triste, profundamente triste.

Llevaba en la oscuridad semanas, puede que meses. Allí, sentado y encadenado de pies y manos miraba a la penumbra del otro lado de la celda y había perdido la noción del tiempo. Todo oscuro y todo silencio. Podía recordar la luz del sol como si fuese un sueño de un nostálgico pasado, también recordaba el cielo azul y la hierba verde.


Desde que fue hecho preso por los carbodianos, arrastraba una profunda melancolía…ya no era solamente la soledad, sino su juicio, que perdía poco a poco.


Podía beber cada vez qué una lluvia amarga mojaba las paredes y cuando un cadaver de una alimaña quedaba cerca de él lo mordía con mucha ansiedad aunque estuviese putrefacto.


Varios metros por encima de su cabeza podía observar un cielo color púrpura y negruzco donde brillaban extraños puntos verdes entre columnas gigantes de nubes moradas, un lugar sin sol en los oscuros extremos del universo; una especie de criaturas aladas con trompa le miraban curiosos mientras él deseaba tener sus propias alas para volar. Quizá esperaban a que él muriese para devorar sus restos.



De repente, se dio cuenta de que no estaba encadenado, que podía moverse. El paso del tiempo había oxidado sus cadenas y ahora estaban destrozadas por la herrumbre y podía sacar las manos y los pies de ellas. Notó el frío en la sala propio de las corrientes de viento que flotaban a su alrededor. Se fijó en la pared de abajo de la ventana, estaba muy vieja y decrépita, pero aún así se animó a escalarla, no veía ninguna puerta ni ninguna otra salida. Empezó poco a poco a subir apoyado incómodamente en los agujeros que tenía su celda y cuando llegó arriba, a la ventana pudo divisarlo:



Un profundo abismo había desde ahí hasta un oscuro mar lleno de olas que rugían con una inmensa fuerza al chocar contra el muro de su jaula.



Sin pensarlo dos veces…cerró los ojos y saltó al vacío.



Ignacio F. Pantoja

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