Qué es el volatiloma y cómo puede ayudar a detectar enfermedades como el cáncer
Qué es el volatiloma y cómo puede ayudar a detectar enfermedades como el cáncer
Compuestos Orgánicos Volátiles

Qué es el volatiloma y cómo puede ayudar a detectar enfermedades como el cáncer

El estudio de los compuestos volátiles que emitimos a través de la dermis, el aliento o la orina pueden ser un importante apoyo para otras técnicas de diagnóstico de enfermedades

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Cada individuo es único y el olor que desprende su piel de manera natural también lo es. Los seres humanos poseemos una fragancia corporal singular que está compuesta por emisiones volátiles producidas por el cuerpo humano y sus microbiomas. Es lo que se conoce como volatiloma, compuestos orgánicos volátiles (COV) que emitimos a través de la dermis, pero también por el aliento o la orina. “Son productos con olor característico derivados tanto del metabolismo normal o patológico del propio organismo, como de los gérmenes de la piel o intestino”, explica Domingo González-Lamuño, presidente de la Asociación Española para el estudio de los Errores Congénitos del Metabolismo (AECOM).

El origen del olor corporal, según explica González-Lamuño, “se encuentra en la degradación bacteriana de sustancias orgánicas del metabolismo o la dieta y nuestro microbioma (la mezcla de bacterias y otros microbios)”. Algo que lo convierte en exclusivo en sí mismo.

El volatiloma de la mayoría de los humanos también contiene volátiles de cualquier producto fragante utilizado, “como detergentes y suavizantes para la ropa, champús y acondicionadores para el cabello, jabones corporales, jabones, cosméticos y cualquier otro tipo de producto de cuidado personal, incluidos desodorantes y fragancias”, sostiene González-Lamuño.

Desde hace algunos años, la ciencia estudia de qué manera estos compuestos volátiles ayudan en el diagnóstico de algunas dolencias. La revista Analytical and Bioanalytical Chemistry publicaba, en octubre de 2023, el artículo “Volatilomas de la infección humana” en el que trataba cómo los microbios emiten compuestos orgánicos volátiles que pueden proporcionar información ante la existencia de infecciones y del potencial clínico que este hecho puede tener en diagnósticos futuros. Anteriormente, coincidiendo con la pandemia de COVID-19, Plos One difundía el artículo “Detección de olores altamente sensible de pacientes con COVID-19 in vivo por perros entrenados”, que explicaba cómo los perros podían identificar, oliendo al paciente, la existencia o no de la enfermedad en el individuo, con una alta precisión.

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Hay investigaciones que han profundizado también en el papel del volatiloma en la detección temprana del cáncer de próstata, como un método no invasivo, simple y fácil de usar, complementario con otras técnicas diagnósticas. Un ejemplo es el artículo “Volatilómica: una vía emergente y prometedora para la detección de posibles biomarcadores del cáncer de próstata”, recogido en la publicación Cancers en 2022. El texto afirma que “el volatiloma es una valiosa fuente de información sobre la salud general y su análisis posee gran potencial en el cribado del cáncer, la caracterización de la progresión de la enfermedad y el seguimiento del éxito del tratamiento, así como para la discriminación entre diferentes tipos de cáncer”

La posibilidad de reconocer ciertas dolencias solo con el olor se debe a que “algunas enfermedades modifican nuestro metabolismo alterando la concentración de las moléculas expiradas o añadiendo otras nuevas. De este modo, su detección -en principio- puede ser un elemento diagnóstico”, señala Ignacio García-Alonso, doctor en Medicina. El problema en la consecución de un diagnóstico fiable estaría, según este especialista, “en que seamos capaces de medir con exactitud esas moléculas en el aire expirado (una cosa es en una muestra en el laboratorio y otra en el aliento de una persona) y establecer unas cifras fiables a partir de las cuales poder afirmar con seguridad el diagnóstico”.

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Son muchos los productos de la transpiración que forman parte de nuestro volatiloma personal. Un estudio bibliográfico de todos los volátiles del aliento y los fluidos corporales humanos sanos fue publicado en PubMed en 2021, actualizando los COV encontrados en una revisión de 2014. El documento identificó: en sangre, 379 productos; en el aliento, 1488; en heces, 443; en la leche, 290; en la saliva, 549; en el semen, 196; en la piel, 623; y en la orina, 444. Cada compuesto tiene asignado un número de registro y se nombran de acuerdo con un código específico. “Algunos de los compuestos se encuentran en los aceites esenciales (benzaldehído, citronelal, limoneno, pineno…) y confieren a la persona un olor característico y reconocible a frutas, esencias, etc. Otros son sustancias como amoníaco, ácido acético, acetona, acetaldehído, benceno, butano, heptano, etc”, apunta el presidente de AECOM.

Muchas de estas sustancias volátiles derivan o se metabolizan a partir de algo que ya está en el cuerpo, por fermentación o actividad microbiana. “La existencia de determinadas sustancias volátiles (ácidos orgánicos), presentes tanto en el sudor como en la orina, es la base para el diagnóstico de trastornos metabólicos hereditarios como las acidemias orgánicas o los trastornos del metabolismo de aminoácidos. Otras enfermedades metabólicas adquiridas más comunes como la diabetes también se acompañan de olores característicos a acetona”, mantiene González-Lamuño.

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La utilización de tratamientos antimicrobianos o antibióticos puede modificar el olor asociado a una infección, “pero también algunos quelantes o neutralizantes de sustancias, o la carnitina que se une a moléculas volátiles y se elimina por orina”, agrega el portavoz de AECOM.

Algunos olores característicos del aliento se modifican cuando la microbiota intestinal varía. Las “pruebas de aliento”, basadas en la medida en aire espirado de diferentes gases, representan una alternativa para el estudio de alteraciones en el campo de la gastroenterología. “Su utilidad se extiende al diagnóstico de malabsorción de lactosa y otros azúcares, evaluación de la integridad de la mucosa intestinal, sobrecrecimiento bacteriano, cálculo del tiempo de tránsito intestinal, etc”, manifiesta el experto de AECOM.

En particular, los avances tecnológicos se presentan como un apoyo importante en la detección de sustancias volátiles en el aliento, una circunstancia que en opinión de González-Lamuño, “permitirán, en pocos años, la monitorización metabólica y de estado de salud equivalente a la de muchos análisis de sangre y orina. Dispondremos de dispositivos portátiles que medirán los compuestos metabólicos en el aliento relacionados con el estado de salud, hormonal, de condición física y nutrición. Para muchas personas con determinados trastornos metabólicos (hereditarios o adquiridos) la detección de determinadas sustancias volátiles en el aliento puede servir para ajustar la dieta o los tratamientos médicos”, dice González-Lamuño.

Cada individuo es único y el olor que desprende su piel de manera natural también lo es. Los seres humanos poseemos una fragancia corporal singular que está compuesta por emisiones volátiles producidas por el cuerpo humano y sus microbiomas. Es lo que se conoce como volatiloma, compuestos orgánicos volátiles (COV) que emitimos a través de la dermis, pero también por el aliento o la orina. “Son productos con olor característico derivados tanto del metabolismo normal o patológico del propio organismo, como de los gérmenes de la piel o intestino”, explica Domingo González-Lamuño, presidente de la Asociación Española para el estudio de los Errores Congénitos del Metabolismo (AECOM).

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