"La Profecía": La leyenda sobre la maldición que supuestamente afectó el rodaje de la película | Fenómenos Paranormales

“La Profecía”: La leyenda sobre la maldición que supuestamente afectó el rodaje de la película

La realización de este clásica cinta de terror de 1976 estuvo rodeada de varias muertes y hechos macabros.

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Se dice que todas las películas relacionadas con el príncipe de las tinieblas -como “El Exorcista” o “El Bebé de Rosemary”- parecen acarrear una maldición, y ‘La Profecía’, la aterradora cinta de terror de 1976 dirigida por Richard Donner, en la que el protagonista era el Anticristo cuando era sólo un niño, no fue la excepción.

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Protagonizada por Gregory Peck, Lee Remick, David Warner y el pequeño niño Harvey Stephens, “La Profecía” narraba cómo se producía el nacimiento y los primeros años de vida del temido Anticristo, el hijo del diablo anunciado en el Libro del Apocalipsis.

Kathy Thorn (Lee Remick), la esposa del embajador norteamericano Robert Thorn (Gregory Peck), daba a luz en Roma a su primer hijo, pero el bebé nacía muerto. Robert, entonces, a instancias de un enigmático sacerdote italiano, sustituía a su hijo fallecido por un bebé huérfano cuya madre había muerto supuestamente en el parto. Los padres bautizaban a su nuevo hijo con el nombre de Damien (Harvey Stephens). Al poco tiempo después, Robert Thorn era nombrado embajador de los Estados Unidos en Gran Bretaña.

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Lo que el matrimonio Thorn ignoraba era que el pequeño Damien era, en realidad, el temido Anticristo, anunciado en el Libro de las Revelaciones de la Biblia. En el quinto cumpleaños de Damien comenzaba a desencadenarse el terror: su niñera se suicidaba delante de todos los invitados, mientras un sacerdote trataba de advertir a Robert Thorn del peligro que corría, muriendo también en un horripilante accidente.

El creciente número de muertes e incidentes extraños, al final, provocaba que el embajador Robert Thorn se diera cuenta de que el niño que él y su esposa habían adoptado era el temido Anticristo, convenciéndose también que había que eliminarlo para impedir el cumplimiento de la terrible profecía anunciada en la Biblia.

Para ello, acompañado del fotógrafo Keith Jennings (David Warner), que también había estado en el cumpleaños de Damien y sabía la verdad, viajaba a unas excavaciones en Israel y se contactaba con Bugenhagen, un viejo arqueólogo que le entregaba las siete dagas de Megido, las únicas armas en la tierra que podían matar al temido hijo del diablo.

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Los infaustos y extraños acontecimientos que ocurrieron antes, durante y después del rodaje de la película “La Profecía” comenzaron en 1975, cuando el actor Gregory Peck se preparaba para encarnar al personaje principal de “La Profecía”. Ese año, su hijo primogénito, Jonathan Peck, quien por entonces tenía 31 años, se suicidó de un disparo en la sien.

Aquello sólo fue el principio. El productor de la película Mace Neufeld, quien se había instalado junto a su esposa en un cómodo hotel situado en la zona londinense de Picadilly, una mañana de noviembre de 1975 escuchó una gran explosión. Se trataba de una bomba puesta por los miembros del IRA a una manzana y media de distancia, en el restaurante Scott’s Oyster, precisamente el lugar que Neufeld y su esposa habían elegido para almorzar ese fatídico día.

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Más tarde, el avión en el que viajaba el actor Gregory Peck rumbo al Reino Unido, país donde se iba a rodar el filme, fue alcanzado por un rayo mientras atravesaba una tormenta, aunque el incidente no tendría consecuencias para él ni el resto del elenco. Unos días más tarde, ocurrió exactamente lo mismo con otro avión que trasladaba al guionista David Seltzer.

Sin embargo, la verdadera tragedia aérea había ocurrido días antes con otro aeroplano en el que iba a viajar el mismo Gregory Peck, un avión que, finalmente, despegó sin él a bordo. Ese aparato terminó chocando contra una bandada de pájaros a poco de despegar y, mientras realizaba un aterrizaje forzoso en una carretera, terminó chocando contra una furgoneta, dejando un saldo de seis víctimas fatales. Lo increíble es que, en una coincidencia verdaderamente macabra, en el vehículo accidentado iban la mujer y los hijos del piloto de ese avión, que habían ido a llevarlo al aeropuerto.

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El 13 de agosto de 1976 John Richardson, el encargado de los efectos visuales de la cinta, viajó a los Países Bajos acompañado de su asistente Liz Moore, sin embargo, ambos terminaron sufriendo un accidente. Richardson salió ileso, pero la mujer falleció. El suceso ocurrió un viernes 13 cerca de una ciudad llamada Ommen, a muy pocos metros de un letrero que rezaba: ‘Ommen 66.6 km.’ (666, como es sabido, es el número de la bestia y la palabra “profecía” se escribe “Omen” en inglés).

En otra coincidencia macabra, durante la postproducción del filme, la novia del mismo John Richardson moriría decapitada en otro terrible accidente automovilístico, tal como el personaje del fotógrafo encarnado por el actor David Warner en una de las secuencias más famosas de la película “La Profecía”, en una escena que había sido coordinada por el propio Richardson.

Para mayor inri, durante el rodaje de la escena en que Demian y su madre visitaban el zoológico Windsor Safari Park (un lugar donde las familias desde sus autos podían contemplar casi sin protección todo tipo de animales), dos tigres escaparon del zoológico, provocando la muerte de su cuidador, Sidney Bamford.

Las fatalidades, al cabo, llegaron a ser tantas que alguien le comentó al director Richard Donner: “Parece que el diablo no quiere que hagas la película”.

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Sin embargo, pese a este fatídico itinerario de desgracias y muertes, “La Profecía” se estrenaría finalmente el 25 de junio de 1976 con una gran respuesta del público y excelentes críticas, que alabaron las interpretaciones de Gregory Peck y del pequeño niño Harvey Stephens, la originalidad de la trama y la inquietante banda sonora del compositor Jerry Goldsmith, quien se llevaría un premio Oscar gracias a su recordado ‘Ave satani’ y sus coros tétricos y religiosos.

Al cabo, en sus primeros dos días de exhibición, “La Profecía” recaudó más de 4 millones de dólares de la época sólo en los Estados Unidos, convirtiéndose en los años siguientes en un verdadero clásico del cine de terror. El clamoroso éxito de esta película de 1976 originaría dos secuelas: “La Profecía 2″ (1978) y “La Profecía 3″ (1981), además de un fallido remake estrenado en este nuevo milenio.

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