Frank Shields, el tenista que desistió de jugar una final de Wimbledon

Frank Shields, el tenista que desistió de jugar una final de Wimbledon

TENIS

En el torneo de 1931, el abuelo de Brookie Shields, no se presentó a jugar la final del Grand Slam de césped

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Frank Shields junto con Marjorie Morill

Frank Shields junto con Marjorie Morill

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Francis Xavier Alexander Shields, conocido como Frank Shields no pasó a la historia por haber ganado un Grand Slam. Justamente, por todo lo contrario. En el campeonato de Wimbledon de 1931, el neoyorquino, quedó en los libros por ser el único tenista en no presentarse a jugar la final del torneo con más mística del deporte blanco.

En las semifinales había vencido, nada más y nada menos, que a Jean Borotra, uno de los mosqueteros franceses y considerado uno de los mejores jugadores antes de la Era Open.

En ese duelo previo a la final, Frank sufrió una torcedura de tobillo, nada grave. Pero la USTA (Federación estadounidense de Tenis) lo presionó para que no juegue ese duelo. Los estadounidenses tenían que enfrentar a Gran Bretaña, en París, por la Copa Davis y esa era la prioridad.

Son decisiones:

"Fue muy duro para Wimbledon, pero la Copa Davis era entonces la competición más trascendental, y la USTA no quería arriesgarse a una lesión grave de Shields, ya que una semana después nos enfrentábamos a Gran Bretaña en Roland Garros por una plaza en la final ante Francia". Así lo explicó Sidney Wood, amigo de Shields y quien iba a ser rival de Shields en aquella final de 1931, en su biografía.

Ambos jugadores habían viajado para jugar el partido, más allá de las presiones de la USTA, Shields quería jugar como sea. Pero la Federación ganó la pulseada y los dos tenistas llegaron a un acuerdo en aquel vestuario. 

Al recibir la copa, Wood se la entregó a Maud Barger-Wallach, campeona en Forrest Hills 1908 e hija del presidente de los ferrocarriles de Nueva York, además era amiga de los dos jugadores.

Woods pensaba que su amigo iba a ser superior a él en la final, por eso le pidió a Maud que guardara el trofeo. "Sólo pondré este trofeo en mi vitrina si logro derrotar en la final de un gran torneo sobre hierba a Frank", le susurró al oído. En 1934, Sidney venció a Shields en la final de Queens y Barger-Wallach le devolvió la copa. Vale destacar que ambos tenistas mantenían una amistad que venía desde sus infancias en Nueva York.

El ídolo de Shields era Bill Tilden, otro gran tenista anterior a la Era Open. Lo admiraba por su tenis y también por la vida que llevaba fuera de las canchas. Frank no era ningún pan de dios. Había abandonado la universidad al segundo día de clases. A los 16 años, ya comenzó a jugar en Forrest Hills.

En 1929, perdió ante Tilden en la segunda ronda de Forrest Hills, pero al año siguiente ganó cinco títulos. Además, en 1931, llegó al número 1 en el ranking estadounidense.

Innata seducción:

Aunque Shields fuera de las pistas tenía fama de ser un dandy, un tipo muy elegante y seductor que no dejaba títere con cabeza. Los lugares que más frecuentaba eran los bares y Hollywood

No sentía la más mínima culpa en lo que gastaba y hasta llegó a firmar un contrato con la Metro Golden Mayer. Allí, estableció contactos con grosos como: Charles Chaplin, Gary Cooper, Lionel Barrymore, Jack Warner y Errol Flynn.

Pero esa vida comenzó a pasarle factura en el tenis, cada vez perdía más rápido en los torneos. Su última temporada buena fue la de 1934, con las semifinales de Wimbledon y los cuartos de final del US Open. Si bien siguió jugando por 20 años más, solo ganó dos títulos de menor envergadura.

Estuvo casado con tres mujeres y tuvo dos divorcios. Ante tanta polémica, la USTA le dio una oportunidad en 1951: ser el capitán del equipo de la Copa Davis. Pero la ilusión duró poco poco ya que perdió en la ronda final contra Australia, liderada por Harry Hopman.

Ya retirado, en 1964, entró en el Salón de la Fama del tenis. Pero en 1975, sufrió un tercer ataque al corazón y falleció en un taxi rumbo a su casa en Manhattan. Como dato de color, su nieta, Brookie Shields fue la primera esposa del también tenista estadounidense Andre Agassi.

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