Es un teatro pequeño, al lado de la estación de Waterloo, muy bonito por dentro y al menos las veces que he ido, las obras han sido siempre geniales.

Confieso que la razón principal por la que acudí fue Richard Armitage. Había leído un par de veces la obra, las críticas eran buenas y lo usé como excusa para ir a Londres. Pero desde el minuto uno te olvidas de cualquier actor y te centras en los personajes. Es una obra tensa y la calidad de cada intérprete a título individual y en la interacción con otros, la ambientación y la puesta en escena te sumergen en la trama, que no te da un segundo de respiro. Las tres horas y media se me pasaron volando. The Old Vic no tiene escenario sino que los espectadores están a pie de escena (tuve el privilegio, previo pago claro, de estar en la primera fila). Es además un "escenario 360º", es decir, hay espectadores rodeando toda la escena, y los actores ha de unir a su interpretación ubicarse en distintos ángulos para que todos podamos ver qué ocurre. Creo que eso, estar tan cerca y vivirlo en 360ª y no desde lejos con un escenario limitador al fondo, hicieron de una obra fantástica una interpretación extraordinaria. Si puede volveré a escaparme antes de que finalice.