The Yards y We Own the Night, de James Gray. Revista Mutaciones
James Gray

LA OTRA CARA DEL CRIMEN + LA NOCHE ES NUESTRA

Un díptico de familias rotas y destinos cruzados

A día de hoy James Gray ha transitado por los más variados géneros incluida la ciencia ficción, las aventuras exóticas, el melodrama de época y el melodrama romántico, pero todo comenzó con el noir. El género criminal -tan caro al cine americano- le facilitaba como ninguno filmar aquello que le era cercano: la vida en las calles de Brooklyn y Queens (Nueva York), las desenfrenadas noches en los clubs de los 80-90 y las sofocantes presiones y sutiles enredos familiares de un hogar cualquiera de emigrados de segunda y tercera generación (los abuelos de Gray son emigrados rusos que llegaron a la isla de Ellis y se instalaron en Brooklyn, en el barrio ruso “Little Odessa”). Su debut, con solo 24 años, le hizo con el Premio a Mejor Director del festival de Venecia. Después, La otra cara del crimen -mejor conocida como The Yards– y La noche es nuestra; un hermoso díptico de familias rotas y destinos cruzados donde los nombres de jóvenes promesas (Wahlberg, Phoenix) coexisten con las estrellas del Nuevo Hollywood (James Caan, Faye Dunaway, Robert Duvall…) en un verdadero gesto de filiación.

La noche es nuestra (1) - Revista Mutaciones

Como en Little Odessa, ambas películas parten del esquema de “regreso del hijo pródigo” al que se añade -de nuevo la referencia es bíblica- el amor y rivalidad entre dos “hermanos”. The Yards se abre con el regreso a casa de un expresidiario interpretado por Mark Wahlberg, que protegió con su silencio a sus amigos y encuentra a quien era como su hermano (Joaquin Phoenix) plenamente integrado en su familia, en la cama de su prima -de quien estaba enamorado- y en el negocio del que ahora es su tío. Wahlberg quiere ayudar a su madre y ser un buen chico, pero las cosas se complican cuando entra en el nuevo negocio familiar. De pronto, tendrá que decidir entre volver a renunciar a su vida o tomar una importante decisión sobre su entorno.

La premisa de La noche es nuestra no es muy distinta. Phoenix y Wahlberg intercambian sus roles ficticios enriqueciendo estos enredos fratricidas con la carrera real de ambos colegas de promoción: Wahlberg, que para el año 2000 se había convertido en la estrella de la aclamada Boogie Nights (1997), cedía ante Phoenix, quien había pasado de ser prácticamente un desconocido a lo mejor de Señales, El bosque y -desde luego- de Gladiator (¡era el mismísimo Johnny Cash!). En La noche es nuestra ambos actores interpretan a dos hermanos en una familia de policías dirigida por el patriarca y subcomisario interpretado por Robert Duvall. Mark Wahlberg es el hijo bueno, que ha seguido y heredado el legado del padre; Joaquin Phoenix, el hijo rebelde que ha cambiado su apellido y dirige el club nocturno de moda en Brooklyn a las órdenes de una nueva familia, propietaria del local, que le ha acogido como a un hijo. Imposible no sentir con Phoenix el atractivo de estar fuera de la familia, y casi de la ley, ni el goce de esa vida de noches y clubs. Sin embargo, cuando el cliente estrella del Club -traficante de drogas, líder de la mafia eslava y sobrino del “padre” adoptivo de Phoenix- mande asesinar (y casi lo consiga) a su hermano, el personaje de Phoenix deberá elegir entre ambas vidas y dirimir sus lealtades familiares.

The Yards (1) - Revista Mutaciones

Las dos películas ponen a sus respectivos protagonistas en una delicada situación, atrapado por sus lealtades familiares y sus amistades y un destino cabrón. En The Yards ?escrita por James Gray junto a Matt Reeves (!)? pareciera que hay un único destino para los dos amigos, y sólo uno podrá disfrutar de él, de manera que su amistad está marcada por la anulación de uno en pos del otro o la rivalidad. Y como en todas las rivalidades fratricidas de la Biblia, la pregunta es quién de los dos es el elegido y quién el hermano equivocado. De modo similar, en La noche es nuestra ?escrita por Gray en solitario? hay un destino distinto para cada uno de los dos hermanos, pero las circunstancias obligan a que uno ocupe el lugar del otro desplazándolo; como si se hubiera cometido un error y hasta entonces la primogenitura la ocupara el hermano equivocado. Sin embargo, corregir ese error del destino siempre tiene un precio, que incluye a terceros, y exige una elección, un sacrificio, una pérdida. Como le sucede al cuerpo de policía de Nueva York en La noche es nuestra, a veces el precio de seguir en pie es perder aquello que te hacia ser quien eras.

La otra cara del crimen (The Yards) y La noche es nuestra son historias partidas violentamente en dos. En la primera, por la decisión de su protagonista de no matar a un testigo, y en la segunda de infiltrarse y delatar a sus antiguos amigos. La delación es, no obstante, la figura central de ambas películas, sirviendo en The Yards de clímax final. James Gray se suma así a la tradición norteamericana de cineastas obsesionados por la delación que va de Elia Kazan a Martin Scorsese, todos ellos emigrantes (o hijos de emigrantes). Y es que, para Gray, la delación no es solo una traición, es traicionar a la propia identidad: una inversión del “nosotros” y el “ellos”, el sacrificio de una comunidad por otra (a veces incluso en aras de unos valores), y, como tal, una figura fundamental para las identidades duales.

La noche es nuestra (2) - Revista Mutaciones

El cine de James Gray, tan dado a los triángulos de lealtades y amores, ha hecho de decisiones como la delación el vértice más importante. Gray trata del precio de nuestras elecciones (que son siempre una castración, un sacrificio del ser y de los allegados) y de la sobredeterminación o destino que opera en nuestras vidas como una fatalidad. Nada que no sepamos, tal vez; pero en sus películas esta decisión es abordada antes en lo que tiene de íntimo y de sentimental que de acontecimiento.

La carrera de James Gray está repleta de películas ingrávidas, como entre dos aguas. Suspendidas, primero, en ese momento que precede a la decisión y, luego, en la herida y pérdida que ésta genera y que Gray renuncia a suturar. Por eso adopta una sofisticada puesta en escena que estiliza de acuerdo con los sentimientos el realismo que por otra parte aplica a sus guiones; por eso el enorme peso del componente musical y los rasgos de melodrama; el ritmo lento ?según la cadencia de los sentimientos?, precipitado por la fatalidad de tener que elegir y con un dolor hondo y soterrado debajo; por eso retiene gestos y miradas… El pulso de películas como The Yards o La noche es nuestra es el diapasón en adagio de una elección, y James Gray llena cada segundo de corazón.

The Yards (2) - Revista Mutaciones


La otra cara del crimen (The Yards, James Gray, 2000)

Dirección: James Gray / Producción:  Jonathan Gordon, Bob Wenstein, Harvey Wenstein / Guion: James Gray, Matt Reeves / Música: Howard Shore / Fotografía: Harris Savides  / Montaje: Jeffrey Ford / Reparto: Mark Wahlberg, Joaquin Phoenix, Charlize Theron, Faye Dunaway, James Caan.

La noche es nuestra (We Own the Night, James Gray, 2007)

Dirección: James Gray / Producción:  Mark Cuban, Anthony Catagas, Todd Wagner, Joaquin Phoenix, Mark Wahlberg / Guion: James Gray / Música: Wojciech Kilar / Fotografía: Joaquin Baca-Asay  / Montaje: John Axelrad / Reparto: Joaquin Phoenix, Mark Wahlberg, Eva Mendes, Robert Duvall.

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