Qué es el ‘gaslighting’: significado, origen y cómo reconocerlo

Qué es el ‘gaslighting’: significado, origen y cómo reconocerlo

Hacer gaslight -o luz de gas- a alguien consiste en manipular a una persona por medios psicológicos para cuestionar su propia cordura

Fuente: Shutterstock

Paula y Gregory se acaban de casar, están en el periodo de la luna de miel y van a ver una exposición. Durante la visita, un desconocido saluda a Paula. Ella le devuelve el saludo e inmediatamente después Gregory le pregunta a su esposa que por qué le ha sonreído: 

  • Paula: “No sé por qué lo hice”.
  • Gregory: “Como las otras cosas…”.
  • Paula: “¿Qué otras cosas?”
  • Gregory: “Nada… Últimamente estás algo olvidadiza”.
  • Paula: “¿Olvidadiza?”.
  • Gregory: “No te preocupes, no es nada. Vamos, nos falta [ver] la Joya de la Corona, está por ahí”.
  • Paula: “¿Cómo sabes que es por ahí?”.
  • Gregory: “¿Cómo?”.
  • Paula: “Que cómo lo sabes”.
  • Gregory: “El chico nos lo dijo antes. ¿Te estás volviendo despistada, además de olvidadiza, Paula?”.

Paula y Gregory en realidad son la actriz y el actor Ingrid Bergman y Charles Boyer en la película Gaslight (George Cukor, 1944) y acaban de representar a la perfección una situación de gaslighting.

Qué significa el término gaslighting

La Real Academia Española (RAE) traduce el término gaslighting como ‘hacer luz de gas a alguien’ y lo define así

  • Intentar que dude de su razón o juicio mediante una prolongada labor de descrédito de sus percepciones y recuerdos.

“La locución ‘hacer luz de gas’ se incorporó al Diccionario de la lengua española en su vigesimotercera edición, publicada en 2014”, explican desde la RAE a Newtral.es. La academia de la lengua española confirma que esta locución tiene su origen en el filme Gaslight, de George Cukor, traducida al español como Luz que agoniza, cuya protagonista era sometida a ese proceso. Históricamente también se atribuye el origen de la expresión a la obra de teatro homónima de Patrick Hamilton (1938).

El gaslight consiste en manipular a una persona por medios psicológicos para cuestionar su propia cordura. La psicóloga de la Universidad de Buenos Aires, Valeria Bedrossian, admite que, aunque se trata de una expresión coloquial para definir lo que en psicología clínica se llama ‘descalificación’, el uso de un término popular resulta muy útil a la hora de reconocer este comportamiento. 

Hace un par de años, en consulta, Bedrossian empezó a escuchar esa palabra: “Atiendo a pacientes del exterior, los norteamericanos usan mucho el concepto gaslighting, lo tienen muy incorporado en su discurso. Esa palabra es una metáfora muy útil. A la gente le es más gráfico cuando uno utiliza esas fórmulas creativas que estar diciendo términos más duros, psicopatológicos”.

Gaslight, ¿realidad o ficción?

En Gaslight las luces de gas de una casa de la Inglaterra victoriana se encienden y se apagan sin explicación alguna, constantemente. Un acontecimiento carente de significado que deja al borde de la locura al personaje representado Ingrid Bergman

Cartel de la película 'Gaslight'.
Fuente: Wikipedia

Pero el comportamiento de la luz de gas no es lo único extraño y carente de significado para Bergman; también los ruidos en mitad de la noche que -aparentemente- solo ella escucha o los objetos que desaparecen y -aparentemente- ella ha robado. Tampoco ayuda el hecho de que su marido y las sirvientas de la casa le digan que todo vive en su imaginación y que, además, le revelen que su madre falleció en un manicomio por una afección parecida.

Resulta que la luz, la oscuridad, los ruidos y los cuchicheos no eran imaginación de Bergman. Era su marido conspirando para que ella se volviese loca. Una estrategia  parecida utiliza el personaje de Jack Nicholson en El resplandor, de Kubrick (The Shining, 1980), cuando intenta convencer a su mujer de que los acontecimientos del hotel encantado al que se han mudado y el comportamiento psicopático de él mismo no son reales, son ocurrencias de ella. 

Cartel de la película 'The shining'
Fuente: Filmaffinity

Pero este procedimiento de manipulación no solo se encuentra en la ficción:

Cualquiera puede hacer luz de gas a otra persona, de manera consciente o inconsciente, y no solo en el entorno íntimo de las relaciones de pareja, sino en un sinfín de ámbitos de la cotidianidad, como la consulta médica, el trabajo o la política. 

Cómo reconocer el gaslighting

Uno de los indicadores de que la persona está siendo objeto de la luz de gas es que la víctima empieza a sentir confusión, incomodidad o percibe que algo no está bien pero no entiende el qué. Es lo que en psicología se llama ambivalencia, que genera sentimientos de rechazo, aceptación y perplejidad. 

Lo primero es que la persona empiece a dudar de sí misma, según explica la psicóloga Bedrossian: “Es un nivel de violencia pasivo-agresiva en la cual la persona, diga lo que diga, siempre está desestimada. Es una situación paradojal en la cual la víctima no puede defenderse y si lo quiere hacer, muchas veces no hay evidencias concretas. Por eso a veces se le llama ‘abuso psicológico sutil’. Pero no es sutil por el efecto, sino por la forma.”

Según los expertos, los efectos que puede provocar el gaslight continuado en una persona pasan desde la confusión primaria a la pérdida de autoestima o el estrés, hasta llegar incluso a la ansiedad o a la depresión. 

“Desde el punto de vista comunicacional, todos podemos cometer una conducta de gaslighting”, continúa Bedrossian, “el problema es cuando se instala como una pauta, como un patrón de conducta, ahí empezamos a hablar de una cuestión más patológica y de mucho impacto para la víctima.” ¿Y quién hace este tipo de luz de gas? ¿Quién es el perfecto gaslighter?

Qué tipo de persona hace gaslighting

El perverso narcisista. La psiquiatra Marie-France Hirigoyen respondió a la pregunta en su libro Los narcisos han tomado el poder (2019), donde define los distintos tipos y grados de personalidad narcisista. Explica que esta técnica desestabilizadora, que puede llegar a considerarse como un abuso emocional, permite al narcisista subir su autoestima, mientras que la víctima queda instalada en la frustración permanente. 

Según la autora, el narcisista es aquel que no se preocupa por los demás, que no tiene empatía y que se pone siempre en primer lugar, aunque eso implique destruir a los demás. 

Todos somos narcisistas, pero no seremos patológicamente narcisistas mientras podamos mostrar consideración con el resto de las personas. Y, sobre todo, si somos capaces de prestar atención a los demás y cuestionarnos a nosotros mismos”, concluye Hirigoyen en El acoso moral (1998).

Fuentes

‘Gaslight’. Geroge Cukor, 1944

Departamento de Comunicación de la Real Academia Española

Estrella Montolío, catedrática de lingüística hispánica de la Universistat de Barcelona

Valeria Bedrossian, psicóloga de la Universidad de Buenos Aires (UBA)

Entrevista ‘En Dialogue avec Marie-France Hirigoyen («Les Narcisse» et «Le Harcèlement moral»)’

What we talk about when we talk about Donald Trump and ‘gaslighting’

4 Comentarios
  • Hasta en estos momentos me doy cuenta que viví casi por 10 años con mi exesposo haciéndome esto, termine muy mal, con depresión, ansiedad y estrés y muchas veces estuve apunto de suicidarme porque ya no sabía cuál era la realidad y cuál era la mentira
    Si están pasando por esto
    SALGAN!!!!!! Antes que sea demasiado tarde

  • Yo estoy sufriendo esto. Curiosamente por el Centro que me está tratando CRPS Alcobendas y mi propia familia. SOCORRO . NECESITO AYUDA VALIDA PARA MI

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