Kaliningrado, qué sitio más raro o ¿qué hace un ruso como tú en un sitio como este?  Kaliningrado,

Hace ya unos años tuve una alumna de Kaliningrado. Un día, hablando sobre la historia de su familia, me dijo muy seria: “Aquello estaba vacío. Sí, sí, como lo oyes. Cuando llegaron mis abuelos a Kaliningrado no había nadie. Estaba todo vacío.” Yo estaba muy sorprendido por el comentario, cambié de tema y la clase continuó por otros derroteros.

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Redacción BBC Mundo
23 noviembre 2016
Alcance teórico de los sistemas de misiles instalados en Kaliningrado según fuentes consultadas por BBC Mundo
Imagen obtenida en www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-38086908

El 6 de abril, nuestro compañero Marc publicó un interesantísimo artículo sobre el corredor de Suwałki, que separa Kaliningrado de Bielorrusia. Son poco más de 100 km. Pero ¿Kaliningrado? ¿Qué hace un territorio ruso en un sitio tan aislado de la “Madre Patria”? ¿Cómo es posible que algo tan pequeño y encajonado entre Polonia, Lituania y el Báltico, cause a la OTAN tantos quebraderos de cabeza? Cuando nació mi tío Kaliningrado ni siquiera se llamaba Kaliningrado y era Alemania por los cuatro costados. Para que os hagáis una idea de su tamaño, imaginad a Cantabria y Asturias juntas, esa es casi exactamente su extensión. Para entenderlo, tendremos que hacer un brevísimo repaso a la historia de Rusia.

Breve repaso de la historia de Rusia

Se trata del Estado más extenso del mundo. Su territorio es enorme, 17 mill. de km² (en el momento de la máxima extensión del imperio de los zares, que incluía Alaska, eran más de 23,5 mill. de km², durante la URSS llegó casi a los 22,5 mill. de km²). Sin embargo tiene una debilidad tremenda, y es que apenas tiene salidas a mares libres de hielo todo el año. Esto dificulta enormemente su comercio y daña la economía. Es algo que de niño (y creo que no he sido yo el único) no podía entender muy bien ¿Cómo es eso posible?¿pero si por el norte tiene una costa tan larga como el propio país o más? Bueno, los profesores de geografía se encargarían de explicármelo un poco más adelante.

Ante esta tesitura geográfica, solamente se presentaba una posible solución: la expansión territorial, lo que llevaría a multitud de conflictos. Había 3 posibles direcciones:

Hacia el este, que era casi como decir “hasta el infinito y más allá”. Supuso una labor descubridora y colonizadora de magnitudes gigantescas: la conquista y colonización de Siberia (que se dice pronto). Un reto logístico sin precedentes en la Historia. Tiene fecha de inicio, julio de 1580. Por orden de Iván IV Vasílievich el Terrible, Yermak Timoféyevich, al mando de una pequeña expedición militar, invadió el territorio de los mansi, los vogulos de las crónicas rusas medievales. Este era territorio del Kan de Siberia. Y concluyó en 1778 con la anexión de Chukotka, el extremo noreste de Asia. De ahí se saltaría a Alaska, pero esa es otra historia. Esta expansión llevó al conflicto con los numerosos pueblos que habitaban Siberia, entre ellos los tártaros, el Imperio Chino de la dinastía Qing y finalmente, entre 1904 y 1905,  con una nueva potencia emergente, Japón. Con esta fabulosa epopeya se llegó por fin al océano Pacífico. Luego vendría la construcción del Transiberiano, que merece un artículo aparte.

Hacia el sur, hacia las costas del Mar Negro, hacia Crimea. Estaba mucho más cerca y se conocía mucho mejor. Sin embargo, había 2 pequeños inconvenientes: la República de las Dos Naciones (Mancomunidad Polaco-Lituana) y la Horda de Oro, estados desgajado del Imperio Mongol a la muerte de Gengis Kan, era enorme y se había establecido en 1242. Poco a poco, ambos fueron perdiendo terreno. Sus fronteras fueron empujadas hacia el sur y hacia el oeste por los rusos. Hasta finales del s. XVIII, la antigua Horda de Oro subsistió a orillas del Mar Negro, convirtiéndose en el Kanato de Crimea, vasallo primero del Imperio Otomano y después del Imperio Ruso. Fue definitivamente conquistado y anexionado a Rusia en 1783. Se había conseguido llegar al Mar Negro pero aún no había salida directa al Mediterráneo. Ese tema era harina de otro costal, había que entrar en los Balcanes. Durante el S. XIX se buscaría constantemente con sucesivas guerras contra los otomanos. Casi lo lograron en 1877-1878 (la guerra número XII desde mediados del s. XVI) pero las potencias occidentales impidieron que se hicieran con Constantinopla, la puerta al Mediterráneo.

Hacia el oeste, la expansión hacia el Mar Báltico y Centroeuropa. Sin duda la más importante y complicada, militarmente hablando. Para llevar a cabo esta peripecia, los rusos tuvieron que enfrentarse sucesivamente a La República de las Dos Naciones (otra vez) y a Suecia. El Estado polaco-lituano en su máximo auge llegó casi a unir el Báltico y la costa del Mar Negro (se quedó a escasos 200km, llegaron hasta la Sich de Zaporiyia, a orillas del Dnieper). Todo concluyó con su desaparición en 1795, absorbida por Rusia, Prusia y el Imperio Austríaco. Con Suecia los conflictos se extienden desde finales del s. XV hasta comienzos del s. XIX. En esa zona, el 16 de mayo del calendario juliano (día 26 del gregoriano) de 1703, Pedro el Grande fundaba San Petersburgo, en el fondo del Golfo de Finlandia. La salida al Mar Báltico empezaba a vislumbrarse.

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Prusia, Königsberg

Ahora, veamos rápida y brevemente qué demonios pasó para que Köningsberg, que fue uno de los núcleos fundacionales de Alemania, pasase a llamarse Kaliningrado y que ese diminuto territorio a orillas del Mar Báltico, entre Polonia y Lituania y a tiro de piedra de la costa sueca, sea territorio ruso. Esa espinita clavada en el flanco norte de Europa central.

Cuando los Caballeros teutónicos fueron expulsados de Tierra Santa, se les llamó para cristianizar la zona. Era Prusia y corría el año 1226. Los antiguos prusianos, paganos ellos, ofrecieron fiera resistencia pero todo fue inutil. Después de años de cruzada, los caballeros teutónicos vencieron y quedaron como amos y señores. Comienza así la presencia germana que acabó por convertir a Prusia en potencia militar europea durante el S. XVIII, en estado hegemónico en la Confederación Germánica a partir de 1866 y en núcleo fundacional fundamental del Imperio Alemán tras la victoria sobre Francia en 1871.

Génesis del conflicto

Con el fin de la I Guerra Mundial, el 11 de noviembre de 1918 Polonia recuperaba su independencia y la llamada Prusia Oriental quedó aislada del resto de Alemania por el Corredor Polaco, de 30 km de anchura. Eso era algo que Alemania no podría soportar por mucho tiempo, exactamente hasta el 1 de septiembre de 1939.

En 1945, tras la derrota de la Alemania Nazi, se dividió entre Polonia y la Unión Soviética. En un primer momento, la parte soviética de Kaliningrado iba a ser anexionada a la República Socialista Soviética de Lituania, sin embargo cambiaron los planes. Finalmente se uniría a la República Socialista Federativa Soviética de Rusia, en abril de 1946. A finales de ese año pasó a llamarse Kaliningrado, en honor a Mijail Kalinin. La razón de este cambio no está clara. Podría deberse a que en las sucesivas constituciones de la URSS se admitía el derecho a la separación de las diferentes repúblicas que la formaban. Quizá era mejor que este territorio quedase en manos de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia.

Entre 1946 y 1950 toda la población alemana o lituana de la zona abandonó el enclave voluntariamente o fue directamente expulsada por los soviéticos. Ese espacio fue ocupado de forma exprés por población rusa. Vaya, lo que le contaron a mi alumna sobre Kaliningrado quizá no era del todo exacto.

Polonia y Lituania entraron a formar parte de la OTAN (en 1999 y 2004 respectivamente) y de la UE (ambas en 2004). Kaliningrado pasó a ser un enclave ruso totalmente rodeado. Según fuentes de la BBC, Rusia ha aumentado enormemente su presencia militar y hay sistemas de misiles que podrían cubrir prácticamente todo el continente europeo. Kaliningrado pende como la Espada de Damocles sobre Europa.

Como veis, es cierto que Kaliningrado es un sitio bastante raro, pero todo tiene su explicación.

Fuentes:

Ruiz Miguel, Carlos. “El (excepcional) reconocimiento del derecho de secesión en el derecho comparado”. Universidad de Santiago de Compostela. Revista Cuadernos Constitucionales. Año 2022, Nº 3. Páginas 12-13

ŁUKOWSKI, Jerzy and ZAWADZKI, Hubert. “A Concise History of Poland”. Second Edition. Ed. Cambridge University Press, Cambridge, 2007. 

www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-38086908

www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-41042326

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