Tras la muerte de Raimundo de Toulouse, ALFONSO de Poitiers, toma posesión del condado.


Cuando muere Raimundo de Toulouse, ALFONSO de Poitiers, hermano de LUIS IX, toma tranquilamente posesión del condado. Con ello queda sólo bajo el control de Catalunya, el señorío de Montpellier y los condados de Rosellón y Cerdanya. Pero las pretensiones francesas no cesan y LUIS IX apunta hacia las últimas posesiones catalanas, reclamándose como heredero de Carlomagno, sienta la teoría de que JAIME, el heredero de JAIME I en aquella tierras, es pura y simplemente un vasallo suyo y que toda Catalunya le pertenece. A ello replicará JAIME I exigiendo territorios franceses sobre los que tiene derechos establecidos.