Los lobos de Yellowstone y la política peruana - Universidad Católica San Pablo
San Pablo   Informa
San Pablo   Informa

San Pablo Informa

Los lobos de Yellowstone y la política peruana

Manada de lobos en el Parque Nacional de Yellowstone Foto: National Park Service /National Geographic

Javier GutiérrezPor: Javier Gutiérrez Fernández-Cuervo, asistente de información política del Centro de Gobierno José Luis Bustamante y Rivero de la Universidad Católica San Pablo, filósofo y experto en didáctica de las Ciencias Sociales y Políticas.

En Yellowstone está el parque natural más antiguo del mundo. Lleva el mismo nombre y tiene un área más grande que Arequipa y Moquegua juntos. En 1926 dejó de tener lobos debido a la caza deliberada. Para los 90, no había ni un lobo en el parque. Del mismo modo, en el Perú hace tiempo que se dejó de ver a un ejemplar de una especie hace tiempo declarada en extinción: un político honesto.

En 1995, el Servicio de Pesca y Fauna Silvestre de los Estados Unidos tenía un problema: el depredador que reinaba ahora, el coyote, era demasiado pequeño para cazar ciervos. Los venados sobrepoblaron el parque y comenzaron a sobrepastar los campos, lo que estaba provocando un desorden en el ecosistema. Tenía entonces que reducirse la población de ciervos y el escopetazo limpio no era opción. En paralelo, la corrupción en el Perú se fue asentando y sobrepoblando todos los poderes del Estado. Los depredadores que habían quedado, conservadores liberales, no pueden con presas tan grandes, y no son capaces de eliminar desde la técnica un problema moral: la corrupción. Ante esto, las reformas y cambios de estructuras no parecen tampoco la mejor de las soluciones.

¿Qué hicieron, entonces, en Yellowstone? En 1995 reintrodujeron una treintena de lobos negros y grises para un parque de casi 90 mil km2. Un lobo por cada 3mil km2 en promedio, más o menos la extensión de Arequipa. ¿Sería suficiente o un esfuerzo fútil? ¿Una utopía, quizás: retornar a algo que ya no tiene vigencia?

Los lobos no fueron alimentados de forma extraordinaria ni venían de un linaje especial. Eran normales y corrientes. Se reprodujeron, cazaron y devoraron sin piedad. En poco tiempo se notó su presencia. En 10 años, la población de ciervos se había reducido a la mitad, y gracias a ello, se transformó la geografía, la flora y la fauna aérea, terrestre y acuática de todo el parque de Yellowstone, retornándolo a su ecosistema de siempre, al equilibrio natural del que gozaba.

El problema de la corrupción en el Perú, ¿es irresoluble? ¿Consiste en reformular una y otra vez las estructuras, los textos constitucionales y las fórmulas que son letra? ¿No será una utopía pensar que es posible un Perú regenerado? ¿Y si esa especie en extinción –el político honesto- se reintroduce en la política?, ¿Y si aquellos que pueden devorar el mal moral de la corrupción retornaran al espacio perdido: la política peruana, por más que parezca que es un campo vastísimo y que representaría… no sé, como una ciudad de Arequipa entera por cada uno?

Los coyotes no pueden con los ciervos, eso ha quedado claro y cristalino. En la política peruana, es tiempo, quizás, de lobos al estilo de Yellowstone.

Etiquetas

Este sitio web almacena cookies en tu PC, las cuales se utilizan para recopilar información acerca de tu interacción con nuestro sitio web y nos permite recordarte. Usamos esta información con el fin de mejorar y personalizar tu experiencia de navegación y para generar analíticas y métricas acerca de nuestros visitantes en este sitio web y otros medios de comunicación. Para conocer más acerca de las cookies, consulta nuestra política de privacidad y cookies.