¿Por qué cada planeta del Sistema Solar tiene un color diferente?

El color de los planetas depende de mucho más que solo de lo que están hechos

El color grisáceo de Mercurio, el rojo de Marte o el azul de Neptuno no son casualidad. Te contamos cuáles son los factores que determinan el color de cada planeta del Sistema Solar.

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Sistema Solar
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¿Sabías que el característico color azul de Neptuno no viene determinado por su superficie sino únicamente por su atmósfera? ¿Y que pasa lo mismo con el verde amarronado de Venus? ¿O que el rojo de Marte es debido a que su superficie está oxidada? Aunque su forma redonda es un rasgo que tienen en común, los planetas del Sistema Solar presentan una serie de colores que permiten diferenciarlos a simple vista y no en todos los casos es este color el de su superficie, sino que puede tener su origen en la propia atmósfera del planeta.

Ahora bien, este color puede también depender de si la observación se realiza desde dentro o fuera de la atmósfera terrestre, pues no será lo mismo ver los planetas desde el Hubble, donde no habrá nada que se interponga entre el telescopio y el planeta, como desde dentro de la atmósfera, donde la capa de gases, polvo, nubes y contaminación podría alterar la visión.

Aún así, el color que presenta cada  planeta es un factor muy característico de cada uno y los hace identificables sea cual sea el lugar observación. Un claro ejemplo es Marte, cuyo rojo es visible desde la Tierra y llamó la atención de sus habitantes desde la antigüedad, apodándolo "el planeta rojo" o nombrándolo de igual forma que el dios de la guerra por el parecido al color de la sangre. 

mercurio

Mercurio es el planeta más pequeño de todo el Sistema Solar, además de ser el más próximo. Esto provoca que posea una atmósfera muy pobre, la cual, por su mínimo espesor y composición, no influirá nada en el color grisáceo y la textura semi-áspera que presenta. Por lo tanto, se atribuye únicamente a su superficie planetaria.

Mercurio
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Mercurio

El color viene de su composición, alta en hierro, óxido de silicio, magnesio y diversos tipos de sulfuros. Todos ellos forman las rocas que cubren toda su superficie dotándolo de un tono grisáceo apagado. A su vez, a simple vista se aprecia lleno de múltiples cráteres, originados en impactos de asteroides y otros objetos espaciales, lo  que aporta un tono gris no uniforme. Esto es debido a que Mercurio sufre múltiples impactos de forma usual, dado que su estrecha atmósfera no es capaz de desintegrar los asteroides y estos erosionan la superficie al chocar contra ella.

venus

Venus es un planeta rocoso, al igual que Mercurio o la Tierra, pero con la diferencia de que su atmósfera es muy densa y está formada por varios gases distintos. Este grosor oculta su superficie, provocando que sea la atmósfera la responsable del característico color amarillento del planeta.

Esa característica atmósfera está compuesta de dióxido de carbono, de ácido sulfúrico y de nitrógeno, principalmente. La combinación de todos estos gases, junto a la incidencia de radiación solar es lo que da lugar a los tonos amarillos que presenta. De hecho, estos gases son tan densos que no permiten el paso de la luz solar hasta la superficie y, si no existieran, Venus presentaría una superficie muy parecida a la de la Tierra, con una masa y un tamaño muy similares.

TIERRA

Tal y como se presenta en todas las imágenes del globo terráqueo, la Tierra destaca por su fuerte tono azul interrumpido por pequeñas franjas blancas y ciertas zonas verdes o marrones. Esto es debido a que el 70% de la superficie terrestre es agua, la cual refleja los tonos azules del cielo dando lugar a ese color predominante.

Las franjas blancas pertenecen a las nubes, por lo que estas zonas serán mayores o menores dependiendo el área que se observe y la nubosidad de la misma. Por su parte, los colores verdes son de las zonas de bosques, praderas o selva, mientras que las marrones corresponden a los desiertos y montañas.

MARTE

El color rojo de Marte es un factor identificativo del planeta. En noches claras y despejadas, es incluso posible apreciar ese tono rojizo desde la superficie terrestre, sin necesidad de usar ningún telescopio. En este caso, ese fuerte rojo se debe a los materiales de su superficie pues su atmósfera, de ligereza similar a la de la Tierra, presenta solo alto contenido en dióxido de carbono y un poco de oxígeno.

marte
NASA

Marte

Por su parte, la superficie está cubierta en su 80% de desiertos de piedra formada por óxido de hierro. De esta forma, el poco oxígeno que existe en la atmósfera del planeta reacciona con el hierro, oxidando casi toda su superficie y otorgándole ese color rojo fuego. Sin embargo, solo ocurre en la capa superficial, pues si se profundiza un poco, se encuentra material de color grisáceo debido al hierro que aún no se ha oxidado.

júpiter

Júpiter es uno de los planetas del Sistema Solar, junto a Saturno, conocidos como gigantes gaseosos, es decir, planetas con un pequeño núcleo sólido central y fluidos en forma de líquido o gas que se posicionan alrededor de ese centro. En el caso de Júpiter, está compuesto por dos gases mayoritarios, el helio y el hidrógeno, pero son los minoritarios los que le aportan el color marrón con franjas más claras y más oscuras.

Así, en las capas más externas, se diferencian dos zonas: unas llamadas "cinturones" que adoptan un color marrón oscuro y que da vueltas al planeta en franjas anchas, y otras zonas más claras que se extienden entre estos cinturones y sobre el fondo marrón anaranjado. Sin embargo, cada una tiene un origen diferente. Los cinturones se deben a zonas de la atmósfera donde existe una mayor concentración de cristales de amoníaco mientras que, por su parte, las zonas claras aparecen en presencia de carbono, fósforo y azufre. Ambas se combinan para dar lugar al espectáculo de colores que envuelve al planeta.

saturno

Más allá de sus peculiares anillos, Saturno llama la atención por sus colores anaranjados, interrumpidos por estrechas franjas blancas en dirección horizontal. Al igual que Júpiter, se trata de un gigante gaseoso, por lo que su composición principal vuelve a ser de helio e hidrógeno, lo que hace normal que comparta con su vecino los característicos colores anaranjados. 

Saturn
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Saturno fotografiado por la sonda Cassini durante su equinocio

En su caso, el naranja de fondo es un poco menos intenso que en Júpiter, porque Saturno presenta una cantidad apreciable de hidrosulfito de amoníaco, lo que debilita el color naranja hacia un amarillo apagado. En el caso de las zonas blancas, el origen de ese color es idéntico y se debe a la presencia de cristales de amoníaco en su atmósfera.

urano

Entre verde y azul, el tono turquesa de Urano crea fascinación sobre todo tipo de observadores. El origen de este color se encuentra en la alta presencia de gas metano en la atmósfera y los fluidos que dan lugar al planeta. Cuando la luz solar incide sobre él, el metano absorbe todos aquellos colores del espectro que se encuentran fuera del rango entre azul y verde, siendo estos los que refleja y, por lo tanto, los que se ven como característicos.

Aún así, hay que recalcar que en su atmósfera hay también una cierta cantidad de agua y amoníaco. Sin embargo, sus valores son muchos menores a los de metano, siendo este gas el que se lleva toda la responsabilidad de aportar color al planeta.

neptuno

La composición de Neptuno es muy parecida a la de Urano, razón por la cual el color de ambos es muy similar, pues el metano juega un papel fundamental en la composición de la atmósfera de ambos planetas. Ahora bien, basta con echar una ojeada a las imágenes para darse cuenta que el azul de Neptuno es más fuerte y oscuro que el de Urano. Esto es debido a que Neptuno presenta una cantidad de Helio superior.

Así, el helio provoca que el rango de absorción de color varíe un poco, absorbiendo más cercana a la roja, es decir, de tonos más verdes. Por lo tanto el resultado de los colores que refleja y que pueden ser vistos se centra únicamente en azules y malvas, permitiendo que el planeta adopte un color mucho más azulón que su compañero.