"No hay mal que dure 100 años", dice un viejo refrán utilizado hasta hoy. Sin embargo, existen siniestros personajes que a pesar de su maldad hacia la sociedad alcanzaron a vivir esa centenaria cifra. Este fue el caso de la rumana Ana di Pistonja (Baba Anujka), quien asesinó a decenas de personas entre los siglos XIX y XX con sus conocimientos químicos, lo que le valió el mote de "La Bruja de Vladimirovac".

Poco se sabe de la historia de Ana en sus primeros, solo que nació en 1838 en la región rumana de Malovat (que en aquel momento pertenecía al Imperio austrohúngaro) y vivió en el campo con su potentada familia, pero a sus 11 años se mudó a la zona de Vladimirovac donde asistió a una escuela privada con hijos de familias ricas.

 

Al ser mayor de edad vivió un romance con soldado austríaco, pero esto le trajo contraer sífilis, situación que le causó vergüenza ante la sociedad y que además le despertó una pasión oculta por la medicina y la química.

Años más tarde, se casó con un terrateniente llamado di Pistonja con quien tuvo 11 hijos, de los cuales solo uno sobrevivió hasta la edad adulta, y su marido al ser muy mayor a ella falleció a los 20 años de estar casados.

Amor por la química

Más allá de esta situación, su pasión por la química hizo que construyera un laboratorio en un sector de su inmensa casa, con el que se ganó una reputación como curandera a finales del siglo XIX.

Baba era popular entre los granjeros que buscaban su ayuda por problemas de salud y obtenía unos ingresos respetables que le permitían vivir bien.

Las muertes a manos de esta mujer comenzaron cuando Anujka preparó medicinas y mezclas venenosas que calificó de "agua mágica" o "pociones de amor", las cuales vendía bajo el nombre de "agua mágica" principalmente a mujeres casadas, quienes le daban el brebaje a sus maridos, quienes normalmente morían al cabo de unos ocho días.

Uno de los libros que se escribieron sobre la asesina serial.

Esta poción contenía arsénico en pequeñas cantidades y ciertas toxinas vegetales difíciles de detectar, por lo que cuando le hablaban de un problema matrimonial, la asesina consultaba por la masa corporal de la futura víctima, preparaba la dosis indicada para eliminar a hombres que generalmente eran jóvenes y sanos.

En 1920, Anujka tenía su propio "agente de ventas" o cómplice, una mujer llamada Ljubina Milankov, cuyo trabajo consistía en encontrar clientes potenciales y llevarlos a la casa de la asesina. El precio del "agua mágica" de la asesina oscilaba entre 2.000 y 10.000 dinares yugoslavos en aquel momento.

Más muerte a su paso

Esta oscura trama de la asesina serial comenzó a presentar dificultades a partir de 1924, cuando le vendió su "agua mágica" a una mujer por 2.300 dinares. Esta fémina le dio la mezcla a su marido, quien enfermó y murió a los pocos días. Sin embargo, la "clienta" más tarde se casó con otro hombre del mismo pueblo de mucho dinero y que murió en circunstancias similares a los pocos meses.

Dos años más tarde, Anujka vendió su agua mágica en diciembre de 1926 a Sima Momirov y su esposa Sofija, quienes tenían la intención de matar al padre de Sima, Nikola Momirov, de 70 años. Sofija se enteró de la existencia de Anujka por otra mujer y se pusieron en contacto con la criminal, quien les vendió su agua mágica por 5.000 dinares. La historia terminó como todos, con la víctima bebiendo la poción, enfermando y muriendo dos semanas después.

Uno de los retratos de Ana di Pistonja (Archivo).

Esta situación derivó en una importante investigación por parte de la policía local que terminó en la detención de Anujka, quien atravesó al menos dos juicios por supuestas muertas bajo sus manos, pero nunca le hallaron pruebas concretas, parea encarcelarla.

En mayo de 1928, la asesina fue nuevamente arrestada junto a otras personas, acusadas de ser las causantes de la muerte de al menos dos hombres. Es por eso, que las autoridades exhumaron los cuerpos de las víctimas para realizar autopsias en la Universidad de Belgrado.

Juicio y castigo

El juicio comenzó en junio de 1929 en el Tribunal de Distrito de Pancevo y el fiscal solicitó la pena de muerte para todos los acusados, excepto para una de las mujeres porque era menor de edad en el momento del asesinato y para quien pedía pena de prisión.

Como era de esperar, las otras acusadas negaron saber que el famoso líquido era un potente veneno, y echaron la culpa a Anujka por sus "extraños poderes".

Después de largas semanas de juicio, el veredicto llegó el 6 de julio de 1929 y Anujka fue condenada a 15 años de prisión por su papel de cómplice en ambos asesinatos, en tanto, Stana y Sofija Momirov fueron condenados a cadena perpetua como principales autores, Sima Momirov fue condenada a 15 años y Ljubina Milankov a 8 años y Olga Sturza y Danica Stojić fueron absueltas.

Otra de las obras escritas sobre Baba Anujka.

Anujka pasó su condena en la prisión de mujeres de Pozarevac y estaba recluida en el hospital de la prisión. Salió de prisión en 1936 por vejez, tras pasar 8 años y la asesina siempre negó haber participado en envenenamientos. Finalmente, Baba Anujka murió en su casa de Vladimirovac, el 1 de septiembre de 1938, a los 100 años.

Por G.A.

 

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