The Americans (Los Americanos), de Robert Frank. | Jota Barros

The Americans (Los Americanos), de Robert Frank.

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The Americans, la obra magna de Robert Frank es, incontestablemente, uno de los libros más importantes de la historia de la imagen. Cuando se publicó por primera vez desató críticas feroces y fue un fracaso editorial, pero con el tiempo se ha convertido en una auténtica referencia al cambiar no sólo la manera en que los americanos veían su propio país, sino también la forma en la que todos vemos a la propia Fotografía.

El viaje

Rober Frank es un emigrante suizo en Estados Unidos que siente fascinación por su país de adopción, donde había desembarcado en 1947. Walker Evans, una de sus grandes influencias y que colabora como asesor para la John Simon Guggenheim Memorial Foundation, lo anima a solicitar una beca a la organización (algo que deja muy claro que por entonces, a mediados de los 50, el suizo ya cuenta con una obra merecedora de ese padrinazgo).

Robert, con la inestimable ayuda de Evans que incluso participa en la redacción de la solicitud, presenta una propuesta para fotografiar libremente a lo largo y ancho del país usando exclusivamente una cámara portátil, para construir así un estudio visual de su civilización. La idea no es realizar un trabajo puramente documental sino también artístico que irá tomando forma a medida que avance. Lo que Frank tiene en mente (así lo recoge su texto) es observar y documentar los U.S.A. como los ve un advenedizo, sin prejuicios ni filtros. En 1955 su beca es aprobada, y se renueva durante un año más al siguiente.

La idea no es en absoluto nueva; otros fotógrafos tanto europeos como norteamericanos habían hecho algo similar antes (Henri Cartier-Bresson, Elliott Erwitt) viajando y fotografiando el país. Pero esta vez el resultado va a ser completamente distinto, radical.

Robert Frank se hace con mapas e itinerarios en la American Automobile Association, recopila unas cuantas cartas de recomendación tanto de miembros de la fundación Guggenheim como de amigos de la prensa (por si surgiesen problemas), prepara presentaciones para directivos de la industria, escucha recomendaciones de otros compañeros sobre qué lugares debe visitar y hace una lista de lo que quiere plasmar (banderas, vaqueros, miembros de la alta sociedad, gramolas, políticos,…).

Páginas interiores de The Americans, libro de Robert Frank.
Fotografía de Robert Frank.

En junio de 1955 Frank compra un Ford Business Coupe de segunda mano a un tal Ben Schultz y comienza su periplo. Detroit, Savannah, Miami Beach, New Orleans, Houston, Los Angeles, Reno, Salt Lake City, Butte, Wyoming, Nebraska, Iowa, Chicago… Durante algunas temporadas le acompañan Mary, su mujer, y sus dos hijos. Otras veces está sólo en medio de la nada. Noches en el coche o en moteles baratos, tiendas y bares…

“Entro en oficinas de correos, Woolworths, tiendas de todo a 10 c., paradas de autobús. Duermo en hoteles baratos. A eso de las 7 voy a un bar cercano. Trabajo todo el tiempo. No hablo mucho. Trato de no ser visto.” R. Frank.

Un suizo recorriendo el país durante el auge del Macarthismo, que promovía acusaciones a civiles sospechosos de prácticas subversivas… Era sólo cuestión de tiempo que las autoridades sospechasen. En noviembre Frank es interceptado por dos coches patrulla en la ruta 65 en McGehee, Arkansas, bajo la sospecha de ser comunista. Se inspecciona su documentación y su equipaje y se le encarcela. Es amenazado e incluso se le llega a pedir que entregue los carretes expuestos, a lo que se niega. Frank vive una conversación surrealista:

– ¿Qué estás haciendo aquí?

– Tengo una beca Guggenheim.

– ¿Quién es Guggenheim?

La experiencia no sólo no lo disuade, sino que intensifica su empatía por los desfavorecidos, por la gente de la calle.

De hecho, aunque Frank vive en New York y conoce Kansas y Saint Louis, no sospecha la dimensión de la segregación racial en el sur, “una experiencia totalmente nueva” para él. Al principio del viaje la plasma a través de imágenes obvias y banales (como fuentes para blancos y fuentes para negros) pero a medida que profundiza en esos estados desarrolla un mensaje más sutil, a la vez que aumenta su afinidad por los afroamericanos, más abiertos y desprovistos de prejuicios en comparación con los blancos. En Port Gibson, Mississippi, continúa el desprecio; unos críos le dicen que vaya al otro lado de la ciudad a ver jugar a los negros…

“Ví por primera vez cómo se trataba a los negros. Fue una sorpresa. Pero no me hizo odiar a América. Me hizo entender cómo puede ser la gente.” R. Frank.

Interior del libro The Americans, de Robert Frank.
Fotografía de Robert Frank.

A medida que pasan los meses no sólo cambia su estilo, también su intención. Ya no se limita a buscar imágenes poéticas sino que se posiciona abiertamente para expresar su punto de vista acerca del abuso de poder, los privilegios de los ricos y la injusticia para con los desfavorecidos. No sólo retrata lugares y personajes, también plasma en sus negativos la alienación de la juventud, el racismo sin tapujos, el aislamiento de los ricos, el aburrimiento de la clase media, el consumismo y la decadencia… El viaje cambia al viajero.

“America es un país interesante, pero hay muchas cosas que no me gustan y que nunca aceptaré. También intento mostrar eso a través de mis fotos.” R. Frank.

Casi un año, varias decenas de estados, 767 rollos de película y 10.000 millas después el viaje termina. Pero eso es sólo el comienzo de todo lo demás.

El libro

La propuesta de Robert Frank no era nueva pero su visión sí, ahí radica la potencia de la obra. Su cámara se dirige de una forma diametralmente distinta a lo hecho hasta entonces. La mirada, mezcla de la objetividad de un extranjero que mira sin filtros impuestos por su civilización y la subjetividad de un ciudadano fascinado, saca a la luz algo inesperado: una radiografía que deja ver lo que hay bajo la superficie.

Hacia el final del verano de 1956 Frank acaba de revelar los casi 800 rollos de película. Hace hojas de contactos con ellos y marca las imágenes interesantes. Decide hacer nada menos que 1000 copias en las que anotará el número de rollo del que provienen.

Entonces empieza a buscar una estructura. Despliega las copias en su apartamento en Third Avenue ocupando el suelo, las mesas y paredes. Al principio las agrupa por temas, como había aprendido de Michael Wolgesinger en Zurich: coches, raza, religión, política y medios, por actividades: comer, trabajar, jugar… y por temas menores: cementerios, gramolas, comedores… Las divisiones no son impermeables, así que frecuentemente algunas imágenes cambian de montón o terminan en cajas. Empieza a señalar las más potentes y a esbozar recortes.  Algunos temas desaparecen para centrar la atención en los principales, así es como se elimina por ejemplo cualquier alusión a la experiencia del inmigrante.

Esta edición dura 3 o 4 meses y es, en palabras del propio Robert, la mayor tarea del libro.

Páginas de The Americans, libro de Robert Frank.
Fotografía de Robert Frank.

Si hay una imagen que explica perfectamente este proceso es la de la ascensorista de Miami Beach. La hoja de contactos revela 14 fotografías, en casi todas la chica sonríe cortésmente a los pasajeros. Sin embargo la escogida al final muestra un gesto mezcla de tristeza, soledad y hastío, entre figuras adineradas que pasan a su lado borrosas como fantasmas. Ya no hay sonrisas, sólo queda la verdad.

Para su libro, Frank se queda con las fotografías en las que no hay máscaras, esas que enseñan lo que la mayoría del tiempo no se ve.

Justo después empieza el trabajo de aportar un orden. Frank concibe cuatro partes en la línea de algún trabajo anterior y de “American Photographs” de Evans. Hacia la primavera de 1957 ya sólo quedan unas 100 imágenes de las 1000 iniciales, muchas son reencuadradas de forma radical hasta el punto de hacer imágenes verticales de tomas originalmente horizontales. El orden se va construyendo sin ideas preconcebidas sobre el sujeto de cada uno de los cuatro capítulos. Sólo hay una regla: dos imágenes de la misma hoja de contactos irán juntas en la secuencia.

De ahí sale una maqueta de 8 3/8 por 9 1/2 pulgadas con copias de 92 fotografías; una sucesión de imágenes aisladas (una en cada doble página) que obligan al lector a buscar un significado no evidente, a encontrar relaciones no explícitas a través de una reflexión sobre qué ha visto antes de pasar cada página.

“Debe dejarse algo al espectador. Tiene que tener algo que ver. No todo está dicho para él.” R. Frank.

El resultado final de este proceso es un libro con 83 fotografías, cada una acompañada sólo de un título muy breve, casi siempre el nombre del lugar. Quizás nada lo resuma mejor que las primeras líneas del prólogo escrito por Jack Kerouac a petición del propio fotógrafo. Kerouac, que también había vivido su propio viaje a lo largo del país, sin duda comprendía el mensaje:

“(…) y con la agilidad, misterio, genio, tristeza y extraña discreción de una sombra fotografió escenas que nunca antes han sido vistas en película. Por ello él será indudablemente aclamado como un gran artista. Después de ver estas imágenes acabas por no saber si una gramola es más triste que un ataúd.” Jack Kerouac.

Interior de The Americans, libro de Robert Frank.
Fotografía de Robert Frank.

Cuando se publica, en enero de 1960, dos años después de salir en Francia, el libro es un fracaso y sólo reporta 800 dólares a su autor. A final de ese año ya no salía de la imprenta. Y sin embargo aquí está de nuevo, reeditado en 2008 con la supervisión del propio Robert Frank, que no se resiste a reencuadrar algunas fotografías, esta vez incluyendo más del negativo original que la primera vez que vieron la luz. Nueva portada, mismo mensaje y una aceptación muy distinta a la de entonces.

La herida

Si la capacidad de aceptar críticas es un síntoma de buena salud, la sociedad que recibió la primera edición del libro tenía motivos para preocuparse. Las reacciones son feroces, lo que no es difícil de entender teniendo en cuenta el tipo de representaciones a las que estaba acostumbrada: la exaltación de sus virtudes y valores de Norman Rockwell o la imagen reflejada por reportajes como “The Luckiest Generation” en LIFE. Incluso Evans y Steichen, que habían apoyado el comienzo del proyecto se muestran incómodos con él. El MoMA se niega a venderlo.

Frank se convierte de la noche a la mañana en un agitador. Es repudiado como un perro que se revuelve contra la mano que le da de comer y se le dedican toda clase de ataques: “una crítica fulminante y amarga contra algunas instituciones”, “la degradación de una nación”, “un poema triste para gente enferma” por parte de un “pobre ensayista sin ninguna capacidad narrativa”… Los Americanos, que había nacido originalmente de la fascinación, se convierte en una obra anti-americana.

Incluso hoy adentrarse en las páginas de The Americans es un proceso intenso. Las imágenes se suceden despacio, consiguiendo justo lo que Frank pretendía: que te hagas preguntas sobre lo que estás viendo y por qué lo estás viendo de esa forma. El estilo es intuitivo y emocional, los encuadres son inesperados, las fotografías intensas se intercalan con imágenes aparentemente inofensivas, aunque ninguna lo es, y menos al combinarse con las otras. Es una obra brutalmente honesta y sin concesiones que escarba en la superficie hasta mostrar lo que hay detrás.

Lomo del libro The Americans, de Robert Frank.
Robert Frank. The Americans. Steidl.

El autor

Poco o nada se puede decir sobre Robert Frank y su influencia en la Fotografía que no se haya dicho ya. Y sin embargo, hace un par de meses me empeñé en aportar mi grano de arena a la montaña de páginas y libros dedicados a su figura con una entrada titulada “El testigo incómodo”.

Te dejo con mi cita favorita:

“Por encima de todo, sé que la vida para un fotógrafo no puede ser una cuestión de indiferencia.” R. Frank.

Para saber más

Título: The Americans.

Autor: Robert Frank.

Editorial: Steidl.

Año de publicación: 2008.

En una frase: El libro que lo cambió todo.

Dónde conseguirlo: Hazte con el pulsando sobre este enlace Robert Frank: The Americans

Fuentes:

Esta entrada en Iconic Photos.

Dos artículos en Artsy (este y este).

Un artículo en Lens Culture.

Página dedicada a Robert Frank en Danziger Gallery.

Robert Frank en 20 minutos.

Looking at Photographs por John Szarkowski.

Lecciones atemporales que los fotógrafos callejeros pueden aprender de The Americans, por Eric Kim, que se apoya principalmente en el libro Looking in: Robert Frank´s The Americans (el catálogo de la exposición).

Y este artículo en el New Yorker.

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9 comentarios en «The Americans (Los Americanos), de Robert Frank.»

    • Hola Josep.

      Desde luego, encantado. Antes da nada permíteme que te de la bienvenida al blog y que te agradezca tu visita. :)

      ¿Qué estás buscando exactamente? Quizás quieres un manual para aprender la técnica básica, en ese caso este es el que te recomiendo sin ninguna duda:
      https://jotabarros.com/2012/02/01/el-manual-de-fotografia-definitivo/

      Si por el contrario quieres hacerte una idea general del proceso fotográfico (toma, composición y procesado), los otros dos que acompañan al primero que te indicaba en esta entrada son un buen comienzo:
      https://jotabarros.com/2012/12/30/el-triangulo-de-libros-imprescindibles-para-aprender-fotografia/

      Aunque tienes que saber que el dedicado al revelado requiere conocimientos mínimos de un software llamado Lightroom.

      Si lo que te apetece es conocer la obra de autores clásicos y modernos, puedes echar un vistazo a esta página, ahí están todos los que han pasado por el blog, comentados en detalle:
      https://jotabarros.com/de-un-vistazo/

      Tienes enlaces para comprar cualquiera de ellos en las propias páginas, por si te decides por alguno. Si quieres comentarme un poco más en detalle qué estás buscando quizás pueda decirte algo más concreto. :)

      Gracias de nuevo. Saludos!

      Jota.

      Responder
  1. Hola J cómo estás. Soy seguidor tuyo en YouTube y en tu web, te quería consultar si conoces algún libro (ojalá digital) sobre fotografía análoga y en blanco y negro de preferencia, soy fanático de ese estilo y tengo varias cámaras para esa fotografía, pero obviamente aprender de los que lograron crecer es mejor. Gracias

    Responder

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