Dirección: Joe y Anthony Russo
Reparto: Robert Downey Jr., Chris Evans, Scarlett Johansson, Chris Evans, Mark Ruffalo, Jeremy Renner, Chris Hemsworth, Paul Rudd, Josh Brolin, Karen Gillian
Título en V.O: Avengers: Endgame
País: Estados Unidos Año: 2019 Fecha de estreno: 25-04-2019 Género: Aventuras Color o en B/N: Color Guion: Christopher Markus, Stephen McFeely Fotografía: Trent Opaloch Música: Alan Silvestri
Sinopsis: Tras lo ocurrido en ‘Vengadores: Infinity War’, el grupo marvelita superviviente hará lo imposible por solucionar el terrible golpe de Thanos.
Hasta aquí hemos llegado. Nunca nadie nada. Que alguien rellene con sustantivos e hipérboles esa frase. Después de 22 películas de Marvel yo ya no sé qué más decir. Es redundante y absurdo, y como todos los esfuerzos inútiles, produce melancolía. A un evento así no se puede acudir con cara de funeral, por mucho que que algo en Vengadores: Endgame huele a despedida. Por mi parte, ni confirmo ni desmiento. Arruinar la experiencia de verla por primera vez sin spoilers debería estar penado.
Cuando escribo esto todavía no se ha publicado ninguna reseña de esta cuarta entrega de Vengadores –¿o quinta?; ¿no lo era también Capitán América: Civil War?–. Sin embargo, ya sé que me irritarán cuando las lea. Por ejemplo, la sumisión con la que muchos recogen las referencias que la película ofrece de forma explícita. Hay quien parece creer que por unir los puntos el dibujo lo han hecho ellos. No son sólo esos dichosos guiños con los que hay que adornar siempre estas historias. Teniendo en cuenta que se trata de un estudio que ha hecho bandera de la diversidad, hay pocos casos en los que tantos digan prácticamente lo mismo sobre una película. Volverá a pasar con Endgame, pronostico. Incluso repetirán algunos comentarios que (per)jurarán no dijeron cuando se estrenó Vengadores: La era de Ultrón.
El exceso de solemnidad podría haber contagiado a una película que venía ya con la épica subida. Fin de una era, la batalla de todas las batallas, la mayor acumulación superheroica de todos los tiempos… Por suerte, en Marvel saben cómo reconducir estas situaciones y además no defraudar a nadie. Mantienen todavía esa capacidad de sorpresa, que por conocida no pierde efectividad. Desde aquella vez en Iron Man 3, lo previsible es que pasará algo que no estaba previsto, aunque sigue siendo imposible prever quién, cómo o cuándo.
Quedémonos con esto último. El tiempo es el verdadero protagonista de una película que reivindica lo vivido juntos. Sí, X-Men: Días del futuro pasado también lo había hecho, pero no había llegado tan lejos ni a tantos sitios a la vez. Hay que multiplicar Origen por Doctor Who y el resultado de la paradoja espacio-temporal se estará quedando corto. Y además con irreverencia, porque en la composición de Endgame hay tanto humor como en la franquicia de Ant-Man; incluso Thor se ha quedado con el tono guasón de Ragnarok.
Cómo los hermanos Russo y sus guionistas han cuadrado todo esto sólo se puede imaginar con una pizarra kilométrica. También con un equipo de producción sin precedentes. Quien haya coordinado las convocatorias cada día en el plató merece un Oscar, que lo inventen. Sería de ingenuos o cínicos pensar que sólo con dinero un estudio ha convencido a tantas estrellas de Hollywood para que participen en este gigantesco diorama viviente. El encaje de las figuras es impresionante. Aunque muchos queden relevados casi a la función de extras, todos están en su sitio. Incluso se han compensado algunas injusticias históricas, concediendo a Jeremy Renner el espacio que su Ojo de Halcón no había tenido todavía. También ha habido tiempo y lugar para que los vengadores fundadores encuentren su merecido momento de gloria.
Habrá más películas de Marvel. Algunas serán incluso mejores que las que han estrenado durante esta década larga. Lo que es seguro es que no habrá ya ninguna más grande que Vengadores: Endgame.
