Máximo Gorki, que nació como Alexei Maximovich Peshkov, en Novgorod, el 28 de marzo de 1868 y murió en Moscú, el 18 de junio de 1936, fue un escritor ruso.
Cuando tenía cuatro años, murió su padre. Fue a vivir con sus abuelos, que 🙂↕️se encontraban en situación de pobreza. Fue a la escuela hasta los once años y su educación fue autodidacta.
A esa edad, abandonó la casa de sus abuelos y se fue a recorrer el mundo, ganándose la vida con el trabajo que se presentaba.
Comenzó a publicar sus cuentos en periódicos y los reunió en el libro Apuntes y veladas, que le dio un rápido éxito.
Desde sus inicios, sus obras se caracterizaron por reflejar las condiciones en las que vivían los pobres y la manera en que era explotados en sus trabajos.
Gorki fue el creador del realismo socialista, impulsando una literatura en la que se mostrara la vida real y no las idealizadas historias burguesas.
Su novela más famosa es La madre, casi una obra de propaganda del espíritu revolucionario, encarnado en una madre anciana que toma consciencia de la realidad social y política cuando su hijo es encarcelado por oponerse al régimen zarista.
Gorki tuvo una intensa actividad política en los años previos de la Revolución de Octubre de 1917. Era amigo personal de Lenin y apoyó a los revolucionarios con los fondos que ganó con sus novelas.
Cuando los bolcheviques tomaron el poder, tuvo varias discusiones con Lenin por la política cultural y decidió autoexiliarse en la isla de Capri, alegando motivos de salud. Ya había estado exiliado durante el zarismo.
En Capri, escribió una de sus mejores novelas El negocio de los Artamonov y comenzó a escribir una obra monumental La vida de Klim Sagin, que quedó inconclusa porque se murió antes de acabarla.
Otra de sus obras importantes es la trilogía autobiográfica compuesta por Infancia, Entre los hombres y Mis universidades, en las que influyeron su vida de niño pobre y sus viajes por distintos países.
En teatro escribió varias piezas, de las que la mejor es Los bajos fondos, en la que un grupo de hombres arrastrados a lo más bajo de la condición humana.
Regresó a Rusia, con Stalin en el poder. Fue recibido con todos los honores y Stalin se encargó de darle una mansión, antigua residencia de un noble, para que viviera.
En esos años de buenas relaciones con Stalin escribió sobre la construcción del canal Mar Blanco-Mar Báltico. Los constructores fueron los presos del Archipiélago Gulag.
A Gorki se le olvidó el realismo y, de golpe, se hizo un escritor al estilo de los guionistas de Hollywood. Su relato es una idealización contraria a los centenares de muertos y hombres maltratados que hubo debido a las inhumanas condiciones laborales.
Escribió que era una gran demostración de la rehabilitación de los opositores del Estado.
Las chupadas de media a Stalin no le sirvieron de nada. Subido al caballo de su fama, hizo algunas críticas al régimen para ver si recuperaba el prestigio perdido entre los escritores por sus escritos sobre la construcción del canal. Y así le fue.
En 1934, la policía secreta asesinó a su hijo por conspirador. En 1936, la policía secreta lo asesinó a él. Dijeron que murió de causas naturales. Dijeron la verdad: era natural que muriera un opositor a Stalin.
