El fruto de la constancia
No ha hecho nunca papeles propiamente principales. Pero su agradable presencia y simpatía han hecho de ella una secundaria que nunca defrauda. Es de esperar que a la guapa Elizabeth Banks le llegue la oportunidad de brillar un día en un papel protagonista.
Elizabeth Maresal Mitchell, más conocida como Elizabeth Banks, su nombre artístico, nació en Pittsgield, Massachusetts, el 10 de febrero de 1974. Fue la mayor de cuatro hermanos. Y ya de jovencita destacaba su belleza rubia de ojos claros, pues participó en concursos locales a tal efecto. Pero como no sólo de hermosura debe vivir la mujer, Elizabeth emprendió estudios en la Universidad de Pensilvania, donde se graduó; además, como deseaba ser actriz, decidió prepararse en serio matriculándose en el Teatro Conservatorio Americano de San Francisco, donde se tituló en 1998. Y partió a Nueva York, Nueva York, donde sus primeros trabajos actorales fueron en el escenario. A la vez iba logrando pequeños papeles en series de televisión –como Sexo en Nueva York– y cine.
Pero si quería triunfar en la pantalla, debía ir a Los Ángeles. Al menos eso pensó Elizabeth, que como primera medida no tuvo más remedio que cambiar su nombre artístico, para que no la confundieran con la actriz Elizabeth Mitchell. De modo que se convirtió en Elizabeth Banks.
Banks se subió a la telaraña del éxito con Spider-Man (2002). No es que su papel de secretaria del director del periódico donde trabaja Peter Parker fuera memorable, pero estar en el blockbuster del superhéroe arácnido no estaba mal, y repitió en las otras dos entregas. Tampoco estuvo mal tener discreta presencia en Atrápame si puedes, de Steven Spielberg. Desde luego era mejor que acompañar el mismo año a Madonna en la horrible Barridos por la marea.
Con Tobey Maguire, alias hombre araña, repitió en Seabiscuit (2004), la historia del legendario caballo de carreras; y se les verá de nuevo juntos en The Details, que acaban de rodar. Después de coincidir con Glenn Close en En la cumbre (2005), y hacer la gansa con Steve Carell en Virgen a los 40 (2005), hizo con Mark Wahlberg el drama deportivo basado en hechos reales Invencible (2006). Digamos que en plan hormiguita la Banks ha ido sumando papeles secundarios, ninguno memorable, casi siempre en comedias, como Definitivamente, quizás, Mal ejemplo, ¿Hacemos una porno? o Atrapados en un pirado, las cuatro de 2008. Un cambio saludable, de ese año, fue interpretar a Laura Bush en el biopic del presidente George W. Bush en W., de Oliver Stone. Y ya puestos a tantear otros terrenos, abordó el terror con Presencias extrañas (2009) y el thriller en Los próximos tres días (2010). También ha gozado de popularidad con sus incursiones televisivas, primer en Scrubs en 2006, y después en Rockefeller Plaza en 2010.
En lo personal a la Banks le va divinamente. Amante de las redes sociales, recurre a Facebook y Twitter para dar felices noticias. Así, casada desde 2003 con Max Handelman por el rito judío –era su novio desde el lejano 1992–, tienen un hijo gestado en un vientre de alquiler, noticia que corrió como la pólvora en internet gracias a los tweets de la actriz.