Historia del Castillo de Neuschwanstein: ¿el Castillo del Rey Loco?

Historia del Castillo de Neuschwanstein

Sí, vamos a hablarte sobre la historia del Castillo de Neuschwanstein, y no, no queremos aburrirte con parrafadas llenas de datos y fechas ni enrrollarnos más de la cuenta, sino contarte unas cuantas curiosidades y algún que otro episodio importante relacionado con el Castillo del Rey Loco.

Te invitamos a quedarte un poco más por aquí antes de cerrar esta pestaña 😜

Creemos que siempre viene bien saber unas cuantas cosas acerca de los lugares que visitamos (por entenderlos un poco mejor y más allá de la foto).

Más si se trata de este monumento, considerado una de las nuevas maravillas del mundo y cuya historia incluye entre sus ingredientes una pasión enfermiza, una muerte siniestra y, por supuesto… un Rey Loco.

Entonces, ¿te quedas?

⛏️ ¿Quién construyó el Castillo de Neuschwanstein?

El Castillo de Neuschwanstein fue mandado construir por el rey Luis II de Baviera, que se había criado en el cercano Castillo de Hohenschwangau y que, como amante de la zona de los Alpes bávaros y heredero al trono, impulsó la construcción de varios palacios y castillos de corte romántico a finales del XIX.

Pero su favorito, sin duda, sería el Castillo de Neuschwanstein, para el que no escatimó en gastos ni materiales, invirtiendo toooda su fortuna personal en sus obras.

👑 El Castillo del Rey Loco (que no quería ser rey)

El rey planeaba retirarse a este castillo de cuento situado en mitad de un bosque montañoso, concebido como un refugio de lujo donde alejarse de la intensa actividad pública de Múnich, que había marcado su vida y que tan poco le gustaba, sobre todo cuando a la muerte de su padre, Maximiliano II, heredó el trono del reino de Baviera.

En el Castillo de Neuschwanstein apenas vivirían él y un puñado de personas del servicio y de su confianza; ésa era la idea.

La ironía sería que pocos castillos tendrían tanta afluencia de visitantes como el Castillo de Neuschwanstein, pues poco tiempo después del comienzo de sus obras, el rey apareció muerto en un lago cercano, y apenas unas semanas después de su fallecimiento, el castillo abriría sus puertas al público.

Pero esto hablaremos más adelante.

📜 ¿Cuándo se construyó el Castillo de Neuschwanstein?

Fruto de la imaginación del excéntrico rey Luis II de Baviera, la historia del Castillo de Neuschwanstein nos conduce hasta finales del siglo XIX, en pleno Romanticismo.

Lo de excéntrico no lo decimos nosotros, sino sus contemporáneos, que lo describían como alguien sumamente obsesivo, soñador y bastante sustraído de los avatares de una Corte pomposa y llena de compromisos públicos.

La infancia de este monarca, fascinado por los castillos medievales en ruinas desperdigados por esta parte de los Alpes bávaros, y criado entre los excesos propios de un heredero al trono, transcurrió a caballo entre el Castillo de Hohenschwangau, muy cerca del Castillo de Neuschwanstein que él mismo mandaría levantar, y el barroco Palacio de Nymphenburg de Múnich.

🎼 Un castillo romántico para un amante de Wagner…

Durante el Romanticismo era más que habitual entre los monarcas europeos el enaltecimiento de los valores de la Edad Media, sobre todo de la estética de las construcciones medievales y del mundo de la caballería, que se vieron reflejados en todos los campos del arte y de la arquitectura.

En el caso de Alemania, esta corriente tuvo su reflejo en muchas de las obras de Richard Wagner, el gran representante musical del Romanticismo alemán y con el que el propio Luis II de Baviera mantenía una estrecha amistad, y, por supuesto, en el Castillo de Neuschwanstein, sin duda el gran símbolo arquitectónico de este período.

De hecho, existen documentos escritos donde Luis II de Baviera le contaba a Wagner sus intenciones de levantar un castillo al estilo de los antiguos castillos medievales, situado en un paraje natural de ensueño, de gran belleza.

Este castillo sería, obviamente, el futuro Castillo de Neuschwanstein.

Y lo cierto es que el Castillo de Neuschwanstein no sería construido por casualidad en el promontorio donde hoy se erige, pues ya existían en la zona los restos de una fortaleza medieval (bautizada como Vorderhohenschwangau) que Luis II mandó reconstruir para transformarla en el fantasioso castillo que hoy podemos visitar.

Además del Castillo de Neuschwanstein, Luis II promovió la construcción de varios castillos más, como el Palacio de Linderhof (muy cerca de Neuschwanstein) y el Palacio de Herrenchiemsee, pero ninguno de ellos concentra tal cantidad de elementos simbólicos, oníricos y del folclore bávaro como el primero.

Además de Luis II de Baviera, la historia del Castillo de Neuschwanstein tiene otros protagonistas.

Entre ellos destacan dos: el arquitecto Eduard Riedel y el escenógrafo Christian Jank, que ayudaron a plasmar las ideas del monarca en un proyecto realizable.

De entrada, aquellas ruinas medievales que mencionamos antes no pudieron aprovecharse por las dificultades que presentaba el terreno, muy inestable por el tipo de piedra (a día de hoy, este continúa siendo uno de los grandes problemas para la conservación del Castillo de Neuschwanstein).

No obstante, la intervención de Luis II de Baviera en la construcción del castillo fue continua y su propio criterio siempre prevaleció, proponiendo constantes ampliaciones y nuevas estancias que dispararon no solo el presupuesto para las obras, sino también el tiempo para ejecutarlas.

A pesar de sus dimensiones y de la cantidad de habitaciones y salas con las que cuenta el Castillo de Neuschwanstein, ya sabes que este nunca fue concebido con la idea de albergar una gran Corte, sino al rey y a las personas de servicio justas e imprescindibles.

El Castillo de Neuschwanstein fue pensado, más bien, como un escenario, un palacio teatralizado y casi irreal, lo suficientemente habitable, pero donde lo estético se impone a lo práctico.

Para materializar este concepto sería indispensable la colaboración de Christian Jank, que supo plasmar en la decoración de todas sus estancias la iconografía de las sagas wagnerianas que tanto fascinaban al monarca: cuando visites el Castillo de Neuschwanstein por dentro, el guía te señalará un sinfín de referencias a Wagner, entre ellas los cisnes, omnipresentes en la decoración del castillo y que recuerdan al Caballero del Cisne, figura de los cuentos medievales que Wagner convertiría en protagonista de su ópera Lohengrin.

💰 ¿Cómo se pagó el Castillo de Neuschwanstein?

Ya te desvelábamos antes que, en contra de lo que se pensó durante muchos años, el Castillo de Neuschwanstein se financió gracias a la fortuna personal de Luis II de Baviera y no a costa del fondo común del Estado bávaro.

No obstante, cuando las obras se alargaron y los costes comenzaron a incrementarse, Luis II de Baviera acabaría pidiendo varios préstamos que lo dejaron prácticamente en la ruina y contribuyeron a alimentar los deseos de derrocarle de sus opositores.

La muerte del Rey Loco, el triunfo de un castillo

Las deudas del rey acabaron desembocando en su expulsión del castillo pocos días antes de su misteriosa muerte, bajo la amenaza de embargo. Además, el gobierno bávaro lo declaró incapacitado para reinar, y el 11 de junio de 1886 Luis II de Baviera abandonaría para siempre el Castillo de Neuschwanstein.

El cuerpo del rey apareció flotando en un lago cercano al castillo, el Lago de Starnberg, tan solo dos días después, el 13 de junio.

Junto a él se encontraba también el cadáver del que fuera su psiquiatra, pero nunca se han esclarecido las circunstancias de la muerte de ambos.

Una muerte bastante extraña, sin duda, pues aunque la causa del fallecimiento que quedó registrada sería el ahogamiento, era por todos conocidos que el Rey Loco era, desde niño, un excelente nadador…

🏰 ¿Cuándo abrió al público el Castillo del Rey Loco?

A estas alturas seguro que ya puedes imaginarte por qué, a pesar de no estar siquiera terminado, el gobierno de Baviera decidió abrir el Castillo de Neuschwanstein al público tras la muerte de Luis II, acelerando las obras de las principales estancias.

Efectivamente, esta fue la forma de saldar las deudas que había contraído el monarca.

Cosas del destino, el Castillo de Neuschwanstein se convertiría, además, en la principal fuente de ingresos de la familia real en las décadas siguientes.

🖼️ El Castillo de Neuschwanstein durante la Segunda Guerra Mundial: un escondite de obras de arte

Si has visto la película The Monuments Men, dirigida por George Clooney, seguro que te suena la historia que vamos a contarte a continuación.

Uno de los grandes proyectos de Hitler fue la creación del Führermusem, un museo gigantesco que reuniría la mayor colección de obras de arte del mundo.

Para ello, los nazis aprovecharon el contexto de la Segunda Guerra Mundial saqueando los grandes museos ya existentes, expoliando miles de obras de arte de iglesias y catedrales de otras ciudades europea e instituciones judías, que escondieron en varios lugares de Alemania.

Adivina adónde fueron a parar más de 21.000 obras de arte…

Acertaste: al Castillo de Neuschwanstein.

El Castillo de Neuschwanstein, con su localización aislada, se convirtió en uno de los escondites favoritos de los nazis para custodiar estas obras de arte, que serían descubiertas tras el fin de la guerra por estos Monuments Men, una unidad especial creada por los aliados destinada al rescate de todas estas piezas.

Esta unidad recorrió Europa durante los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, logrando recuperar más de un millón (sí, has leído bien) de pinturas, esculturas y, en definitiva, todo tipo de obras de arte.

La mayoría de las piezas escondidas en Neuschwanstein fueron sacadas del castillo de forma precipitada por los nazis, pero los Monuments Men lograron recuperar buena parte de ellas en años posteriores. Varias fuentes de la época cuentan la anécdota de la escultura de Rodin que se encontraron tirada en medio del bosque que rodea el castillo.

Los aliados encontraron en el Castillo de Neuschwanstein algo más, algo muy valioso para los historiadores del Nazismo: varios álbumes de fotos que documentaban, una por una, todas las obras de arte que habían sido llevadas allí por los nazis, lo que sirvió como prueba en los juicios de Núremberg,

👪 ¿Quién vive en el Castillo de Neuschwanstein actualmente?

Hoy en día, y desde hace mucho tiempo, ya no vive nadie en el Castillo de Neuschwanstein, que está destinado únicamente a las visitas turísticas.

Ya sabes que ni siquiera el propio Luis II de Baviera pudo disfrutar mucho tiempo de la que sería la gran obra arquitectónica de su vida, pues murió mucho antes de que el Castillo de Neuschwanstein estuviera finalizado.

De hecho, de las más de 200 habitaciones proyectadas en su diseño, solo 20 fueron terminadas completamente, y la mayoría de ellas son las que hoy podemos visitar cuando recorremos el interior del Castillo de Neuschwanstein.

Ahora que ya conoces la historia del Castillo del Rey Loco… ¡seguro que te han entrado ganas de visitarlo!

Te animamos a consultar toda la información práctica para organizar tu viaje al Castillo de Neuschwanstein, tanto si vas a verlo por tu cuenta como si prefieres reservar nuestra excursión al Castillo de Neuschwanstein desde Múnich, en la que nuestro guía en español te contará muchas más cosas sobre este enigmático lugar.

Y es que el Castillo del Rey Loco, sin duda, aún esconde muchos secretos…