Marqués de Esquilache

(Leopoldo de Gregorio; Mesina, Italia, 1700-Venecia, 1785) Ministro de Carlos III en sus reinados en N�poles y Espa�a. Este hombre de origen humilde era asentador de v�veres del ej�rcito cuando el rey Carlos VII (el futuro Carlos III de Espa�a) le confi� la administraci�n de las aduanas de N�poles (1748). Su eficacia en la gesti�n y su cercan�a al reformismo ilustrado del monarca le hicieron ascender a puestos de mayor responsabilidad, siendo nombrado secretario de Hacienda, Guerra y Marina.

Cuando el rey dej� N�poles para ocupar el trono de Espa�a (1759), se llev� con �l a un equipo de colaboradores con Esquilache a la cabeza. Inmediatamente fue nombrado secretario de Estado de Hacienda. El marqués de Esquilache acumul� un gran poder, lo cual, unido a su condici�n de extranjero y a las reformas que realiz�, le granje� muchos enemigos; pronto llovieron sobre Esquilache las acusaciones de corrupci�n, que nunca pudieron probarse.

El motín de Esquilache (óleo de J. Martí)

Durante su estancia en el poder (1759-66) cre� la loter�a y el montep�o de viudas y hu�rfanos de militares; dict� las ordenanzas para el reemplazo militar; regul� el despacho con Roma; reorganiz� los propios y arbitrios de los pueblos; moderniz� la capital con un sistema de alumbrado nocturno de las calles, adem�s de edificar la Casa de Postas y la Aduana (sedes actuales de la Comunidad de Madrid y del Ministerio de Hacienda); y limit� los privilegios del clero, exigiendo a la Iglesia el cumplimiento del Concordato y reduciendo su jurisdicci�n en beneficio del poder real.

Con el fin de acabar con la impunidad de los criminales nocturnos en las ciudades, el marqués de Esquilache dict� un bando en 1766 que prohib�a los tradicionales sombreros redondos y capas largas que usaban los embozados; aquel �atentado� a las costumbres espa�olas por parte de un extranjero fue el detonante de una insurrecci�n popular contra el ministro conocida como el mot�n de Esquilache, que estall� simult�neamente en las principales ciudades del reino; en Madrid fue saqueada la propia casa de Esquilache.

Parece que detr�s del mot�n se hallaba la Compa��a de Jes�s, enemiga del regalismo mon�rquico y de las avanzadas reformas protagonizadas por el ministro, que organiz� la conspiraci�n sirvi�ndose del descontento popular ante la sucesi�n de malas cosechas, escasez y carest�as desde 1762. De resultas del mot�n, Carlos III depuso a Esquilache de todos sus cargos y le envi� a Italia, no sin antes compensarle con la concesi�n de rentas y honores; en 1767 la pugna entre el regalismo del monarca ilustrado y el tradicionalismo auspiciado por la Iglesia tendr�a un nuevo cap�tulo con la expulsi�n de los jesuitas de Espa�a. En 1772 Esquilache fue nombrado embajador de Espa�a en Venecia.

C�mo citar este art�culo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].