Joan, adéu i bon viatge, un artículo de José María Perea

Opinión

Joan, adéu i bon viatge

Joan Iborra

Joan Iborra / CARRATALÁ

En el Madrid de finales de la segunda mitad de los años sesenta escuché en los instrumentos de percusión a un joven músico de Muro que unos años después ganó su plaza en la Orquesta Nacional de España y de profesor en el Conservatorio de Madrid. Mucho tiempo después, ya en Alicante, recordamos juntos aquel primer encuentro: en uno de los ensayos en el Auditorio del Ministerio de Información y Turismo de la recién creada Orquesta de RTVE, dirigida entonces por Igor Markevitch, el músico nacido en Kiev que fue en París alumno de piano de Alfred Cortot y de composición con Nadia Boulanger. ¡Ahí es nada!

Joan García Iborra, Joan Iborra como músico, se había asentado en Alicante como profesor en el Conservatorio Óscar Esplá e intentó el resurgir de un viejo sueño alicantino: contar con una Orquesta Sinfónica que llevara el nombre de la capital de la provincia. Tras la represión sufrida por José Juan Pérez (Alicante, 1900-1968) tras la derrota de la II República -director y fundador en 1927 de la Orquesta de Cámara de Alicante- hubo intentos de crear en Alicante una Sinfónica por Luis Torregrosa García (Alicante, 1871-Madrid,1960) y una Filarmónica por Moisés Davia Soriano (Chinchilla, 1922-Madrid,1994), director de la Banda Municipal de Alicante entre 1962 y 1979. Fueron trayectorias de corta duración, de cuatro años la del maestro albaceteño. Joan Iborra lo volvió a intentar en 1996 contando, al principio, con el respaldo del Ayuntamiento capitalino. Entonces nos volvimos a encontrar pues, siendo director del Club INFORMACION desde su creación en 1993, abrimos a finales del siglo pasado las puertas del nuevo salón de actos del Club para que la Orquesta Sinfónica de Alicante (OSA) tuviera un concierto mensual garantizado y una pocas actuaciones más a lo largo del año en el monasterio de la Santa Faz y en el Teatro Principal. Fue una relación intensa y el comienzo de una amistad y aprecio que ya no se interrumpiría, ni siquiera en los momentos más críticos de su larga y dolorosa enfermedad siempre que el teléfono nos permitía reencontrarnos. 

A finales del pasado año nos abrazamos en el Auditorio de la Diputación de Alicante -donde la OSA daría varios conciertos en los años iniciales tras su inauguración hace trece años- al final de una actuación de la orquesta ADDA SiMfònica en la que uno de sus hijos, Adrián, había tocado en la percusión, su instrumento. Creo que fue su última presencia en el ADDA, de cuya Fundación fue patrono hasta diciembre del año 2023. Hoy su sueño, y el de tantos alicantinos de varias generaciones, se ha plasmado en la consolidación por Josep Vicent de ADDA·Sinfònica como una formación orquestal con presente y futuro. Adeu, amic Joan, graçies i bon viatge.