Por qué los monos (y los humanos) están conectados con la equidad

Por qué los monos (y los humanos) están conectados con la equidad

“Observo en el comportamiento de los monos capuchinos algo parecido a lo que llamamos sentido de la equidad”, afirma la primatóloga Sarah Brosnan como parte de las conclusiones de su estudio basado en el análisis del comportamiento de estos primates. En una charla virtual TED, Brosnan muestra las respuestas de los monos a los estímulos que ella misma les plantea y que evidencian que la equidad es importante para ellos. Y también lo es para los humanos en un contexto económico como el actual que parece dirigido hacia la polarización y hacia una recuperación en forma de ‘K’.   

Por qué los monos y los humanos son apegados a la equidad

En esta charla virtual TED, que fue difundida en diciembre de 2020, Sarah Brosnan explica que diseñó un estudio para analizar la respuesta de los monos cuando alguien de su grupo recibía una mejor recompensa que los demás por hacer exactamente lo mismo. El experimento principal consistió en sentar a Winter y Lance, dos monos de un mismo grupo, uno al lado de otro con el objetivo de que intercambiaran algo con la primatóloga. El truco estaba en que uno de los monos siempre recibiría un trozo de pepino, mientras que el otro a veces recibía una uva en lugar de pepino. Cabe destacar que estos primates prefieren comer frutas antes que hortalizas, puesto que sus gustos son parecidos a los de la mayoría de los humanos: cuánto más dulce, mejor. 

¿Cuál fue el resultado? Inicialmente, Lance se mostró feliz por recibir un pepino como parte de su intercambio y aún se entusiasmó más cuando vio que Winter recibía una uva, puesto que pensó que en el siguiente intercambio le darían otra igual. Sin embargo, cuando observó que le ofrecían de nuevo un pepino, lo probó y lo tiró al suelo. Pasó lo mismo en sucesivos intentos, pero entonces ya ni siquiera se tomaba la molestia de probarlo. La primatóloga concluyó que Lance solo quería un pepino si no veía que a Winter se le daba una uva. Y este comportamiento no era exclusivo de Lance, pasaba lo mismo con los demás monos capuchinos. Todo ello nos lleva a pensar que tienen un sentido de la equidad parecido al de los humanos. 


Para las personas la equidad es sumamente importante, hasta el punto de llegar a motivar una toma de decisiones aparentemente irracional. Brosnan lo ejemplifica citando un estudio en el que se daba a elegir entre ganar 50.000 $ al año mientras otros ganaban 25.000 $, o bien ganar 100.000 $ al año mientras otros ganaban 250.000 $. ¡Más de la mitad de los encuestados optaron por ganar menos dinero con tal de no tener un sueldo inferior al de los demás! 

Sarah Brosnan explica que los expertos consideran que el sentido de la equidad en el caso de los humanos va muy ligado a la cooperación. Es decir, las personas desarrollamos este sentido de la equidad cuando trabajamos con otros para saber si nos toca la peor parte. Sin embargo, cabe destacar que no solo nos preocupamos por la desigualdad o la injusticia cuando nos perjudica directamente. Tanto los monos como las personas solemos sentirnos incómodos cuando nos beneficiamos injustamente de una situación de inequidad. Y eso nos hace más confiables para los demás. Brosnan reflexiona sobre ello: “Si los demás creyeran que no eres equitativo/a, ¿por qué querrían trabajar contigo?”. 

Las desigualdades no sólo existen en el ámbito laboral y a nivel individual. Son muchas las situaciones de inequidad a nivel social y económico que pueden generar frustración e insatisfacción. Lo estamos viendo más que nunca a raíz de la crisis provocada por la pandemia de la Covid-19, que ha acentuado las diferencias entre sectores de actividad y está dejando ganadores y perdedores. Por un lado, están los sectores económicos considerados esenciales y aquellos en los que mayoritariamente las personas pueden desarrollar sus tareas teletrabajando. Por otro, los ámbitos que están sufriendo grandes pérdidas, como el turismo o la restauración. Y parece que la distancia entre estos dos grupos aún se puede acrecentar, puesto que se prevé una recuperación económica en forma de ‘K’. Eso supone que una parte de la economía crecerá mucho, mientras que otra parte seguirá sufriendo. 

Cabe destacar que los diferentes sectores de actividad también se verán afectados de distintas maneras por las transformaciones que se están viviendo en el mercado laboral a raíz de la creciente automatización y digitalización de procesos. Serán muchas, pues, las personas que se verán obligadas a reconvertirse. 

Y, a nivel aún más general, observamos grandes desigualdades entre países ricos y países pobres. Los expertos auguran que tras la pandemia las diferencias a todos los niveles se acrecentarán entre ellos, siendo mucho más rápida la recuperación de las economías ricas.  

Como vemos, los problemas de los humanos son mucho más complejos que recibir una uva o un pepino, como en el caso de los capuchinos. Por eso, debemos tener muy presente que nuestra sociedad y su evolución dependen en buena parte de nuestro sentido de la equidad. 

 

Acceso a la charla TED Salon: UNDP de Sarah Brosnan: https://www.ted.com/talks/sarah_brosnan_why_monkeys_and_humans_are_wired_for_fairness?language=es

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Núria Hernández Fontanet

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En esta charla virtual TED, que fue difundida en diciembre de 2020, Sarah Brosnan explica que diseñó un estudio para analizar la respuesta de los monos cuando alguien de su grupo recibía una mejor recompensa que los demás por hacer exactamente lo mismo. El experimento principal consistió en sentar a Winter y Lance, dos monos de un mismo grupo, uno al lado de otro con el objetivo de que intercambiaran algo con la primatóloga. El truco estaba en que uno de los monos siempre recibiría un trozo de pepino, mientras que el otro a veces recibía una uva en lugar de pepino. Cabe destacar que estos primates prefieren comer frutas antes que hortalizas, puesto que sus gustos son parecidos a los de la mayoría de los humanos: cuánto más dulce, mejor. 

¿Cuál fue el resultado? Inicialmente, Lance se mostró feliz por recibir un pepino como parte de su intercambio y aún se entusiasmó más cuando vio que Winter recibía una uva, puesto que pensó que en el siguiente intercambio le darían otra igual. Sin embargo, cuando observó que le ofrecían de nuevo un pepino, lo probó y lo tiró al suelo. Pasó lo mismo en sucesivos intentos, pero entonces ya ni siquiera se tomaba la molestia de probarlo. La primatóloga concluyó que Lance solo quería un pepino si no veía que a Winter se le daba una uva. Y este comportamiento no era exclusivo de Lance, pasaba lo mismo con los demás monos capuchinos. Todo ello nos lleva a pensar que tienen un sentido de la equidad parecido al de los humanos. 


Para las personas la equidad es sumamente importante, hasta el punto de llegar a motivar una toma de decisiones aparentemente irracional. Brosnan lo ejemplifica citando un estudio en el que se daba a elegir entre ganar 50.000 $ al año mientras otros ganaban 25.000 $, o bien ganar 100.000 $ al año mientras otros ganaban 250.000 $. ¡Más de la mitad de los encuestados optaron por ganar menos dinero con tal de no tener un sueldo inferior al de los demás! 

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Las desigualdades no sólo existen en el ámbito laboral y a nivel individual. Son muchas las situaciones de inequidad a nivel social y económico que pueden generar frustración e insatisfacción. Lo estamos viendo más que nunca a raíz de la crisis provocada por la pandemia de la Covid-19, que ha acentuado las diferencias entre sectores de actividad y está dejando ganadores y perdedores. Por un lado, están los sectores económicos considerados esenciales y aquellos en los que mayoritariamente las personas pueden desarrollar sus tareas teletrabajando. Por otro, los ámbitos que están sufriendo grandes pérdidas, como el turismo o la restauración. Y parece que la distancia entre estos dos grupos aún se puede acrecentar, puesto que se prevé una recuperación económica en forma de ‘K’. Eso supone que una parte de la economía crecerá mucho, mientras que otra parte seguirá sufriendo. 

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