El pasado 24 de octubre inicia la nueva campaña NBA. La primera con Denver como vigente campeón, la vigésima primera de LeBron en la NBA y la que tenía que consagrar a Victor Wembanyama como uno de los mejores novatos de la historia. El francés partía como máximo favorito a llevarse el premio al mejor rookie con tanta diferencia con el segundo que asustaba incluso plantear el debate. Hablamos de un jugador especial, con un físico único, capaz de marcar la diferencia por dentro y por fuera, en ataque y en defensa, algo nunca visto en la NBA. Un mes más tarde, pese a los buenos números de Wemby, la carrera por el premio la lidera otro novato: bienvenidos al mundo de Chet Holmgren. Su lema, “meter tiros y ganar partidos”.
Elegido con el pick #2 del draft en 2022, Holmgren apuntaba a ser uno de los favoritos a llevarse el galardón el pasado curso, pero una lesión jugando un partido amistoso le dejó fuera todo el año, un encuentro donde también estuvieron LeBron James, Jayson Tatum, Dejounte Murray o el pick #1 de ese mismo draft, Paolo Banchero. La lesión, una fractura en el Lisfranc, la parte media del pie, fue defendiendo a LeBron en un contragolpe, lo que abrió el debate: ¿está el físico de Chet Holmgren listo para la NBA? Una narrativa contra la que siempre ha tenido que luchar el jugador de Minnesota. Desde el principio, la franquicia quiso tirar balones fuera: “la lesión no tenía relación con el tamaño”, aseguraba Sam Presti, general manager de los Thunder.
Porque pese a superar con facilidad los siete pies, estando en 216 centímetros de altura, Chet no llega a los 90 kilos de peso. Sus medidas son únicas en la NBA: nadie por encima de 6-9 (205 centímetros) está por debajo de los 90 quilos como Holmgren. Lo más parecido, su compañero de equipo, Aleksej Pokusevski, con siete pies y 210 libras. Ni siquiera el cuerpo de Wembanyama lo iguala, bastante más alto (224 centímetros), pero superando las 210 libras (95 kg). Porque si el francés es un alien, Holmgren es otro unicornio. La versión final de lo que Kristaps Porzingis o Lauri Markkanen llevaron a la NBA. Y es que solo 23 jugadores en la historia de la NBA han hecho una temporada como lo que está haciendo Holmgren: 14 de ellos están en el Salón de la Fama.
En 14 partidos, el novato de los Thunder promedia 17 puntos, con 7.8 rebotes, 2.6 asistencias y 2.1 tapones por partido, quinto en la NBA en ese apartado. De los 23 nombres, Kevin Garnett y Chris Webber, con 20 años, fueron los únicos en hacerlo más jóvenes que Holmgren y la lista de jugadores que lo hicieron en su primera temporada NBA es ligeramente más larga: Pau Gasol, Tim Duncan y el propio Webber. Los tres ganaron el premio al mejor novato del año y ninguno de ellos lo hizo tirando un 56.5% de campo o un 46% en el triple. El porcentaje de acierto de Holmgren es la gran diferencia entre su campaña rookie y cualquier otra, con el resto de números sobre la mesa. Ya no es compararlo con Victor Wembanyama; es hacerlo con la historia.
Porque lo visto hasta ahora de Holmgren en una pista de baloncesto ha despejado cualquier duda que trajera de Gonzaga. Decidió estudiar en la misma universidad que Jalen Suggs, con quien compartió equipo en el instituto y donde ganó cuatro títulos estatales en cuatro años. En el último se llevó todos los premios posibles y la atención de las grandes universidades. Michigan, Baylor, Ohio State, Florida State y hasta North Carolina y USC le hicieron una oferta al que fuera un recruit de cinco estrellas, número uno de la clase unánime tras la decisión de Jonathan Kuminga de presentarse un año antes al draft. Apostó por Gonzaga y su estilo de juego lo que más le llamó la atención del equipo de Mark Few.
La explosión de Chet Holmgren
Su único año en Washington fue un éxito pese a perder en sweet 16 ante Arkansas, pero consiguió el premio al mejor defensor de la conferencia y mejor recién llegado. Sus números, un aviso de lo que podría ser en la NBA: 14.1 puntos, 9.9 rebotes y 3.7 tapones por noche, rozando el 40% en el triple. Aunque Chet Holmgren se hizo famoso a nivel nacional unos meses antes, cuando dejó en evidencia a Steph Curry en su propio campus. Dos veces seguidas. Primero, con un tapón a tablero. Al otro lado de la pista, pasando el balón dos veces por detrás de la espalda para dejar a Curry por el camino y hundirla a dos manos. Desde ese día, su nombre apareció en las listas de todos los ojeadores.
Chet Holmgren con 16 años v Steph Curry.
1⃣ Crossover + mate
2⃣ Triple
3⃣ Tapón a tablero pic.twitter.com/FnojIZYb7N— Alejandro Gaitán (@alejandroggo) November 21, 2023
Desde pequeño fue entrenado como un exterior, para aprender a driblar el balón, y como un tirador. No por ser el más alto jugaría en la pintura, algo que Lance Johnson, su entrenador en Minneaha Academy siempre tuvo claro. Y por eso ha podido extrapolarlo en la NBA. Porque su tamaño es su gran ventaja en defensa, pero su habilidad es lo que le hace diferencial en ataque. Es la última evolución del unicornio, la versión definitiva. La que viene a dominar la liga.
Ante Curry ha sido hasta ahora su mejor partido. En el primer encuentro entre Warriors y Thunder de temporada regular, Steph anotaba un game winner sobre la bocina para llevarse el duelo; en el último, Chet Holmgren mandaba el partido a la prórroga con un triple cuando solo tenía 0.9 segundos en el marcador. Venía de cometer tres errores seguidos, pero el balón no le quemó para nada. 36 puntos es la mayor anotación para un novato en la historia de los Thunder, quedando por delante solo Bob Rule y Kevin Durant en su época en Seattle. Este año solo Wemby, con 39 tantos ante Phoenix supera, esa cifra entre los novatos. Los Thunder, además, ganaron el partido en tiempo extra, en parte, por la baja de Curry.
Ha tenido noches más complicadas. Nikola Jokić le anotó 24 puntos en 31 posesiones, con un 10/13 en tiros de campo abusando de su físico y usando el cuerpo para ganar la batalla por la pintura. “Necesita estar un poquito más gordo”, decía el serbio tras su primer duelo. Otras noches ha tenido más éxito: Evan Mobley se llevó cuatro tapones (2/11 en tiros de campo) y Jarret Allen otros dos en el triunfo ante Cleveland, a Dray lo dejó en 1/5, misma cifra que a Bradley Beal. Y en el duelo que todo el planeta NBA esperaba, Wemby solo pudo anotar una vez defendido por Holmgren. El cuerpo no fue un problema y le ha permitido hacer lo que más le gusta: meter tiros y ganar partidos.
Porque la presencia de los Thunder en la parte alta del Oeste no es casualidad a su llegada. Holmgren era un perfil que Oklahoma necesitaba, y sabía que iba a llegar. Un jugador capaz de generar su propio tiro, pero que al mismo tiempo sabe jugar junto a Shai Gilgeous-Alexander y aprovechar las ventajas que el canadiense genera. Alguien capaz de defender la pintura, complementando a Lu Dort y Jalen Williams como anclas defensivas. Hasta la fecha ha sido el segundo jugador más importante del segundo mejor equipo de la conferencia, y todo como novato y siendo el tercer jugador con mejor porcentaje de tiro verdadero. Es el mundo de Chet Holmgren, y solo acaba de empezar a meter tiros y ganar partidos.
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