Dirección: Marco Bechis
Reparto: Antonella Costa, Carlos Echevarría, Chiara Caselli, Dominique Sanda, Enrique Piñeyro
Título en V.O: Garage Olimpo
Nacionalidad: Argentina, Francia, Italia Año: 1999 Duración: 98 Género: Drama Color o en B/N: Color Guión: Lara Fremder, Marco Bechis Fotografía: Ramiro Civita Música: Jacques Lederlin
Sinopsis: María vive con su madre y es una activista de una pequeña organización contraria a la dictadura militar argentina. Una mañana, una brigada de soldados vestidos de paisano detienen a la protagonista y la confinan en una zona de tortura para someterla a un interrogatorio.

Crítica

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En estos tiempos de escapismo cinematográfico, de abandono casi total del concepto de verosimilitud y de olvido de las referencias éticas e ideológicas, una película como Garage Olimpo permite recuperar las esperanzas. Cuenta la historia del secuestro de una joven activista contra la dictadura militar de Videla y compinches, realizado por el brazo represivo del ejército argentino. Y lo hace sin tapujos ni componendas, pero sin demagogia ni sadismo visual, lo que no es poco en un film cuya trama principal es la tortura física y moral.Marco Bechis, un director chileno que firma con esta su segunda película, se ha empeñado con éxito en mostrar cómo los regímenes autoritarios provocan la existencia de dos mundos, el de arriba y el de abajo, el de los hombres y mujeres que continúan sus vidas personales y profesionales en la superficie de las ciudades, y el de los perseguidos, raptados, torturados, muertos o desaparecidos, cuya peripecia ignoran o pretenden hacerlo los llamados ciudadanos normales. La película se pregunta cómo es posible que en una ciudad aparentemente moderna y civilizada existan lugares, como ese Garage Olimpo, dedicados exclusivamente a destruir a secuestrados políticos para extraerles una información de cuyo interés canalla ni siquiera se tiene certeza. Bechis ha optado por un tratamiento distanciado, seco y frío, que afecta igualmente a la planificación, a la iluminación y al tratamiento de los actores, entre los que descubrimos a una madura y algo gritona Dominique Sanda, musa en los tiempos de El conformista y El hombre de Mackintosh.El mayor acierto de este Garage Olimpo es no caer en el victimismo ni en la hagiografía. Bechis y su coguionista Lara Fremder han inventado una estructura intrigante hasta la incomodidad, en la que nada se explica más que indirectamente, y la han puesto al servicio de unos personajes de extraordinaria ambigüedad, más allá del calificativo moral que sus comportamientos inspiran. La víctima y el verdugo, lejos de las tonterías de la Cavani en Portero de noche, crean un extraño vínculo basado en la necesidad de distinto signo que cada uno de ellos tiene del otro, mientras fuera ðen la calle- las acciones subversivas continúan, y una de ella provocará la destrucción de esos amantes siempre tristes, desconfiados y patéticos. Esta relación está magníficamente sintetizada en la secuencia en que comen a medias un pollo asado en la celda inhóspita de la muchacha. En definitiva, una rica y compleja muestra de algunas de las perversiones a que conduce el fascismo.>>Para los que todavía crean que el cine puede reflejar fielmente la historia.Lo mejor: los muchos detalles ambientales de la vida cotidiana de los torturadores.Lo peor: una cierta sensación de confusión narrativa en la primera mitad.