7 de septiembre de 1922: cien años de la independencia de Brasil del reino de Portugal
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18 de mayo de 2024

Independência ou Morte!, también conocido como el Grito de Ipiranga

Independência ou Morte!, también conocido como el Grito de Ipiranga

Hace 100 años en El Debate

7 de septiembre de 1922: cien años de la independencia de Brasil del reino de Portugal

Tras huir del Ejército de Napoleón durante las guerras napoleónicas en 1808, el Reino de Brasil se convirtió en la sede de la corte de Juan VI de Portugal

Hace 100 años en El Debate se informaba de las fiestas organizadas para conmemorar la proclamación de la independencia de Brasil, en la que habría un desfile militar con la participación de 10.000 hombres pertenecientes a las misiones militares de las diversas naciones a las cuales el presidente Epitácio Pessoa recibiría personalmente en el palacio de Catete.
El primer ministro francés Raymond Poincare aprovechó la ocasión para felicitar «el glorioso centenario de la independencia de Brasil» y recordar que «desde el día en que la nación brasileña conquistó su libertad, sus destinos han estado íntimamente asociados a los de Francia por comunes ideales en la paz como en la guerra».
Tras huir del Ejército de Napoleón durante las guerras napoleónicas en 1808, el Reino de Brasil se convirtió en la sede de la corte de Juan VI de Portugal y su Gobierno. Cuando la Familia Real regresó a Portugal en 1821, el Gobierno, que contaba con una pequeña representación de los delegados brasileños, decidió quitar a Brasil su condición de Reino e imponerle su anterior estatus colonial. Por ello Portugal envió tropas a Brasil, poniendo a todas las unidades brasileñas bajo el mando de oficiales portugueses.
En enero de 1822, las tensiones entre las tropas portuguesas y los brasileños se fue tornando más violenta cuando el príncipe regente brasileño Pedro (hijo de Juan VI) aceptó las peticiones del pueblo brasileño, rogándole rehusar la orden portuguesa de regresar a Lisboa. Respondiendo a la presión y al argumento de que su partida definitiva a Portugal y el desmantelamiento del Gobierno central detonaría movimientos separatistas entre las provincias de Brasil, el príncipe Pedro optó por quedarse. Decisión que haría publico con un comunicado el 9 de enero de 1822 en el que decía: «Si es para bien de todos y felicidad general de la nación, estoy listo. Digan al pueblo que me quedo».
Sin embargo, la independencia no sería una realidad hasta que en las cercanías del pequeño río Ipiranga, el 7 de septiembre de 1822, cuando ante las tropas ahí reunidas Pedro arrancaba la insignia azul y blanca portuguesa de su uniforme, desenfundaba su espada y juraba: «Por mi sangre, por mi honor, y por Dios: haré a Brasil libre». Su lema se convirtió en «¡Independencia o muerte!», haciendo que esa fecha se recuerde como el día de la independencia brasileña dando a la proclamación el nombre de «Grito de Ipiranga».
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