Teresa de Sajonia-Hildburghausen, también conocida como Teresa de Sajonia-Altemburgo, nació el 8 de julio de 1792 en Seidingstadt, Ducado de Sajonia-Hildburghausen. Fue hija del duque Federico de Sajonia-Altemburgo y de la duquesa Carlota Georgina de Mecklemburgo-Strelitz. Creció en el castillo de Hildburghausen, en el centro de la actual Alemania, junto a sus diez hermanos.
Desde joven, Teresa demostró ser una mujer inteligente, culta y bella, gracias a la educación que recibió de tutores, intelectuales y artistas que se dieron cita en su hogar. En diciembre de 1809, conoció a su futuro marido, el príncipe heredero de Baviera, Luis de Baviera2. Contrajo matrimonio con él en Múnich el 12 de octubre de 1810.
Las celebraciones de su boda se alargaron durante varios días en un extenso prado de la ciudad, que fue bautizado como Theresienwiese en su honor. Este evento es considerado el origen de la Oktoberfest, la famosa fiesta de la cerveza de Múnich.
Cuando en 1825 falleció Maximiliano I, Luis y Teresa se convirtieron en reyes de Baviera. Para entonces, Teresa ya había concebido siete de los nueve hijos que tendría con su marido. Entre sus hijos se encontraba Maximiliano II, quien se convirtió en rey de Baviera de 1848 a 1864.
A pesar de las relaciones extraconyugales de su marido, como la mantenida con Lola Montez, Teresa sufrió mucho, pero continuó amándolo y no toleraba la idea de conocer a sus amantes. Se volcó en obras de caridad y se ganó el cariño de su pueblo.
Teresa de Sajonia-Hildburghausen falleció el 26 de octubre de 1854 en Múnich, Reino de Baviera. Su legado perdura hasta hoy, no solo en la historia de Baviera, sino también en la tradición de la Oktoberfest, que se celebra anualmente en su honor.