LARRY WILLIAMS: EL ROCK AND ROLL QUE ENAMORÓ A LOS BEATLES

Considerado por algunos un sucedáneo, una especie de recambio de Little Richard, tal vez un rocker “de segunda”, es necesario rescatar las canciones y la figura del gran Larry Williams, entre otras cosas favorito de John Lennon y de los Beatles así como de los Rolling Stones.

Lawrence Edward Williams (1935, New Orleans, Louisiana) falleció en su casa de Los Ángeles por heridas de bala en la cabeza el 2 de enero de 1980 a los 45 años, es decir, hace 44 años. Los forenses declararon la muerte como suicidio, pero persistieron rumores durante años de que fue asesinado como consecuencia de su vida empapada en drogas, delitos y, al parecer, proxenetismo. Ningún sospechoso fue arrestado o acusado.

Su producción básica, por la que es y será recordado, fue escasa y grabada en menos de dos años, de abril de 1957 a marzo de 1959, para el sello Specialty de Art Rupe,

Larry fue el hombre que cantó “Bony Moronie” (trasladada a “Popotitos” en el mundo latino por los mexicanos Teen Tops, aquí la cantó con éxito Miguel Ríos), “Short Fat Fannie” y “She Said Yeah” que hicieron los Stones.

Y, por supuesto, la trilogía “Bad Boy” – “Dizzy Miss Lizzy” – “Slow Down”, las tres versionadas por los Beatles, las tres cantadas por John Lennon. Las dos últimas eran cara A y B, respecticvamente, del mismo y glorioso single.

Pero el que más versionó a Williams en la Inglaterra de los años sesenta fue King Size Taylor con sus Dominos, que al menos registró cuatro de sus canciones. Curiosamente, Taylor falleció el mismo día que Williams, un 2 de enero pero de 2023. Hoy se cumple un año de su muerte.

En realidad los comienzos de Larry tenían más que ver con Lloyd Price, el cantante de “Personality” y “Stagger Lee”, incluso llegó a versionar “Just Because” con más éxito que el propio Lloyd.

La versión de Lennon de la canción inspirada en “Caro Nome” de Giuseppe Verdi, bebe directamente de la de Larry Williams. Se puede escuchar en el álbum “Rock and Roll” producido por Phil Spector.

Pero lo cierto es que sus singles inmortales fueron lanzados por Specialty una vez que su estrella principal, Little Richard, abandonó el rock para dedicarse a predicar.

Los discos de Williams tienen la misma intensidad (en algunas canciones le acompañaba la banda de Richard al completo), el crudo piano, pero su voz y silbidos y sus extrañas letras convierten su trabajo en algo único y original.

Sin embargo su vida se complicó en 1959. año en el que Williams fue arrestado por vender droga, lo que causó su salida de Specialty. En los 60 comenzó un baile de sellos Chess, Mercury, Island, Decca, Okeh… con algún más que notable éxito como “Mercy, Mercy, Mercy” con Johnny “Guitar” Watson en 1967, y la perla “Nobody” con los Kaleidoscope americanos respaldándole a principios de 1968.

En Okeh se convirtió en productor, dirigiendo discos de – entre otros- casualmente Little Richard. Siempre ese nombre rondando de un modo u otro la trayectoria personal y artística de Larry Williams. En los años sesenta incluso hacía en directo versiones explosivas de “Good Golly Miss Molly” o “Long Tall Sally”.

Entre ese 1968 y 1977 estuvo inactivo, no grabó nada y actuó muy poco. En 1978, lanzó un álbum de funk, “That’s Larry Williams”, para Fantasy Records que apenas se vendió y recibió malas críticas. Fue el final, el testamento de Larry Williams, el “Bad Boy”, siempre en el recuerdo de los buenos aficionados al rock and roll.