Ser maestra, ser maestro - Grupo Milenio
Política

Ser maestra, ser maestro

  • Apuntes pedagógicos
  • Ser maestra, ser maestro
  • Alfonso Torres Hernández

En pleno contexto de la Revolución Mexicana en 1917, Venustiano Carranza decretó el 15 de mayo como Día del Maestro. La intención era reconocer la importancia de la labor docente tanto para el sistema educativo como para la sociedad. El proyecto de decreto llamaba la atención sobre la injusticia prevaleciente con los profesores y la importancia de honrar y dignificar su labor. En consecuencia, se propuso una ley de dos artículos: el primero para declarar el 15 de mayo Día del Maestro y el segundo para que “los padres o tutores encargados de los niños, los enviarán en ese día a la casa de sus maestros, para saludarles, rindiendo el homenaje de su gratitud” (Gaceta UNAM, 2021). La primera celebración tuvo lugar el 15 de mayo de 2018 y desde entonces en este día se reconoce la labor de maestras y maestros, por ello apunto algunas ideas de lo que significa ser maestra y ser maestro.

Ser maestra, ser maestro significa tener un apego con las causas sociales. El origen de la celebración del Día del Maestro tiene un sentido social por el México revolucionario, por la lucha permanente por acabar con las injusticias, la pobreza y la ignorancia. La labor del docente era clave para pensar que desde la escuela se podía iniciar una reconstrucción social.

Ser maestra, ser maestro significa reconocer la responsabilidad social que tenemos en la formación de niñas, niños, adolescentes y jóvenes. La enseñanza que desarrollamos deber ser articulada a los acontecimientos sociales, al contexto y entorno de la escuela, con apego a los principios y criterios establecidos en el artículo tercero constitucional. Esta es la mejor forma de contribuir a la configuración de una ciudadanía diferente que se distancie de los males que han aquejado a la sociedad por años.

Ser maestra, ser maestro significa tener responsabilidad pedagógica en el desarrollo del currículum. Tener conocimiento claro de los contenidos escolares, de los procedimientos metodológico-didácticos y del posicionamiento ético en el momento de la relación pedagógica. La comprensión de ello nos la proporcionará una reflexión-acción-reflexión permanente de nuestra práctica, que a su vez se acompaña de una lectura cuidadosa de la teoría pedagógica y disciplinar, clásica y de la que se va produciendo.

Ser maestra, ser maestro significa amar su tarea, su profesión. Tener claridad en que la relación pedagógica es una relación entre seres humanos, con pensamientos, sentimientos y posicionamientos distintos. Tener claro que las condiciones de educabilidad de nuestros alumnos son diversas, al igual que sus intereses y expectativas. El sentido humano de la tarea docente nos ubica en el reconocimiento de la desigualdad y la diversidad, además de que nos ayuda a no perder nunca la sensibilidad ante la problemática educativa y la capacidad de asombro ante las posibilidades creativas de los otros.

Ser maestra, ser maestro significa tener claro nuestro posicionamiento político-pedagógico-ético que permita identificar las incomodidades que aquejan al magisterio: bajos salarios, condiciones institucionales y laborales limitadas, sindicalismo anquilosado, oficialismo tradicional, entornos inseguros, entre otras. Un posicionamiento que permita ser un crítico de las políticas educativas, sindicales y laborales con objetividad y razonabilidad.

Ser maestra, ser maestro significa ser revolucionario. Un docente que no es ingenuo ante la política y que le incomoda la injusticia. Un docente cuya lucha diaria es en el aula, en la escuela, en la comunidad, en la calle, en cualquier lugar donde el conocimiento esté siendo minimizado. Ser revolucionario en la docencia es luchar contra la imposición del pensamiento único, es generar condiciones para la emancipación ideológica de los sujetos y construir caminos para un pensamiento creativo y libre.

Ser maestra, ser maestro, no es una cuestión sencilla, Se necesita formación pedagógica, política, social y cultural permanente. Una formación sólida, alejada de las banalidades emergentes y muchas veces improvisadas, para dar un mayor sentido socioeducativo a nuestra labor. Una labor que en las últimas décadas ha sido poco valorizada social y gubernamentalmente, y sin embargo, sigue siendo uno de los pilares más fuertes para pensar en una transformación social.

Ser maestra, ser maestro, es un orgullo nacional. ¡Felicidades a todas las maestras y maestros en su día!


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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