Palacio de Versalles

COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DEL PALACIO DE VERSALLES

ANÁLISIS FORMAL

El Palacio de Versalles está constituido por dos fachadas como la principal, orientada en el centro de la ciudad, y la posterior, abierta a los jardines.

Todo el complejo muestra al visitante una fachada de más de 600 m de largo. En altura, se estructura en tres niveles: el basamento; el cuerpo principal, se caracteriza por la repetición de pilastras y columnas jónicas de orden gigante que enmarcan unos grandes ventanales, y el ático, coronado por trofeos.

La monotonía aparente, derivada de la sobriedad decorativa y de la repetición, se rompe gracias a un sistema ingenioso de entrantes y salientes de la fachada que compensan la horizontalidad del conjunto y le aportan ritmo y movimiento.

El interior, siguiendo el modelo francés, se articula alrededor de una escalera construida en el cuerpo central del palacio, lugar donde hay las habitaciones del rey y de la reina.

En este cuerpo central también destaca la famosa galería de los espejos, un espacio rectangular de 75 m de largo, que contiene decoraciones con pinturas y arañas o decoraciones de cristal, en el cual los grandes ventanales que dan al jardín se contraponen con los enormes espejos que reflejan la luz solar y la de las velas.

Todo eso crea un juego lumínico intenso y teatral, que comporta una interacción interesante del paisaje interior con el exterior, y ayuda a conseguir el efecto tan propio del período barroco.

El resto de este edificio es una serie interminable de salas dispuestas en fila y decoradas abundantemente, el ala izquierda se destinaba a la residencia de príncipes y nobles y el ala derecha acogía las oficinas de los ministerios.

Unida a este cuerpo destaca la capilla real, construida por Hardouin Mansart, uno de los ejemplos más destacados del barroco francés tardío, con tres naves sobre columnas, tribuna para el rey sobre las naves laterales y una cabecera semicircular.

ANÁLISIS ICONOGRÁFICO

Por una parte, refiriéndonos al entorno e integración urbanística podemos mencionar que esta edificación no se puede entender sin sus jardines, obra de Le Nôtre, porque conforman con las construcciones un todo unitario en el que cada una de las partes se complementa con las otras.

Así, la riqueza y el orden que rigen la arquitectura también es aplicada a los jardines, la naturaleza de los cuales ha estado manipulada y dominada por la mano humana con el objetivo final de establecer el que se ha nombrado un urbanismo “a la francesa” o abierto.

Por otra parte, refiriéndonos a la función, el contenido y el significado de esta obra arquitectónica podemos mencionar qué en su función práctica, el palacio de Versalles fue construido para ser la residencia del rey Luis XIV y de la corte.

Sin embargo, para su grandiosidad y suntuosidad, fue aprovechado de manera propagandística para la exaltación de la monarquía absolutista i como muestra de la hegemonía política de Francia a Europa.

Todos los palacios fueron construidos basándose en el concepto que la autoridad del rey era de carácter divino. El monarca pasaba a ser el centro universal del poder, y todo giraba a su alrededor, identificando así el rey como el Sol.

Este reconocimiento era tan grande, que incluso la jornada del monarca se organizaba siguiendo la trayectoria del sol, por eso el dormitorio real estaba situado en el centro del eje este-oeste del palacio.

OTROS DATOS DE INTERÉS

El Palacio de Versalles, iniciado como una ampliación de un antiguo palacio de Luís XIII, se convirtió no solo en un nuevo modelo urbanístico y arquitectónico, sino también en el máximo representante del Grand Siècle francés.

En su planteamiento, se combinan un interior barroco de una gran riqueza decorativa y un exterior dominado por la harmonía y el equilibrio clasicistas.

El Palacio de Versalles se erigió en el modelo a seguir por todos los palacios europeos del siglo XVIII. En España, su influencia se hizo sentir con fuerza en construcciones como el Palacio de Oriente de Madrid y el palacio de Aranjuez.