Los profesionales de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y Ejército que “estuvieron en primera línea frente al terror” y que cayeron abatidos en los años duros de actividad de la banda terrorista ETA -los temidos “años de plomo”- fueron evocados este lunes 6 de mayo en un acto emotivo en el colegio Larraona Claret, de Pamplona. La memoria de los 32 policías nacionales, guardias civiles y militares asesinados en Navarra quedó grabada en “el panel de la memoria”, desplegado con imágenes en cartulina por 61 alumnos del 4º de la ESO del centro educativo.
En un acto inédito en España, presenciado por la vicepresidenta del Gobierno foral, Ana Ollo; la consejera de Interior, Amparo López; autoridades militares y el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Navarra, Joaquín Galve, entre otros invitados, el conjunto de estudiantes dispensó un tributo a uniformados caídos durante cuatro décadas de atentados de ETA.
El evento, celebrado en un atestado salón de actos del colegio claretiano, culminó el tercer ciclo de estudio sobre la era post-ETA como pedagogía ofrecida a las nuevas generaciones para no olvidar el terror sembrado por la banda terrorista.
¿ERES SUSCRIPTOR? AQUÍ TIENES MÁS INFORMACIÓN SOBRE ESTE TEMA
¿Sabías que Bildu ha impedido que el Parlamento condene el asesinato de Caballero? Conoce esta información de hoy en la edición e-paper de Diario de Navarra, disponible a diario para suscriptores de papel y PDF
El proyecto de estudio coordinado por el profesor de Geografía e Historia Eduardo Ortiz bajo la leyenda “El final de ETA y ahora, ¿qué?” devolvió el protagonismo a agentes y militares que estuvieron “en primera línea frente al terror”, como rezaba el subtítulo de este curso. “Podríamos decir que han sido uno de los colectivos sufrientes más olvidados de la sociedad”, observó el coordinador de la iniciativa pedagógica. “También hemos querido que estén hoy aquí representantes de la Policía Foral y la Policía Municipal de Pamplona -añadió-. Ellos también sufrieron la persecución, la amenaza y los atentados”.
Como explicó poco después la joven presentadora y portavoz de sus compañeros, “queremos recordar a las viudas tan jóvenes que abandonaban a escondidas nuestra tierra, y a quienes celebraban los funerales, casi en secreto”. Sus palabras fueron escuchadas por autoridades y familiares de las víctimas sentados en las primeras filas. En los tiempos duros de condena al ostracismo, “hubo falta de cercanía y afecto”, fue una de las conclusiones obtenidas por los jóvenes estudiantes del programa de sensibilización.
MENSAJE DE GRANDE-MARLASKA
El ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, envió un mensaje de respaldo a la propuesta educativa y alentó “a las jóvenes generaciones a participar en la elaboración de una narración que perdure en el tiempo” frente a la barbarie de ETA. “Saber que la sociedad española ha derrotado a ETA” será “la mejor estrategia contra el terrorismo”.
Aunque el homenaje estuvo centrado en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y en el Ejército, hubo un recuerdo especial a Tomás Caballero, asesinado tal día como ayer en 1998. Fueron evocados también Jesús Ulayar, José Oyaga, Pedro Fernández, Alberto Toca, Gregorio Hernández, Jesús Vidaurre, Mª Cruz Yoldi, Jesús Blanco, Alfredo Aguirre y José Javier Múgica. Después de escuchar testimonios a lo largo del curso, cuatro jóvenes compartieron sus reflexiones y sensaciones: “¡Con la violencia nunca se gana!. Conviene recordar la historia para no repetirla. Nunca hay que olvidar lo que pasó”.
"Mi marido acabó quitándose la vida"
Eva Pato reivindicó lo que denominó “estrés post-traumático”, sufrido por agentes y guardias civiles en el País Vasco y Navarra durante los años más duros de la actividad terrorista de ETA. Lo hizo con un relato sobrecogedor, y con la voz entrecortada, sobre el trágico desenlace de su marido, José Santos, destinado como policía nacional en Pasajes (Guipúzcoa). El sufrimiento padecido, con la sucesión de atentados en los que murieron o resultaron heridos compañeros, alcanzó su cenit en 1994, cuando el estallido de una bomba rompió los cristales de su vivienda que cayeron sobre la cuna de su hija pequeña. “No pudo más. Después de muchos atentados cayó en una grave depresión y se pegó un tiro”. Sus dos hijos mayores -entonces de 13 y 7 años- acudieron en su auxilio en la cocina, sobresaltados mientras dormían. “A mi marido, ETA le había impulsado a pegarse un tiro”. A la tragedia le sucedió el aislamiento. La mujer debió armarse de valor para sacar adelante a su familia y para sobreponerse a la incomprensión de círculos cercanos. “Hoy mis hijos son normales”, señaló no sin agradecer el apoyo de la Asociación de Huérfanos de la Policía Nacional y el calor recibido de los alumnos de Larraona.
LOS HOMENAJEADOS
Joaquín Imaz (comandante de la Policía Armada, asesinado en Pamplona en 1977); José Manuel Baena (Policía Nacional, Pamplona, 1978); Manuel López (Guardia Civil, Pamplona 1978); Francisco Berlanga (Policía Nacional, Pamplona, 1979); Carlos Sanz (Policía Nacional, Pamplona, 1979); Sebastián Arroyo (Guardia Civil, Alsasua, 1980); Francisco Puig (Guardia Civil, Goizueta, 1980); Francisco Ramón Ruiz (Guardia Civil, Goizueta, 1980); Ángel Postigo (Policía Nacional, Pamplona, 1980); José Luis Prieto (Teniente Coronel del Ejército, Pamplona, 1981); Vicente Luis Garcera (Policía Nacional, Pamplona, 1982); Juan García (Guardia Civil, Burguete, 1982); Antonio Conejo (Guardia Civil, Pamplona, 1983); Fidel Lázaro (Guardia Civil, 1983); Jesús Alcocer (Comandante del Ejército, Pamplona, 1984); Tomás Palacín (Policía Nacional, Pamplona, 1984); Juan José Visiedo (Policía Nacional, Pampona, 1984); Luis Ollo (Guardia Civil 1984); Diego Torrente; Policía Nacional, Pamplona, 1984); Francisco Miguel Sánchez (Policía Nacional, Pamplona, 1985); Juan Atarés (General de la Guardia Civil, Pamplona, 1985); Antonio Fernández (Guardia Civil, Estella; 1985); José Antonio Ferri (Guardia Civil, Estella, 1988); Julio Gangoso (Guardia Civil, Pamplona, 1988); Francisco Almagro (Guardia Civil, Pamplona, 1990); José Luis Hervás (Guardia Civil, Foz de Lumbier, 1990); Eduardo López (Policía Nacional, Endarlatsa, 1995); Francisco Casanova (Subteniente del Ejército, Berriozar, 2000); Juan Carlos Beiro (Guardia Civil, Leitza, 2002); Julián Embid y Bonifacio Martín (Policía Nacional, Sangüesa, 2003).
