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Robaescenas profesional
El gran público tiende a encumbrar a las grandes estrellas, aunque el fondo todos saben que los buenos filmes no funcionarían si éstos no tuvieran el apoyo de secundarios sólidos, como el gran Robert Loggia. El actor, que acumulaba más de 200 participaciones en películas y series televisivas, llegó a ser candidato al Oscar en la categoría de interpretación secundaria. Tras retirarse hace cinco años como consecuencia del alzheimer, ha fallecido a los 85 años, en Los Ángeles.
El neoyorquino Salvatore Loggia (su nombre real) nació el 3 de enero de 1930 en el seno de una familia humilde de Staten Island, pues su padre era zapatero, y su madre ama de casa. Tardó muchísimo en confesarle a su padre, siciliano de carácter, que soñaba con ser actor. Cuando por fin lo hizo, éste le respondió: "No me gusta nada, pero lo respeto".
Al final, su progenitor le concedió permiso para intentar hacer carrera en el mundillo de la interpretación pero con condiciones. Así que primero tuvo que estudiar Periodismo, en la Universidad de Missouri. Tras un tiempo en el ejército, se apuntó al Actors Studio, mientras se sacaba un dinerillo como presentador radiofónico y televisivo.
Tras algún papel en Broadway, debutó en la gran pantalla como extra, junto al mismísimo Paul Newman, en Marcado por el odio, de 1956. Pronto, se abrió paso por su buen hacer, su carismático físico, y su voz grave con personalidad, por lo que encadenó un rodaje tras otro tanto en cine como en televisión, donde obtuvo cierto éxito como el sheriff Elfego Baca, en Disneylandia. El mágico mundo del color.
En los 60 y 70 acumuló títulos de éxito, como La historia más grande jamás contada, con numerosas series, sobre todo las policíacas, que le iban al pelo, así que fue visto en Colombo, McMillan y esposa, La mujer policía, Starsky y Hutch, Los Ángeles de Charlie y hasta en Los hombres de Harrelson. Finalmente protagonizó la suya propia, Mancuso, entre 1989 y 1990.
Robert Loggia empezó a tener papeles más destacados a partir de los 80, desde que encarnó al suboficial jefe de la Marina, padre de Richard Gere, en Oficial y caballero. Le requerían sobre todo como mafioso, pues encarnó a un gángster en varios títulos de la saga de la Pantera Rosa, a un capo de Miami que contrata a Al Pacino en El precio del poder, y a uno de los hijos de la familia más poderosa del hampa, en El honor de los Prizzi. Por su papel de detective privado Sam Ransom en Al filo de la sospecha, obtuvo su única nominación al Oscar, en 1985.
En el telefilm Una mujer llamada Golda, sobre la primera ministra de Israel, encarnó al mandatario egipcio Anwar Sadat, junto a la legendaria Ingrid Bergman. "Estuvimos muy próximo en el rodaje. Recuerdo que tenía una dolencia en el brazo, pero aún así realizó un gran trabajo", recuerda el actor.
Divorciado de Della Marjorie Sloan, madre de sus tres hijos, Robert Loggia se unió en 1982 a la actriz y productora Audrey Loggia, que le ha acompañado hasta su muerte. Los aficionados al cine de a pie no le han olvidado como el propietario de la compañía juguetera, que baila en un gigantesco piano eléctrico con Tom Hanks, en Big. "Lo rodamos prácticamente en una sola toma", declaró.
Posteriormente acumuló decenas de títulos impropios de su talento, aunque también se le pudo ver como general en Independence Day, como religioso en Juana de Arco y como gángster, de nuevo, en Carretera perdida. A pesar de su enfermedad siguió trabajando hasta el final, e incluso deja títulos póstumos, como Hospital Arrest, una comedia de serie B.
Premios
Nominado a 1 premio
- Actor de reparto Al filo de la sospecha