▷ Lesiones Traumáticas: Esguinces, Luxaciones y Fracturas
19 febrero 2021
Autor: DAE Formación
Duración aproximada de lectura: 6 min

Los esguinces, las luxaciones y las fracturas son lesiones traumáticas que afectan al aparato locomotor. Estas lesiones se producen normalmente por caídas, accidentes laborales o como consecuencia de la práctica deportiva. En DAE Formación podrás obtener información detallada y práctica gracias a los cursos para enfermería CFC de los que disponemos.

Esguince

Un esguince, también denominado torcedura, es una lesión ligamentosa consecutiva a un movimiento forzado más allá de los límites fisiológicos de cualquier articulación sinovial, sin que las caras articulares pierdan el contacto de forma permanente (Ver Imagen 1).

Esguince de tobillo: mecanismo de producciónImagen 1. Esguince de tobillo: mecanismo de producción

La falta de adaptación entre las caras articulares es transitoria y las superficies articulares recobran de nuevo su posición. El resultado de este movimiento forzado es el estiramiento o desgarro de los ligamentos que rodean la articulación. Los ligamentos son refuerzos de la cápsula articular de tejido fibroso que se oponen a los desplazamientos articulares más allá del límite permisible.

Los esguinces se producen cuando la articulación es sometida a una fuerza en una dirección diferente a la que está preparada para admitir, o cuando la fuerza excede al límite funcional de la articulación. El esguince puede incluir, además, el desgarro completo de los ligamentos, de la propia cápsula articular, de los tendones y de los vasos sanguíneos.

Los esguinces más frecuentes ocurren en personas jóvenes y adultas, debido a que la resistencia del tejido conectivo es menor; por el contrario, el tejido conectivo de los niños es mucho mayor, por lo que poseen mayor resistencia intrínseca a los movimientos forzados. En el caso de los ancianos, un exceso del límite funcional de la articulación desencadenará con mayor probabilidad una fractura, ya que la fragilidad del tejido óseo es mayor.

La localización más común de los esguinces es el tobillo y la rodilla, aunque en el curso de cuidado de enfermería al paciente traumatológico y ortopédico podrás ver más al detalle este punto.

Clasificación de los esguinces

Dependiendo del tipo de lesión en las partes blandas que conforman la articulación, los esguinces pueden clasificarse en:

  • Leves: cuando no existe rotura ligamentosa.
  • Moderados: cuando hay una rotura parcial o incompleta de los ligamentos que forman la articulación, lo que ocasiona un aumento de su longitud.
  • Graves: cuando hay una rotura ligamentosa completa.

A continuación se exponen las diferencias de los esguinces según su grado de gravedad:

Grado 1: leve

Lesión parcial de un ligamento en la que las fibras del ligamento están distendidas pero intactas. La lesión es microscópica.

  • Sin pérdida funcional o con limitación leve.
  • El lesionado es capaz de utilizar la articulación con apoyo total.
  • Dolor mínimo y sensibilidad leve al tacto.
  • Edema e inflamación leve.
  • No existe inestabilidad mecánica.

Grado 2: moderado

Lesión incompleta de un ligamento en la que algunas fibras del ligamento están parcialmente desgarradas. La lesión es parcial.

  • Limitación parcial de la función y el movimiento.
  • El lesionado tiene dolor cuando utiliza la articulación.
  • Dolor y edema moderados.
  • Equimosis de leve a moderada.
  • Edema sobre las estructuras afectadas.
  • Discapacidad funcional moderada.
  • Inestabilidad unilateral de leve a moderada.

Grado 3: grave

Lesión completa y pérdida de la integridad del ligamento en la que los ligamentos están completamente desgarrados y no son funcionales. Lesión total (ruptura).

  • Pérdida de la función y el movimiento.
  • El lesionado es incapaz de utilizar la articulación afectada.
  • Dolor intenso.
  • Edema severo.
  • Equimosis severa.
  • Inestabilidad mecánica de moderada a severa.

Luxación

Una luxación es aquella lesión de una articulación en la que las caras articulares dejan de estar en contacto anatómico. Cuando la pérdida de contacto entre las superficies articulares es parcial, se denomina subluxación.

Sin embargo, fisiopatológicamente y en lo que se refiere a la valoración y tratamiento, esta diferenciación no es relevante.

Cuando la lesión excede más allá de los límites de la cápsula articular, o cuando están involucradas otras estructuras, se pueden encontrar:

  • Luxaciones extracapsulares: cuando las caras articulares se salen de la cápsula articular, y ésta se rompe.
  • Luxaciones complicadas o abiertas: cuando, además de la rotura de la cápsula articular, existe solución de continuidad de la cavidad articular con el exterior del organismo.
  • Fractura-luxación: además de ser una luxación complicada-abierta, hay asociación con la fractura de alguno o ambos huesos que conforman la articulación afectada.

Las luxaciones y subluxaciones suelen ser consecuencia de una caída o golpe que causa el desplazamiento de los extremos de los huesos en dirección contraria a la posición anatómica de los mismos, dentro de la cápsula articular (Ver Imagen 2). Dependiendo del mecanismo de producción de la luxación, pueden clasificarse de la siguiente forma:

Imagen radiológica de una luxación de hombroImagen 2. Imagen radiológica de una luxación de hombro

  • Luxación congénita: es aquella luxación que se produce durante el nacimiento, por ejemplo, es muy frecuente la luxación de la cadera del recién nacido.
  • Luxación espontánea o patológica: es consecuencia de lesiones preexistentes en órganos articulares y periarticulares, que predisponen y precipitan una luxación.
  • Luxación traumática: es aquella luxación producida por un mecanismo traumático a lo largo de la vida, por ejemplo, durante la práctica deportiva.

Fractura

Una fractura es una solución de continuidad de un hueso que se produce por la acción de un agente vulnerante. El término fractura hace referencia a la lesión estrictamente ósea. Sin embargo, desde el punto de vista clínico y de la actuación enfermera, este concepto es más operativo si se amplía con el de foco de fractura, el cual engloba también aquellas lesiones de las partes blandas adyacentes.

Clasificación de las fracturas

Desde esta perspectiva, en todo foco de fractura hay que considerar:

Lesión estrictamente ósea

  • Incompleta: afecta a parte del grosor óseo.
  • Completa: afecta a todo el grosor óseo.
  • Estable: sin desplazamiento, se caracteriza porque los huesos mantienen su alineación anatómica.
  • Inestable: desplazada, se produce cuando los huesos se desvían respecto de su alineación anatómica. Una fractura desplazada aumenta el riesgo de lesión de los tejidos blandos del foco de fractura.

Lesión de partes blandas

Es la afectación de los diferentes tejidos blandos de alrededor. Puede diferenciarse entre:

  • Lesión vascular: rotura y desgarro de los vasos sanguíneos. Puede dar lugar a una hemorragia externa.
  • Hematoma de fractura: como consecuencia del desgarro de la musculatura de alrededor, la sangre se queda acumulada en el tejido celular subcutáneo.
  • Lesión muscular: desgarro de la musculatura más o menos grave, sobre todo en fracturas abiertas, o en desviación de fragmentos. La más grave provoca un desgarro músculo-aponeurótico que se introduce entre los fragmentos óseos e impide la formación del callo de fractura.
  • Lesión articular: en fracturas intraarticulares o en aquéllas en las que un fragmento óseo entra en la cavidad articular. Se manifiesta en forma de hemartrosis.
  • Lesión nerviosa: contusión, sección o arrancamiento de los nervios, debido al agente vulnerante o a la desviación de los fragmentos óseos.

La gravedad de una fractura dependerá de su localización y del tipo de fractura:

Fracturas cerradas

Si la integridad de la piel se mantiene a pesar de la rotura del hueso. En este caso, el riesgo de infección es menor, por tanto, en principio serán menos graves.

Fracturas abiertas

Existe una solución de continuidad (rotura) de la piel que permite ver el hueso desde fuera. En este caso, la probabilidad de infección es mayor, a la vez que hay afectación grave de los tejidos blandos adyacentes.

Mecanismos de producción de las fracturas

En el ámbito de los primeros auxilios, el mecanismo de producción de las fracturas será con mayor frecuencia un traumatismo directo. No obstante, se pueden clasificar todos los mecanismos de producción de las fracturas de la siguiente manera:

  • Fractura traumática ordinaria: es aquélla que se produce sobre un hueso que no ha sufrido nunca una lesión previa. Es el tipo de fractura más común. Se debe a la acción de un agente vulnerante que puede ejercer su acción desde fuera hacia dentro, como en el caso de un traumatismo externo; desde dentro hacia fuera, como en el caso de la desviación de fragmentos óseos en una fractura inicialmente cerrada; o con un movimiento de giro o de torsión.
  • Fractura patológica: se produce sobre aquellos huesos previamente debilitados por una lesión o enfermedad.
  • Fractura por fatiga o de esfuerzo: provocada como consecuencia de microtraumatismos que sufridos de manera aislada no tendrían consecuencia, pero que repetidos en el tiempo terminan por debilitar el hueso y romperlo (Ver Imagen 3). Por ejemplo, el operario que utiliza maquinaria vibrante para taladrar el suelo, puede sufrir fracturas de pequeño tamaño en las extremidades superiores.

Fractura por fatiga del segundo metatarsianoImagen 3. Fractura por fatiga del segundo metatarsiano

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