50 años de la final de Heysel: de la falta de Luis al disparo de Schwarzenbeck que privó al Atlético de ser campeón de Europa | El Periódico de España

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50 años de la final de Heysel: de la falta de Luis al disparo de Schwarzenbeck que privó al Atlético de ser campeón de Europa

Hace medio siglo, el equipo rojiblanco disputó en Bruselas su primera final de Copa de Europa ante el Bayern de Múnich

En la prórroga, Luis Aragonés adelanto al Atlético, pero Schwarzenbeck empató en la última jugada del choque, forzando un partido de desempate en el que los alemanes arrasaron el equipo de Juan Carlos Lorenzo

Diferentes imágenes de la final entre Bayern y Atlético de 1974

Diferentes imágenes de la final entre Bayern y Atlético de 1974 / DFB

Daniel Gómez Alonso

Daniel Gómez Alonso

Coincidía con el 15 de mayo, día de San Isidro, patrón de Madrid. Era 1974 y el Atlético se encontraba en Bruselas para disputar la primera final de Copa de Europa de su historia. En el estadio de Heysel y ante un Bayern de Múnich que ya imponía y que desde aquel día sentó las bases de un periodo de tiranía bajo el liderazgo de Franz Beckenbauer y con nombres destacados como Sepp Maier, Hoeness o el torpedo Müller, claves un par de meses después para que Alemania conquistara su primer Mundial. Pero los rojiblancos estaban más que listos para plantear batalla.

En el camino hacia la final de Bruselas, el equipo que dirigía Juan Carlos Lorenzo eliminó al Galatasaray, el Dínamo de Bucarest, el Estrella Roja y el Celtic en la recordada batalla de Glasgow. Hasta tal punto llevó al límite al Bayern que llegó a acariciar ser por primera vez campeón de Europa después de que en el minuto 114 de la prórroga Luis Aragonés adelantara a los suyos con una de sus especialidades, un lanzamiento de falta. Tan claro lo vio Luis, de hecho, que saltó a celebrarlo antes de que el balón entrara en la portería que defendía Maier.

Gol y 0-1. Solo quedaba aguantar seis eternos minutos que fueron cayendo como losas hasta que en el último suspiro, cuando el Atlético se veía campeón, apareció Hans-Georg Schwarzenbeck, ese hombre de apellido impronunciable que ha quedado grabado en el imaginario de todo seguidor rojiblanco, haya vivivo o no aquel día. Apenas restaban once segundos para el final de la prórroga cuando el defensa alemán recibió un balón de Beckenbauer y enfiló el área rival. Apretado por el reloj, y sin saber muy bien que hacer, optó por la única opción posible ante una defensa del Atlético parapetada en su área: disparar desde 25 metros y esperar un milagro.

Y llegó. Su disparo se coló entre una maraña de piernas y pilló por sorpresa a Miguel Reina, padre de Pepe Reina, cuya estirada resultó infructuosa. El balón entró pegado a su palo derecho y ahí muríó la oportunidad del Atlético, que se vio abocado a disputar un partido de desempate dos días después, ya que por aquel entonces aún no se habían instaurado los penaltis como alternativa para decidir el campeón en caso de empate.

"No sé por qué disparé"

"No sé por qué disparé", reconoció el propio Schwarzenbeck décadas después de anotar uno de los goles más importantes de la historia del Bayern y el que dio inicio, de paso, a la historia de desdichas del Atlético con las finales de la Copa de Europa. "No puedes asimilarlo. Te crees que es una pesadilla y cuando ves que ha sido algo real, maldices todo. Esa noche no pudimos dormir ninguno. Física y psíquicamente estábamos destrozados. No había consuelo posible. Habíamos realizado un gran encuentro ante un rival con nueve campeones del mundo y nos quedamos sin premio", explicó por su parte Reina en una entrevista con El Periódico, del mismo grupo editorial.

"Es difícil vivir con eso. Solo quedaban unos segundos, vi que algunos compañeros ya se abrazaban. Hubo un saque de banda. Teníamos que haber lanzado el balón a la grada, donde estaba el publico español o darle dos besos al árbitro o invitarle a cenar. No lo hicimos y subió Schwarzenbeck, que no era el mejor, y lanzó un disparo pegado al poste derecho. Casi no me lo podía creer", rememoraba el portero andaluz, que quedó señalado de por vida por ese gol.

Reforzado anímicamente por el empate conseguido en el último suspiro y haciendo valer su superioridad física, el Bayern arrolló al Atlético dos días después en el partido de desempate celebrado en el mismo estadio. 4-0, con doblete goleador de Uli Hoeness y Gerd Muller, protagonistas como Schwarzenbeck de la primera de las tres Copas de Europa consecutivas que conquistaría el conjunto bávaro.

Adelardo trata de taponar un disparo de Schwarzenbeck en la final de la Copa de Europa de 1974.

Adelardo trata de taponar un disparo de Schwarzenbeck en la final de la Copa de Europa de 1974. / Bayern

"Tuvimos la mala suerte de que la UEFA hizo una prueba de cómo quedaba jugar, si se empataba, el segundo partido a las 48 horas. Y salió mal, muy mal, porque el resultado (el 1-1 del anterior encuentro) nos hundió, en el último segundo, había pasado el tiempo reglamentario y nos marcaron el empate. Lo mejor hubiera sido hacer los penaltis. Y se hubiera acabado. El fútbol, como todo el mundo dice, es así. Y es verdad", rememoró años después Adelardo, capitán en aquel partido del Atlético, al que el destino le tenía reservado un consuelo inesperado.

Único campeón del mundo sin serlo de Europa

Casi un año después, y debido a que el Bayern renunció a jugar la Copa Intercontinental de 1974 alegando "problemas de agenda", el Atlético acudió a ella como representante europeo ante el Independiente de Avellaneda argentino. El partido de ida, con Luis Aragonés  convertido ya en entrenador del club rojiblanco, se jugó en Buenos Aires en marzo de 1975 y acabó con un resultado de 1-0 a favor del equipo argentino.

El 10 de abril de 1975 se disputó el partido de vuelta en Madrid, donde el Atlético ganó por 2-0, con un gol del ratón Ayala a cuatro minutos del final. Así, el club rojiblanco ganó la Copa Intercontinental, y obtuvo el segundo título internacional de su historia, convirtiéndose de esta manera y hasta la fecha, en el único club del mundo que consiguió ser campeón del mundo sin haber ganado previamente una Copa de Europa.