HISTORIAS DE ÉXITO #MUJERESFACMED

Me llamo Ximena Atilano Carsi. Me considero una persona introvertida pero con un carácter bastante fuerte, y creo que de mis características más importantes es que soy muy disciplinada y tenaz.

Decidí estudiar la Licenciatura en Nutrición porque buscaba una carrera que combinara aspectos sociales con la ciencia. No quería una carrera puramente biológica, sin contacto humano, y la Nutrición ofrecía una combinación perfecta para mis intereses.

Desde la preparatoria estuve en un colegio que fomentaba la investigación, lo que me permitió familiarizarme con este ámbito; posteriormente, en la universidad tuve la oportunidad de realizar trabajos de investigación trimestre tras trimestre. Fue durante mi Servicio Social en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán” que ingresé al Departamento de Nefrología y me involucré de inmediato en el estudio de la Nutrición Renal, lo cual me encantó por su complejidad y el desafío que representaba.

Actualmente, soy académica de la Licenciatura en Ciencia de la Nutrición Humana (LCNH) de la Facultad de Medicina de la UNAM. Impartir clases a la primera generación de una carrera recién creada representa un desafío, ya que implica adaptarse a las expectativas de las y los estudiantes y al nuevo programa académico. A pesar de ello, ha sido gratificante observar que los alumnos han sido buenos y están bien preparados, lo que sugiere que esta generación tiene un gran potencial de éxito.

En ese sentido, el mayor logro en mi trayectoria es motivar a mis estudiantes a aprender. Recuerdo especialmente el caso de un alumno que me dijo que tomar clases conmigo fue lo mejor, ya que le devolví las ganas de estudiar; creo que impactar positivamente en la vida de los demás y ser recordada con cariño es una de las cosas que más valoro como profesional.

Considero que para influir positivamente en la formación de los estudiantes es esencial la empatía, escucharlos activamente y compartir experiencias profesionales con ellos para establecer una conexión cercana. Además, es importante no colocarse por encima de ellos, estar bien capacitados y tener pasión por lo que hacemos, ya que nuestros alumnos pueden percibir nuestro compromiso y dedicación.

Aproximadamente el 90 por ciento de los estudiantes y profesionales en la nutrición son mujeres, lo que refleja una presencia notable en este campo que fue abierto por las propias mujeres. Sin embargo, considero que el mayor desafío radica en aprender a apoyarnos mutuamente, no competir ni ponernos el pie, sino alentar el trabajo en conjunto.

Para mí, la igualdad de género en la LCNH implica garantizar derechos y oportunidades equitativas para hombres y mujeres. Esto incluye acceso igualitario al conocimiento, evaluaciones justas, oportunidades de crecimiento profesional y participación en actividades académicas como servicio social e intercambios; asimismo, reconozco que los derechos conllevan responsabilidades, por lo que es importante ser conscientes de ambos aspectos.

Para promover la igualdad de género, escucho tanto a alumnas como alumnos y aseguro que la evaluación sea justa para cada uno; también, trato de compartir conocimientos y ofrezco consejos a todos por igual en el aula.

Mi consejo para las jóvenes interesadas en seguir una carrera en Nutrición es que se preparen bien, ya que es un campo cada vez más competitivo. Es importante que se prioricen a sí mismas, incluso si tienen responsabilidades familiares o personales, para estar bien y luego poder cuidar de los demás. Además, en el camino encontrarán muchas colegas, por lo que es esencial colaborar y apoyarse mutuamente en lugar de competir, construyendo así un gremio fuerte tanto en nutrición como entre nosotras.