Lengua y Literaturas Hispánicas: Comentario del poema "El cisne", de Rubén Darío.

lunes, 26 de diciembre de 2016

Comentario del poema "El cisne", de Rubén Darío.


Bienvenidos una vez más a mi blog. Antes de comenzar me gustaría desearos una feliz Navidad. Como podéis observar, esta semana he preparado un pequeño comentario crítico. Espero que os resulte interesante.



Hoy en día es casi imposible separar la escuela modernista de la figura del nicaragüense Rubén Darío y ello, como comentaremos seguidamente, tiene una razón de ser. De este modo, debemos señalar los rasgos más destacados de este movimiento artístico, a la vez que atender a las tendencias literarias de nuestro poeta y también a las características principales de su obra Prosas profanas, en la que se inserta el poema que presentaremos en esta edición crítica, “El Cisne”.

El modernismo nace como reflejo artístico y cultural de la crisis general de finales del siglo XIX, alimentada fundamentalmente por la pérdida de la confianza en el progreso. En el caso concreto de América, además, la modernidad, que ya desde la década romántica comenzaba a forjarse a juzgar por las diversas revoluciones y guerras independentistas, equivale a un programa político y social porque se forja por la necesidad de realizar una drástica ruptura con el pasado colonial (Zavala; 1989:6).

En la literatura, todas estas causas se complementan con las influencias de dos corrientes poéticas francesas como son el parnasianismo y el simbolismo. Así pues, esta corriente, como muestra del rechazo de la realidad del momento, se caracteriza por la evasión en el espacio y el tiempo hacia tierras tan lejanas como exóticas o hacia épocas pasadas, destacando sumamente el mundo clásico y sus mitos. Esta nueva estética también aportó nuevos sentidos a la poesía hispanoamericana, que comienza a dar respuesta a preguntas que antes no se tenían en cuenta en la colectividad hispánica como la de qué es lo americano, qué es lo moderno y qué representa España para las jóvenes repúblicas (Zavala; 1989:6). Además, es reconocida por la reivindicación y la búsqueda de la belleza, lo que llevó a los modernistas a renovar el lenguaje literario incorporando cultismos y palabras elegidas bien por su sonoridad o bien por su capacidad de sugerir sensaciones. La figura del cisne, por otro lado, es imprescindible para comprender este movimiento porque representa lo aristocrático frente a la vulgaridad. 

Puesto que es imposible hablar de modernismo literario sin mencionar a su iniciador, Rubén Darío, debemos comenzar por presentar su primer libro, Azul… (1888), en el que refleja los temas y las novedades de esta escuela. En esta obra, que el propio poeta califica de parnasiana y francesa, se incluyen cuentos parisinos, integrados en el párrafo clásico castellano, y algunos poemas en los que se recrea, con una exquisita adjetivación francesa, un mundo de hadas, princesas, seres mitológicos, palacios y cisnes. Como señala Carmen Ruiz Barrionuevo “nadie puede negar hoy el valor emblemático de este libro que significa un hito dentro de la historia de la poesía en lengua española” (1992: 61).

Su segundo libro, Prosas Profanas (1896), también resulta imprescindible para nuestras letras. Este fue publicado en Buenos Aires, ciudad cosmopolita por excelencia en la que residió algunos años y en la que adoptó muchas de las tendencias parnasianas que influyen en el carácter de su obra, y es valorado por consolidar el triunfo o la culminación del modernismo. Ciertamente, en su manifiesto “Palabras liminares” ofrece elementos decisivos de su estética y también del modo modernista como es el deseo de universalización, de crear una obra distinta, de valorar tanto la idea como la melodía y el ritmo o de considerar el Arte como la máxima perfección posible (Ruiz;1992: 75-76).

 Es evidente, por lo tanto, que Rubén Darío persigue la novedad formal por medio de la ruptura con planteamientos estéticos anteriores: considera el poema como un conjunto de imágenes, ritmo y lenguaje; convierte la consagración del erotismo y del placer en un motivo literario; afirma la necesidad de crear un mundo poético autónomo; y declara que el arte es superior a la vida. Todo ello hace de Prosas profanas una obra indispensable, un modelo modernista que presenta reconocidos tópicos como el cisne, las duquesas o la mitología griega a la vez que abre una época, la de la poesía del siglo XX. (Ruiz; 1992: 76-77).

Por último, es interesante analizar las palabras de Guillermo Rothschuh Tablada en el prólogo de este maravilloso ejemplar, ya que relatan de forma clara y concisa la importancia de Prosas profanas:
La poesía en español no volvió a ser la misma. Todo cambió bajo la jefatura de la más alta vanguardia de la Poesía Castellana y Americana: los ritmos, el vocabulario, los temas, la intuición, la manera de enfocar y desarrollar la obra poética. Por las escotillas abiertas por Rubén Darío, un impetuoso viento de libertad pasó y barrió prejuicios, normas anquilosadas y academicismos resecos que ya nadie quería
(citado en Moncada Fonseca). 




Biografía:
Martínez Cuadrado, Jerónimo. “El cisne, leit-motiv de la poesía parnasiana, simbolista y modernista”. Anales de Filología Francesa, nº10 (2001) pp.83-99
Moncada Fonseca, Manuel. “Rubén Darío, poeta humanista”. Disponible en: Revista Libre Pensamiento [En línea] http://librepenicmoncjose.blogspot.com.es/2013/01/ruben-dario-poeta-humanista.html [Consulta 23 Diciembre 2016]
Ruíz Barrionuevo, Carmen. “Introducción”, en Darío, Rubén. Antología. Madrid, Espasa-Calpe, 1992.
Zavala, Iris M. Rubén Darío bajo el signo del cisne. Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 1989




El Cisne[i]

            A Charles De Gouffre[ii] 

Fue en una hora divina para el género humano.
El Cisne antes cantaba sólo para morir.
Cuando se oyó al acento del Cisne wagneriano[iii] 
fue en medio de la aurora, y fue para revivir[iv].

Sobre las tempestades del humano océano
se oyó el canto del Cisne; no se cesa de oír
dominando el martillo del viejo Thor germano[v] 
o las trompas que cantan la espada de Argantir[vi].

¡Oh Cisne! ¡Oh sacro pájaro! Si antes la blanca Helena
del huevo azul de Leda[vii] brotó de gracia plena,
siendo de la Hermosura la princesa inmortal, 

bajo tus blancas alas la nueva Poesía[viii] 
concibe en una gloria de luz y de harmonía
la Helena eterna y pura que encarna el ideal[ix].




[i] Tópico muy recurrente en Prosas profanas. Símbolo del modernismo, de la belleza y de la canción.

[ii] Músico belga al que Rubén Darío conoció en Buenos Aires.

[iii] Alusión al compositor alemán Richard Wagner y a sus obras “Mein Lieber  Schwan” (Mi querido cisne) y “Lohengrin”, nombre de un caballero caracterizado por tener un cisne como símbolo.

[iv] El leit-motiv del cisne que canta sólo para morir, tan recurrente en la poesía parnasiana, simbolista y modernista francesa, pierde su valor en la poesía del nicaragüense y se reformula como un presagio de una nueva hora tanto para el género humano como para la lírica. Véase el artículo de J. Martínez Cuadrado sobre el motivo del cisne en la poesía (pág.94)

[v] Dios del trueno en la mitología nórdica y germana.

[vi] En la mitología nórdica, guerrero legendario de Islandia cuya espada pasaba de padres a hijos.

[vii] Según la mitología griega, Zeus, convertido en Cisne, sedujo a Némesis, convertida en Oca, y de esa unión engendraron un huevo azul que, más tarde, fue encontrado por Leda, quien lo cuidó hasta que de él nació la conocida Helena de Troya.

[viii] El nacimiento de Helena por medio del canto del Cisne, que en ciertas regiones equivale a la creación, es el posibilita el nacimiento de una nueva poesía.
[ix] El ideal de belleza aquí es equiparable al ideal poético: el modernismo.
 


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