Antes de nada, disculpa si una vez más recurrimos a nuestra principal fuente de referencias (Los Simpson) para situarte un poco en contexto sobre la figura del legendario Evel Knievel, un motorista famoso por sus acrobáticos y peligrosos saltos tan conocido en los EE.UU. como relativamente desconocido por estos lares.

El episodio al que nos referimos es fácil de recordar: 'Bart el Temerario', en el que el primogénito de Homer decide saltar con su skate el barranco de Springfield inspirado por la actuación de Lance Murdock, saltando sobre una piscina llena de leones, anguilas eléctricas... y tiburones, pero del salto real de Knievel sobre escualos reales hablaremos más adelante. Por cierto que el personaje de la serie de Matt Groening es también una referencia a Matt Murdock, el álter ego del superhéroe de Marvel.

una imagen de los simpson
Fox.
Evel Knievel como Lance Murdock en Los Simpson.

Ahora que le tienes un poco más situado, empecemos a hablar del hombre real, con cinco dedos y menos amarillento. Robert Craig Knievel nació un 17 de octubre de 1938 en Butte, Montana, y a base de jugarse la vida en cada actuación inscribió con letras de oro su nombre en una larga serie de daredevils norteamericanos en la que también figuran Sam Patch, alias 'Jersey Jumper', famoso en el siglo XIX por sus arriesgados saltos a ríos y cataratas como las del Niágara; Clem Sohn, conocido como 'El Hombre Pájaro', que en los años 30 del pasado siglo se arrojaba desde aviones con un traje fabricado por el mismo que le hacía parecer una ardilla voladora; y por supuesto el gran Harry Houdini, cuya rivalidad con el no menos magistral mago Howard Thurston te contamos en este artículo.

Knievel, el malvado

Ya de jovencito nuestro protagonista sufrió numerosos encontronazos con el largo brazo de la ley. Primero por robar tapacubos y más tarde motocicletas, incluso una Harley-Davidson cuando tenía 13 años. Estos roces con la policía propiciaron la leyenda urbana de que la policía le apodaba 'Evil Knievel' o 'el Malvado Knievel'. Fuera cierto o no el rumor, el mismo lo cambiaría más tarde a 'Evel' haciendo que fuera incluso su nombre legal.

un poster de cine
LMPC//Getty Images
Una vida de película.

Tras abandonar el instituto Knievel consiguió varios trabajos que no le duraban demasiado. Uno de ellos fue en las minas de cobre de Butte, donde causó un enorme apagón al chocar con una excavadora contra la principal fuente de energía de la ciudad mientras intentaba hacer un caballito.

Después de vender seguros, romperse la clavícula en una persecución policial y montar un espectáculo en el que ofrecía 100 $ a quien fuera capaz de derrotarlo en un combate de lucha libre, rozando ya los 30 años llegaría el momento de realizar su primera acrobacia, como estrategia para darle publicidad a una tienda de motos y taller de reparación del que era socio. Corría el año 1965 y el joven Evel sudaba tinta china para mantener a su familia. Así que, recordando un show ambulante que había visto de pequeño, decidió montar su propio espectáculo haciendo él mismo tanto de promotor como de estrella. Se encargó de alquilar el terreno, de redactar las notas de prensa para los medios locales, de vender las entradas y hacer de maestro de ceremonias de su primera temeridad.

Tras calentar el ambiente con unos cuantos caballitos en su Honda de 350 cc, Knievel procedió a efectuar el número principal: un salto sobre una caja de madera de seis metros de largo llena de serpientes de cascabel. Aunque se quedó corto y la rueda trasera golpeó el cajón, él no sufrió daños así que para dejar mejor sabor de boca al público, decidió saltar otra vez, pero en esa ocasión sobre una jaula con dos pumas dentro. ¡Todo un debut a la (norte)americana!

Comienza la leyenda

El debut 'oficial' de Evil Knievel and His Motorcycle Daredevils sería al año siguiente, en el National Date Festival en Indio, California. Allí, realizó caballitos y saltó sobre dos camionetas montando una Norton Atlas para alcanzar una distancia de 13,5 metros. La audiencia se volvió loca con aquel joven que desafiaba a la muerte con una sonrisa.

Knievel recibió después varias ofertas para organizar más espectáculos después de esa primera actuación. En febrero de ese mismo año realizó una acrobacia en Barstow, California, pero calculó mal los tiempos y la motocicleta le golpeó en la ingle, lanzándolo a casi 5 metros de altura. Fue ingresado en el hospital como resultado de sus heridas pero en cuanto le dieron el alta regresó a Barstow para finalizar la actuación que había comenzado casi un mes antes.

el daredevil evel knievel saltando sobre autobuses
Kypros//Getty Images
El salto fallido en Wembley.

Ya actuando en solitario, Knievel quiso darle una vuelta de tuerca a su espectáculo para desmarcarse de otros stuntman que saltaban sobre animales o piscinas y él decidió que lo haría sobre vehículos. En junio de 1966 en Missoula, Montana, intentó saltar sobre doce coches y una camioneta. La distancia que tenía para acelerar no le permitió alcanzar la suficiente velocidad y su rueda trasera terminó golpeando la parte superior de la camioneta, mientras que su rueda delantera chocaba con la parte superior de la rampa de aterrizaje. Knievel acabó, una vez más, en el hospital con un brazo y varias costillas rotas.

Un salto para la historia

El 31 de diciembre de 1967, Evel Knievel intentaría realizar el salto más largo de su carrera artística: 43 metros sobre la fuente en la entrada del Caesar's Palace de Las Vegas. Aunque fracasó en su intento de que alguna televisión retransmitiera en directo el evento, acordó con el canal ABC que él mismo filmaría la acrobacia y si era un éxito, ellos la emitirían posteriormente.

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Knievel, que entonces tenía 29 años, usó su propio dinero para pagar al director John Derek por grabar el salto. Para ahorrar costes, Derek empleó como una de las operadoras de cámara a su entonces esposa, Linda Evans –que en los años 80 se haría famosa por aparecer en Dinastía– y fue ella la que grabó el famoso aterrizaje de Evel.

Llegado el momento culminante, tras su habitual show de calentamiento y de dar unas cuantas vueltas con su moto, Knievel aceleró para encarar la rampa de despegue a lomos de su Triumph Bonneville T120. Pero la moto perdió potencia y eso significó que aunque logró cruzar la fuente, aterrizó mal en la rampa de aterrizaje, perdió el control y su cuerpo golpeó el asfalto como un muñeco. Las secuelas del accidente fueron brutales. Estuvo 29 días en el hospital con la pelvis y el fémur destrozados y fracturas en cadera, muñecas y ambos tobillos. Aunque hubo rumores que aseguraron que estuvo un mes en coma tras el brutal impacto, estos fueron desmentidos por su esposa en el documental Being Evel. Tras este 'fracaso' y su posterior recuperación, Knievel era más famoso que nunca y ABC compró finalmente los derechos para emitir su acrobacia, pagando bastante más que si la hubiera retransmitido en directo.

Ah, ah, ah, staying alive

El padrino de los deportes extremos, con sus extravagantes trajes que recordaban a Elvis Presley pero que él decía que estaban inspirados por Liberace, se debatió durante toda su carrera entre ser rico y famoso o estar vivo. "La gente no viene a verme morir, vienen a verme desafiar a la muerte", es una de sus frases más recordadas. Y si su leyenda pudiera ser reescrita, su espectacular salto sobre 14 autobuses en el parque de atracciones de Kings Island, Ohio, en 1975, hubiera sido un perfecto colofón a su carrera como daredevil.

"Quise retirarme entonces. Fue el primero de mis saltos exitosos donde pensé 'lo puedo dejar aquí, ya lo he conseguido'. Pero por supuesto, seguí adelante", dijo Knievel el libro de Stuart Barker, Life of Evel.

el acrobata evel knievel con unas mandíbulas de tiburón en una foto de prensa
CBS Photo Archive//Getty Images
Evel Knievel, ’jumping the shark’.

Pero en vez de jubilarse, el último salto de Knievel hacia la inmortalidad sería un número inspirado en la película Tiburón que junto a la posterior parodia del personaje de Fonzie en la serie Happy Days, serviría para acuñar la expresión 'jumping the shark'.

El problema para Knievel era que su tremenda fama venía provocada sobre todo por sus dramáticos accidentes. Unos accidentes que le habían hecho volverse más cauto, sobre todo tras las graves lesiones sufridas durante un espectáculo en Wembley, cinco meses antes del salto de Kings Island. "Tengo que deciros que sois las últimas personas que me han visto saltar, porque nunca, nunca, nunca lo volveré a hacer", fueron las palabras que dedicó al público tras chocar contra el último de los 13 autobuses que intentaba rebasar con su moto. Pese a romperse una mano y fracturarse dos vértebras, Knievel cambió de opinión sobre su retirada –una vez más– tras solo tres días.

Un dramático final

"Un salto sobre la mayor piscina de agua salada del mundo llena de tiburones asesinos". Así se anunciaba la nueva acrobacia que serviría de episodio piloto a la serie de la CBS Evel Knievel’s Death Defiers y que tendría ñugar el 31 de enero de 1977 en Chicago. Aunque los promotores del show destacaron, obvio, los aspectos más peligrosos del show, la distancia real a cubrir con su moto no llegaba a 20 metros, pan comido para él. ¿Y los tiburones? Según dijo su cuidador al New York Times una semana antes del evento, "si se cae a la piscina, los podrá apartar tranquilamente".

Pero Knievel, aunque aún tenía fresco en la memoria el éxito de su último salto en Ohio, no quería correr riesgos. Sabía que el salto sobre los tiburones, si se promocionaba bien, podría ser un éxito de audiencia siendo a la vez menos peligroso que otras de sus anteriores acrobacias.

Pero sus famosos aterrizajes forzosos volvieron a cruzarse en su camino una última vez. Durante un ensayo previo al gran día, Knievel sobrepasó el tanque de agua con facilidad pero al llegar a tierra perdió el control de su moto y chocó contra un cámara, que estuvo a punto de perder un ojo. El daredevil por su parte sufrió varias fracturas y tuvo que ver desde el hospital cómo el programa se emitía sin su participación, siendo un rotundo fracaso. Las imágenes del accidente fueron tan duras para él, que no mostró el vídeo hasta 19 años después en el documental Absolute Evel: The Evel Knievel Story.

Knievel se retiró finalmente tras este fiasco y limitó sus apariciones a pequeños shows para promocionar la carrera de su hijo Robbie Knievel. Su último show tuvo lugar en 1980 en Puerto Rico. Poco después acabaría en la cárcel tras golpear a un escritor que había publicado una biografía no autorizada sobre él.

una imagen de toy story 4
Pixar.
Un Evel de juguete.

El último homenaje a Knievel, que falleció en 2007, fue su aparición en Toy Story 4, en forma del personaje Duke Caboom al que puso voz Keanu Reeves. Pero este recuerdo no agradó especialmente a la familia del temerario acróbata, que ha demandado a Disney-Pixar por el uso no autorizado de su imagen.