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Historia

Sforza, Familia.

Familia italiana que poseyó el ducado de Milán entre 1450 y 1535. Su fundador fue Jacopo Muzzio Attendolo (1369-1424), cuyo apodo Sforza ('Fuerza') adoptaron sus hijos. Pertenecía a una rica familia de labradores, los Attendoli de Cotignola, en la Romaña. Se convirtió en un célebre condotiero, cuyos servicios se disputaban los diversos señores italianos. Combatió al servicio de Florencia y del papado y, al final de su vida, de la reina Juana II de Nápoles, que lo nombró Gran Condestable de su reino. Acumuló fortuna e influencia, pero no consiguió el sufiente grado de soberanía territorial para fundar un Estado independiente. Murió en Pescara cuando marchaba contra las tropas de otro afamado condotiero, Braccio.

De entre la numerosa descendencia de Muzzio Attendolo, su hijo natural Francisco Sforza (1401-1466) heredó de su padre el carisma militar. A la muerte de aquél acaecida en 1424, le sustituyó en la jefatura de sus tropas y en la reputación de caudillo capaz de imponer una férrea disciplina sobre sus hombres. Sirvió a distintos señores, según las circunstancias, siempre con el objetivo de alcanzar los mayores beneficios de la inestabilidad política reinante en Italia. Pronto se convirtió en el caudillo predilecto del duque de Milán, Filippo María Visconti, que le confío el mando de sus ejércitos en diversas campañas contra Venecia. Al igual que su padre, Francisco pretendía acumular dominios territoriales para instituirse en soberano independiente. En 1434 arrancó la marca de Ancona al papa Eugenio IV y en 1443 conquistó Pesaro. Estableció sus bases en Fermo, pero posteriormente abandonó esta región para concentrar sus aspiraciones en la Lombardía. En 1441 contrajo matrimonio con Bianca María Visconti, hija del duque de Milán. A la muerte de éste en 1450 sin herederos varones y tras derrotar a la efímera república ambrosiana de Milán (1447-1450), Francisco se apoderó del trono ducal en virtud de su matrimonio con Bianca y con el apoyo de Cosme de Médicis, señor de Florencia. Pese a que no obtuvo el reconocimiento de su señor feudal, el emperador Federico III, Francisco I Sforza consiguió consolidar su poder sobre Milán. En 1454 impuso la Paz de Lodi, con la que pretendió frenar la expansión territorial de Venecia y procuró una cierta estabilidad política a Italia. Extendió su autoridad a toda Lombardía y se convirtió en el árbitro de la política italiana por sus alianzas con Cosme de Médicis y Luis XI de Francia. Francisco carecía de la cultura de Cosme de Médicis, pero contrató a célebres humanistas como mentores de sus muchos hijos y fomentó el desarrollo urbanístico de Milán, donde hizo construir el Ospedale Maggiore. Nicolás Maquiavelo lo alabó en su obra El Príncipe como a un gobernante dotado de virtù y capaz de imponer la paz sobre un estado corrompido. En 1470 su sucesor encargó una estatua monumental ecuestre de Francisco I, cuyo proyecto recayó posteriormente en Leonardo da Vinci, ninguno de cuyos ambiciosos proyectos llegaron a realizarse.

Galeazzo María Sforza (1444-1476), primogénito y sucesor de Francisco I, ocupó el trono ducal entre 1466 y 1476. Príncipe típico del Renacimiento italiano, dedicó gran atención a la protección de artistas y literatos y llevó a cabo una política innovadora aunque azarosa que despertó el descontento de los notables milaneses. Una conjuración acabó con su vida en 1476, cuando su hijo primogénito, Giangaleazzo, contaba apenas ocho años. El asesinato del duque no fue seguido de un levantamiento republicano y el trono pasó sin dificultades a su heredero.

Galeazzo María Sforza tuvo una numerosa y notable prole. Su hija Bianca María casó con el emperador Maximiliano I de Austria, matrimonio que garantizaba la alianza entre la dinastía milanesa y sus señores nominales. Caterina (ca.1462-1509), hija natural de Galeazzo, contrajo matrimonio en 1477 con Girolamo Riario, señor de Imola y Forlì. En 1488 su marido resultó muerto en el transcurso de una rebelión popular y Caterina fue encarcelada junto a sus seis hijos. Poco después consiguió escapar, recuperó el control militar sobre sus dominios y aseguró la herencia de su primogénito, Octavio. En 1501 fue despojada de sus derechos por el papa Alejandro VI y vencida por César Borja, que la condujo prisionera a Roma, donde tuvo que renunciar a sus dominios en favor del papado. En 1496 casó en segundas nupcias con Giovanni di Pierfrancesco de Médicis, unión de la que nació otro famoso condotiero, Giovanni delle Bande Nere.

Giangaleazzo Sforza (1469-1494), hijo de Galeazzo María, fue duque de Milán desde 1476 hasta su muerte. Durante su minoridad ejerció la regencia su madre, Bona de Saboya, asistida por el ministro Cicco Simonetta, secretario de Francisco I. La duquesa tuvo que hacer frente a las ambiciones de poder de sus cuñados Sforza María, Ascanio y Ludovico, todo ellos hijos de Francisco I. Desde la muerte de Sforza María, el joven duque quedó bajo la influencia de su tío Ludovico el Moro, que hizo ejecutar a Simonetta y envió al destierro a Bona de Saboya. Poco después confinó a Giangaleazzo en el castillo de Pavía, en el que moriría en 1494, probablemente envenenado. Giangaleazzo casó con la princesa Isabel de Aragón, cuya enemistad con Beatriz d'Este, esposa de Ludovico, agravó las luchas por el poder en la corte milanesa. De esta unión no nacieron hijos varones, pero sí una mujer, Bona, que casó con el rey Segismundo I de Polonia.
Ludovico Sforza (1451-1508), llamado el Moro (bien por lo moreno de su piel, bien porque ostentaba una morera en su escudo de armas o porque su segundo nombre era Mauro), era el tercer hijo de Francisco I. En 1480 se apoderó del poder, tras eliminar la influencia del ministro Simonetta y de su enemiga Bona de Saboya. Parece probable que hiciera envenenar a su sobrino mientras éste permanecía confinado en Pavía. Muerto Giangaleazzo, Ludovico tomó el titulo ducal con el apoyo del emperador Maximiliano I. En 1494 estableció una alianza con Carlos VIII de Francia, cuyas tropas invadieron la Lombardía. Cuando el Delfín, futuro Luis XII, reclamó sus derechos sobre el Milanesado como heredero de los Visconti, Ludovico se rebeló contra la invasión francesa. Fue expulsado de Milán en 1495, pero consiguió retornar al poder al año siguiente. En 1500 fue de nuevo derrocado tras su derrota en la batalla de Novara y entregado por el ejército suizo a Luis XII. El monarca francés lo encerró en la fortaleza de Loches, donde permaneció hasta su muerte, acaecida ocho años después. Casado con Beatriz d'Este, princesa de Módena, ambos mantuvieron una de las cortes más fastuosas del Renacimiento, en las que encontraron acogida Bramante y Leonardo da Vinci. Maquiavelo condenó los numerosos errores políticos provocados por la ambición de Ludovico, errores que le llevaron a perder el dominio sobre sus estados. Sin embargo, su reinado se considera el más brillante de la dinastía Sforza.

Maximiliano I (1490-1530), hijo mayor de Ludovico el Moro, fue restablecido en el trono de Milán en 1512, tras la derrota de Francisco I de Francia por los suizos. Tres años después fue definitivamente despojado del ducado, al ser derrotado por los franceses en la batalla de Marignano. Francisco I le obligó a cederle sus derechos sobre el Milanesado a cambio de una sustanciosa pensión vitalicia.

Francisco II María (1492-1535), hermano del anterior, fue restablecido en el trono ducal en 1521 por el emperador Carlos V (Carlos I de España). Tras la batalla de Pavía (1525), en la que Francisco I resultó derrocado por el ejército imperial, Francia tuvo que renunciar a sus pretensiones sobre el Milanesado en el Tratado de Madrid del año siguiente. Posteriormente, y pese a la adhesión de Francisco II a Francia en la alianza de Cognac (1526), el duque volvió a perder su trono en los avatares de la guerra francoespañola. La Paz de Cambrai o de las Damas (1529) ratificó la renuncia francesa al ducado de Milán y devolvió a Francisco II sus estados. Pero el duque moriría en 1535 sin herederos varones; fue el último Sforza de la rama milanesa.

Como duques de Milán, los Sforza promovieron el desarrollo económico de la ciudad, fomentaron su embellecimiento arquitectónico y acogieron a los mayores artistas de su tiempo en su brillante corte humanista, pero ejercieron un gobierno personalista y autocrático que se apoyaba en redes de clientelaje neofeudales y en el control militar sobre el territorio. La alianza de Francisco I Sforza con el papado y la Florencia de los Médicis contribuyó a estabilizar la situación política italiana. Sin embargo, las ambiciones de Ludovico provocaron en buena parte la invasión francesa de Italia y desataron la lucha entre franceses y españoles por el control sobre el norte de Italia, lucha en la que perecería la propia dinastía milanesa.

Aunque la rama más poderosa de la familia se extinguió definitivamente en 1535, de los numerosos hijos e hijas de Muzzio Attendolo nacieron ramificaciones varias veces seculares. Bosio (1411-1476), hijo del primer Sforza, entroncó por vía matrimonial con la aristocracia romana y toscana como señor de Santa Fiora. Su descendencia fue conocida como rama de los Sforza-Cesarini por el matrimonio de Federico Sforza (1615-1712) con Livia Cesarini, duquesa de Segni, cuyos descendientes pueden rastrearse hasta el siglo XIX. Alessandro (1409-1473) inició la rama Sforza de Pesaro. Esta rama perdió sus dominios en 1512 al ser derrocado Constanzo II Sforza por el papa Julio II. Secondo Sforza (1435-1491), conde de Borgonovo e hijo de Francisco I, inició la llamada rama de Caravaggio, que perdió sus estados en 1679.

Bibliografía

  • ADY, C.M. Milan under the Sforza. 1907.

  • BREISACH, E. Caterina Sforza, a Reinassance virago. 1967.

  • CHABOD, F. Lo Stato di Milano nell'Imperio di Carlo V. Roma, 1934.

  • Storia di Milano, VI y VII. Milán, 1953-1961.