La tercera serie del Castigador, Zona de Guerra, vino de la mano de una dupla creadora de autentico lujo marcando una etapa memorable en el canto del cisne de un personaje que empezaba a agotar su formula.
Un antihéroe en la cima de su popularidad
Hace un par de años os hablamos en la comicteca sobre la trayectoria del personaje del Castigador. Como su renacimiento respondió a un momento social en el que norteamérica era arrasada por una ola de delincuencia. Hijo de su zeitgest, The punisher sirvió tanto de válvula de escape como de vehículo de denuncia social. Es por ello que su personalidad fue matizándose según lo hacía la propia sociedad. No obstante, su mayor pico de popularidad se dio a comienzo de los noventa cuando hasta tres colecciones del personaje convivieron simultáneamente. Hoy hablaremos sobre la tercera de ellas, El Castigador: Zona de Guerra.
A comienzos de los noventa los lectores parecían no tener suficiente material del Castigador. A la serie regular iniciada en 1987 se sumó al año siguiente la notable DIARIO DE GUERRA. Con unos Carl Potts y Jim lee en plena forma, esta serie fue otro éxito inmediato, pero aún no era suficiente. Marvel, convencida de que aún podían sacar más rentabilidad a Frank Castle planeo un tercer Spin-Off que pondrían a la venta en 1992. Convencidos de que repetir el éxito de Diario de guerra siguieron una estrategia similar, pondrían al frente de la nueva serie a dos autores de máximo prestigio. ¿Los elegidos? Chuck Dixon –al guion– y un John Romita Jr -al dibujo- que en aquel momento estaba en el punto más alto de su carrera hasta el momento.
El Castigador: Zona de Guerra, explotando al personaje…. con talento
Leyenda viva del noveno arte, John Romita Jr inició la década de los noventa dando un salto de gigante a su estilo. Si bien ya había dado una muestras de su inmenso talento para el dibujo durante los ochenta –ahí están sus etapas en Daredevil, Patrulla X o Spiderman– fue durante la década siguiente cuando daría el salto definitivo. Si bien hasta el momento había seguido una línea gráfica similar en tono a la de su padre, su manera de plasmar la anatomía sufrió un cambio radical. Los personajes del artista pasarían a ser moles musculosas repletas de dinamismo y fisicidad que pasarían a ser una marca propia y totalmente reconocible. Este cambio se iniciaría en su segunda etapa al frente de Iron Man -1990- y cristalizaría en la miniserie de Cable -1991- convirtiendo al personaje en un ser realmente amenazante y peligroso.
Este nuevo estilo lo convertiría –aun más– en un dibujante estrella para la casa de las ideas. Ajustado a los cánones que exigían los años noventa, Romita no traicionó su estilo y aportó una visión nueva del aire oscuro que los lectores requerían. Todo estaba listo para que se ajustara a los guiones del veterano Chuck Dixon. Guionista más que indicado para el puesto por su experiencia propia. En 1990 firmó el guion de una novela gráfica del castigador y posteriormente algunos guiones para diario de guerra. Y no lo olvidemos, participo creando historias para la reivindicable colección NAM ambientada en el conflicto bélico de Vietnam a comienzos de la década. ¿Qué podía salir mal?
Una trama formulaica sostenida por el buen hacer de sus autores.
Para la primera etapa de la serie, Dixon optó por una trama de thriller al uso. Frank Castle debía infiltrarse con una identidad falsa en el seno de la familia Carbone. Un clan mafioso al que pretendía destruir desde el interior. Adoptando la identidad de Johny Tower iría escalando puestos hasta hallarse en posición de dar un golpe maestro que desestabilizase a los Carbone desde dentro. Dixon se centraba en numerosas escenas de violencia –recreadas a la perfección por Romita– pero sin olvidar el trasfondo personal. Frank se debatía entre su odio al crimen y su necesidad de convivir con la escoria que deseaba aniquilar. A este conflicto se unía la preocupación por Micro, quien de manera momentánea se había alejado del Castigador y otras tramas secundarias menores.
La serie esta repleta de legendarios llenos de carisma y tramas al servicio de un Romita desatado con unos lápices milagrosos. No estábamos ante una sucesión de tiroteos unidos por un leve hilo argumental. La trama se alargó por once números –ocho de ellos con Romita al dibujo– hasta ofrecer su explosiva conclusión. No estábamos ante un divertimento vacío, pero tampoco ante un desarrollo profundo. Pese a todo, la colección tuvo unas ventas descomunales que la llevaron en este primer tramo a todos los números uno en los listados. De hecho, ha sido el mayor éxito de ventas de personaje hasta el momento. Algo que se empezó a desinflar -no sin razón- cuando Romita abandonó la colección dejando el relevo a Mike Harris. Momento en el que la calidad de War Zone bajó sustancialmente.
Una primera etapa imprescindible
En conclusión, El Castigador: Zona de Guerra es, en su primera etapa, un material imprescindible para los amantes del personaje. Último exponente de la dinámica noventera un lustro antes de que llegasen Ennis y Dillon a reinventar al castigador para el nuevo siglo. Romita hace un trabajo impresionante al que no puede ponérsele NINGUNA pega. Y Dixon, pro su parte, un guion ameno, funcional, algo simplista pero tremendamente adictivo. El tomo recién editado por Panini Comics recoge esta primera etapa completa. Recordada, alabada, brutal y remozada en una magnífica edición, quizás algo huérfana de extras, pero de un interés innegable.
El Castigador: Zona de Guerra
Edita: Panini cómics
Autor/es: John Romita Jr., Chuck Dixon, Mike Harris
Fecha de lanzamiento: 14 nov 2019
Páginas: 296
Tamaño: 17 x 26 cm
Contiene: The Punisher War Zone 1-11
Formato: Tapa Dura
Interior: Color
ISBN: 9788413341774
Precio: 30,00 €
El Castigador: Zona de Guerra
NUESTRA NOTA - 81%
81%
NOTABLE
Notable Spin-Off con un John Romita en plenas facultados y repleto de espectacularidad dando vida al Castigador de Dixon. Un hito para el personaje que alcanzó con esta etapa sus mayores ventas. Los noventa que si que nos gustaron.
