La reina María Teresa de Austria y el Gran Delfín de Francia
Hacia 1664. Óleo sobre lienzo, 225 x 175 cmSala 019
María Teresa, hija de Felipe IV y de Isabel de Francia, nació el 20 de septiembre de 1638, casó con Luis XIV el 9 de junio de 1660 y murió el 30 de julio de 1683. Luis, el Gran Delfín heredero del trono francés, nació en Fontainebleau el 1 de noviembre de 1661; fue nieto del rey Felipe IV de España y padre del rey Felipe V de España; murió, sin llegar a reinar, en el Castillo de Meudon, el 14 de abril de 1711.
María Teresa de Austria se convirtió en reina consorte de Francia tras su matrimonio con Luis XIV. Aunque las condiciones del matrimonio incluían la renuncia expresa de la futura reina a sus derechos dinásticos sobre los territorios de la Monarquía Hispánica, a cambio de una importante dote, la muerte sin descendencia de Carlos II hizo que, tras la guerra de Sucesión, su nieto asumiera la corona española. María Teresa pasea por una galería acompañada de su hijo, el Gran Delfín, que sujeta una pequeña alabarda, símbolo de sus futuras funciones como gobernante. Esta tipología de retratos conjuntos, desarrollada principalmente por los Beaubrun, fue muy habitual en los primeros años de vida del joven príncipe. En ellos vemos cómo Luis acompaña a su madre a distintas celebraciones cortesanas. En este caso, tal como revela el antifaz que la reina sostiene en su mano derecha, se trata de una mascarada. Esta obra, enviada por Ana de Austria a la corte madrileña, nos acerca al intercambio de retratos entre París y Madrid y a los usos y funciones de estas piezas. De hecho, el propósito del envío no era solo que Felipe IV conociera cómo se encontraban su hija y su nieto.
Más allá de las funciones documental y emotiva, esta obra poseía un marcado carácter político: constataba que María Teresa había dado un heredero al trono francés que aseguraba la continuidad de la dinastía Borbón.