Netflix: la trágica historia que inspiró la película "I, Tonya"
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      Netflix: la trágica historia que inspiró la película “I, Tonya”

      La plataforma lanzó el filme protagonizada por Margot Robbie.

      Netflix: la trágica historia que inspiró la película "I, Tonya"Tonya Harding, interpretada por la actriz Margot Robbie. Foto: Netflix
      Redacción Clarín

      Netflix estrenó la película "I, Tonya", protagonizada por la actriz estadounidense Margot Robbie, que busca provocar en los suscriptores una gran emoción con esta alucinante historia basada en un caso real.

      ​El largometraje expone la vida de Tonya Harding, una americana patinadora olímpica, con una familia de bajos recursos que lucha por alcanzar su sueño: la medalla olímpica, aunque su meta se vuelve lejana, debido a que unos matones le rompen la rodilla a Nancy Kerrigan, su contrincante, y culpan a Tonya por lo sucedido.

      La joven comenzó con el patinaje artístico a los tres años. En ese entonces descubrió la gran pasión de su vida, a la cual incluso recurrió como refugio del maltrato verbal y físico que recibía en su casa por parte de su madreLavona Golden.

      Así luce la madre de Tonya en la ficción del año. Foto: NetflixAsí luce la madre de Tonya en la ficción del año. Foto: Netflix

      Su progenitora pasaba la mayor parte del tiempo agrediéndola, tildándola de "gorda", "fea" y "fracasada". Hasta le prohíbia ir al baño durante sus entrenamientos porque aseguraba que no debía tener interrupciones.

      Introducida en el mundo de su madre, quien se encargaba de confeccionarle los vestuarios a mano por falta de dinero, Tonya aprendió a ser una adolescente competitiva.

      Entre los 15 y 18 años, ganó la competencia Skate América en 1989 y, más adelante, se consagró campeona de los Estados Unidos en 1991. Además, se convirtió en la primera mujer de su país en realizar un triple Axel (un salto con un giro de tres vueltas y media).

      Después de dichos logros, la patinadora no pudo repetir esas figuras, aunque su destreza individual seguía intacta, pese a sus continuas gripes y ataques de asma.

      En enero de 1994 conoció a su gran rival, Nancy Kerrigan, una educada y fina mujer, con patrocinadores como Reebok y Revlon. Tonya, en cambio, tenía vestuarios creados por su madre, flequillo despeinado y facciones varoniles.

      A días de la competencia, Kerrigan fue atacada a la salida de su entrenamiento para el Campeonato Nacional de Detroit por Shane Stant, quien fue contratado por el ex marido de Harding, Jeff Gillooly, junto a su guardaespaldas.

      Esta acción fue televisada y los medios repitieron hasta el cansancio el momento donde ocurría la agresión.

      Tonya Harding se había casado a sus 19 años con Gilloly, con el fin de escaparse de su hogar, pero el matrimonio duró tres años, a causa de las golpizas que él le daba. Y no era entonces de extrañar que su ex marido participara en el ataque a Kerrigan.

      La final entre Harding y Kerrigan fue vista por 48,5 millones de estadounidenses y acabó siendo el tercer evento deportivo más visto en Estados Unidos.

      En la competencia, Harding quedó octava, debido a una falla en uno de sus patines. Cuando regresó a los Estados Unidos, se declaró culpable de obstruir a la Justicia en la investigación del caso.

      Tonya Harding obtuvo tres años de libertad condicional, le asignaron 500 horas de servicio comunitario y 100 mil dólares de multa. Además, tuvo que retirarse del Campeonato Nacional de Patinaje Artístico de 1994 y renunciar a la Asociación de Patinaje Artístico de Estados Unidos.

      Tráiler oficial de "I, Tonya"