El millonario que dejó la banca por la aventura ecológica
Aventurero, ambientalista y de sangre oligarca. Una curiosa combinación. David de Rothschild es el hijo menor de sir Evelyn de Rothschild (1931-2022) y Victoria Lou Schott (1949-2021) y tiene un patrimonio neto de US$10 mil millones. También es un ecologista que dirige la fundación «Sculpt the Future», una organización benéfica que promueve un cambio ambiental positivo hacia la sostenibilidad global mediante el apoyo a la acción creativa, innovadora y sostenible.
David nació en Londres, Inglaterra, en agosto de 1978. Su apellido es sinónimo de riqueza y poder, pero David Mayer de Rothschild decidió dar un giro de 180 grados a la vida que le estaba predestinada.
8 mil millas sobre un bote de botellas de plástico
Su historia es la de un hombre de gestas simbólicas. A los 30 años, se convirtió en el británico más joven en cruzar el desierto blanco de la Antártida. Navegó 8 mil millas desde San Francisco hasta Sidney en un bote hecho con 12,500 botellas de plástico a través del vertedero más grande del mundo, un basurero flotante (en su mayoría plástico) llamado el Gran Parche del Este, con una extensión que duplica la de los Estados Unidos. Llamó a su catamarán «Plastiki» y el objetivo de su travesía fue alertar sobre los vórtices de basura gigantes que plagan nuestros océanos.
También viajó en motocicleta por las montañas de Mongolia, o remó por el río brasileño Xingu para crear conciencia sobre la devastadora destrucción ambiental de Belo Monte. En el camino, escribió entradas de blog, tomó fotos, despertó el interés en el Ártico para miles de escolares, y estableció otro récord de velocidad al cruzar la capa de hielo de Groenlandia.
«The Lost Explorer»
A finales de 2015, se embarcó en una nueva aventura, esta vez sumergiéndose en la industria del mezcal con una marca que pretende ser sostenible, «The Lost Explorer». Un nuevo reto para este exciclista licenciado en Medicina Natural.
David es el menor de los tres hijos de la estadounidense Victoria Lou Schott (hija del promotor inmobiliario Lewis M. Schott) y de Sir Evelyn de Rothschild, miembro de la rama británica de una de los banqueros más famosos e influyentes del mundo (su segundo nombre, Mayer, rinde homenaje al fundador del imperio financiero, Mayer Amschel Rothschild). Una línea curiosamente ligada a las inversiones en combustibles fósiles durante décadas, así como a otros negocios que no son ambientalmente responsables: bienes raíces, minería, etc.
Su próxima aventura puede ser la más crucial hasta la fecha: convencer a las grandes corporaciones para que abandonen los viejos modelos de capitalismo y adopten un futuro mejor y más limpio.
Reportaje publicado en la edición de enero de revista Mercado.
Suscríbete a la revista y regístrate a nuestros newsletters para recibir el mejor contenido en tu buzón de entrada.